El sonido de la bocina pasó, en un principio, desapercibido. Pero se prolongó demasiado. Quizá 20 segundos. Fue entonces cuando los pasajeros que viajaban a bordo del tren accidentado entre Fuente de Piedra y la estación de Santa Ana de Antequera se percataron de que algo no iba bien.
"Pudimos sentirlo abruptamente ralentizado. La gente gritaba, el choque era violento y nos dejó sin aliento", ha relatado a este periódico una periodista que trabaja para una cadena de televisión francesa.
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