El gran cambio de Málaga
La población, la economía o la educación han dado un giro radical en los últimos 35 años. En 1980 el 12% de la población era analfabeta y ahora es el 3% Se multiplica por 20 el número de hombres que viven solos.
La Málaga actual no tiene nada que ver con la de hace apenas 35 años. Es una provincia completamente distinta en materia social, económica o laboral, tanto en los aspectos positivos como en los negativos. Se ha disparado el número de ciudadanos, la población está mejor formada, se crean muchas más empresas, hay más bibliotecas públicas, mejores infraestructuras de comunicación... Málaga ha progresado y no hay nada mejor que echar la vista atrás para ver de qué punto se partía y en qué momento se encuentra. No obstante, no todo es de color de rosa y también hay nubes negras y elementos preocupantes por solucionar de cara al futuro. El Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía ha actualizado esta semana muchos de los parámetros que marcan el funcionamiento de esta provincia a fecha de 2014 y los ha comparado con los existentes a comienzos de los 80. Hay datos que sorprenden y que incluso invitan a la reflexión.
POBLACIÓN Y HOGARES
Una de las diferencias más evidentes entre la Málaga actual y la de hace 35 años es que somos más. La población ha aumentado un 58% en este periodo, casi 600.000 personas, y ahora se superan los 1,62 millones de habitantes. La provincia, amparándose en el buen clima, unos años de una desaforada construcción de viviendas y su dinamismo económico, ha captado la atención de miles de extranjeros que han decidido quedarse a vivir. En 1981 el 2% de la población era extranjera y el año pasado superó el 15%.
Pero el cambio más llamativo se ha producido en el ámbito puramente social. Se ha reducido el número medio de hijos por mujer a la mitad, de 2,5 a 1,2; se ha retrasado la edad media para ser madre hasta superar la treintena; y estar casado ya no es un aspecto clave para tener descendencia. El número de hijos nacidos fuera del matrimonio se ha multiplicado por 10 en solo dos décadas, pasando de un escaso 4,5% en 1980 a superar ahora el 44%.
En los hogares la fotografía es otra. La falta de empleo o el elevado número de personas solteras o divorciadas han cambiado el modo de vida de cada casa. El porcentaje de personas de 30 a 34 años que aún viven con sus padres ha aumentado casi diez puntos -de un 15% a un 24%- pero, como contrapartida, también nos encontramos con un ingente volumen de viviendas en los que vive un hombre o una mujer sola fruto de divorcios o viudedades. En 1980, por ejemplo, había 4.500 hogares en Málaga en los que solo vivía un hombre. Ahora son 84.000, casi 20 veces más.
Si meten en la coctelera todos estos factores (menor natalidad, más personas que viven solas, mayor retraso en la emancipación), el resultado final es que en los hogares malagueños viven ahora menos personas que antes. En 2014 la media fueron 2,6 y en 1981 eran 3,7.
ECONOMÍA
El giro que ha dado Málaga en estos 35 años es brutal, hasta el punto que ha multiplicado por 15 su Producto Interior Bruto (PIB). Se ha triplicado el número de pernoctaciones turísticas en los hoteles, se ha duplicado el número de plazas en establecimientos hoteleros, hay muchas más empresas y algunas de ellas son referentes nacionales e internacionales, y la exportación está en máximos históricos, entre otros aspectos. Basta con ver la evolución de la renta disponible per cápita, que ha pasado de los 2.672 euros en 1986 a los 11.910 euros en 2011 (último año publicado), o la remuneración media del empleado asalariado, que ha aumentado desde los 11.000 a los 28.000 euros. En cualquier caso, cabe señalar que tanto la renta como la remuneración siguen por debajo de la media española y europea. La apuesta por la creación de empresas, tanto de malagueños como de personas que han venido de otras provincias o países, es notoria. En 1980 se constituyeron 484 sociedades mercantiles y en 2014 fueron 4.775, casi diez veces más. Se da además la circunstancia de que Málaga está saliendo de la crisis y los datos actuales son menores a los de mediados de la década pasada.
