El gran bazar de Ronda

MARCOS MORILLA

Capirotes, velas, figuras de santos, artículos de broma, de carnaval, gorras, paraguas, lazos, farolillos, tabaco, bastones, perfumes… Todo es posible comprarlo en Ronda en una misma tienda, Marcos Morilla, que en sus más de 100 años de historia se ha consolidado como una referencia entre rondeños y vecinos de la comarca a la hora de buscar lo que parece imposible encontrar. Incluso cuenta con su propio refrán popular: "Lo que no encuentres en Sevilla, búscalo en Marcos Morilla". Una frase que sigue teniendo plena vigencia en estos momentos, cuando la cuarta generación de la familia ha tomado las riendas de este negocio familiar, tras la jubilación el pasado año de su hasta entonces propietario y gerente, Marcos Morilla Rueda. Antes, su padre y su abuelo habían hecho lo mismo que él una vez llegada la eda del retiro.

La historia de esta singular tienda rondeña se remonta a 1888, cuando el abuelo del actual propietario inició su andadura como encuadernador, aunque a los dos años se percató de que con una actividad únicamente no podría salir adelante, por lo que decidió a introducir artículos de carnaval y papelería para poder vivir. Sucesivamente se fueron produciendo nuevas incorporaciones, con la compra de un estanco en 1904 y la introducción de la mercería, perfumería, paquetería y algo de juguetería sobre 1930. Para entonces ya era un negocio donde era seguro encontrar el artículo buscado sin necesidad de dar muchas vueltas. "Menos aspirinas vendemos de todo", dice con ironía y no falto de razón, Marcos Morilla Rueda, que ahora sigue siendo propietario pero ya disfruta de una merecida jubilación.

Conforme vamos recorriendo las instalaciones de la tienda, ubicada en la Carrera Espinel, en pleno centro comercial de la ciudad del Tajo, se puede apreciar cómo cada vitrina esconde un objeto impensable hasta ese momento, como las dos guitarras españolas que cuelgan de una de sus paredes cerca de donde todavía se pueden apreciar muchos de los artículos de carnaval que todavía están expuestos. Ahora comienzan a ser sustituidos por los complementos de Semana Santa, y los capirotes, mantillas, velas y rosarios comienzan a ganar terreno en las estanterías. Mientras tanto, los objetos relacionados con la Primera Comunión ya ocupan su lugar correspondiente en las vitrinas. Únicamente con ver su escaparate se puede ver la época del año en la que nos encontramos o la fecha significativa que se aproxima, como parte de un calendario perfectamente establecido. Carnaval, Semana Santa, comuniones, playa, vuelta al cole, festividad de Todos los Santos, Navidad y Reyes Magos. Todo ello, con la exposición permanente de los artículos que no pasan de fecha.