MERCADO DE TRABAJO
Es uno de los aspectos más volátiles pues depende de la situación económica de cada momento. Ha aumentado la población activa y se ha duplicado el número de trabajadores afiliados a la Seguridad Social desde los 232.000 de 1983 a los 505.200 actuales. Pero también se ha disparado la tasa de paro. En 1980 estaba en el desempleo el 18,3% de la población activa malagueña y en 2014 estaba en el 30%, habiendo aumentado de forma similar tanto en los hombres como en las mujeres. La incorporación de la mujer al mercado laboral es otro de los fenómenos que se han producido en estas dos décadas. La tasa de empleo femenina era del 20% en 1980 y ahora está en el 36%.
La calidad de los contratos no mejora con la edad. En estos momentos el 95% de los que se firman son temporales y obtener uno indefinido es casi una quimera, lo que evita un mayor desarrollo y estabilidad de miles de malagueños de todas las edades, si bien los jóvenes son los más afectados.
EDUCACIÓN Y CULTURA
En 1980 el 12% de la población malagueña era analfabeta, llegando al 17% entre las mujeres. Hoy en día afortunadamente se ha conseguido reducir ese volumen hasta una media general del 3,1%, siendo del 4,1% en las mujeres. El interés por tener una mejor educación se ha generalizado y así se demuestra en los incrementos porcentuales de personas en relación con su nivel de estudios.
Hace 35 años lo habitual era tener solo estudios primarios, hasta el punto que era la carta de presentación del 53% de los hombres y del 49% de las mujeres. El volumen de personas con estudios secundarios se reducía drásticamente a apenas un 17% entre los hombres y un 13% en las mujeres, mientras que a los universitarios había que buscarlos prácticamente con lupa.
En estos momentos las tornas han cambiado. La mayoría de los malagueños tienen, al menos, estudios secundarios (54% en los hombres y 51% de las mujeres) y el segundo tramo más importante es el de personas con estudios secundarios. Aún queda un 14% de hombres y un 13% de mujeres con estudios primarios, aunque muchos de ellos son los mismos que ya contaban con ese nivel en 1980.
Hace 35 años ya existía la Universidad de Málaga aunque su oferta y sus instalaciones son ahora más amplias y se ha triplicado el número de alumnos matriculados. Se ha pasado, además, de tener 27 bibliotecas públicas a 155 en la provincia y de contar con 350.000 documentos en esos centros a superar los 1,5 millones. La producción editorial de libros y folletos en Málaga se ha multiplicado por 22 en este periodo analizado.
PROTECCIÓN Y BIENESTAR SOCIAL
En solo dos décadas y media se han producido tantos avances científicos, médicos, tecnológicos, etcétera que hasta la esperanza media de vida del ser humano ha aumentado de forma considerable teniendo en cuenta tan corto periodo de tiempo. En el caso concreto de los malagueños, la esperanza de vida del hombre en 1980 era de 71 años y ahora está rozando los 80, mientras que en la mujer se ha pasado de los 77 a los 84 años.
La atención médica es, al margen de los problemas con las listas de espera, la falta de personal por los recortes o la saturación puntual de instalaciones, mejor que hace 35 años. Se ha pasado de tener ocho hospitales públicos y privados en Málaga a 29 y de 32 centros de atención primaria a 180. También se ha duplicado el número de médicos colegiados por cada millar de habitantes, hasta sumar una media de 4,27. Eso ha permitido, por ejemplo, que la tasa de mortalidad infantil por cada 1.000 nacidos haya disminuido del 12% en 1980 al 3,8% en 2013.
El importe medio de las pensiones -aún siendo bajo respecto a la media nacional y europea- se ha duplicado en este periodo superando ligeramente los 800 euros. La mayor esperanza de vida, unido a un descenso del número de nacimientos, está provocando un envejecimiento de la población que va cada día a más y que es un fenómeno que se repite en toda Europa. La broma habitual cuando alguien tiene un hijo es darle las gracias a los padres porque sus descendientes contribuirán a pagar las pensiones. Al margen del chiste, la situación real es preocupante. El porcentaje de hombres y mujeres en Málaga con más de 64 años ha aumentado casi siete puntos en los últimos 35 años -ahora está en torno al 16%- y cada vez hay menos personas para abonar sus pensiones. En 1980 había 7,7 hombres de 15 a 64 años por cada varón de 64 años y ahora la proporción es de 4,7. En las mujeres, más de lo mismo. Se ha disminuido del 5,4% al 3,8%. A eso hay que añadirle que el volumen de menores de 15 años, tanto hombres como mujeres, ha caído prácticamente a la mitad respecto a comienzos de los años 80.
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