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La gran rebelión morisca

  • Benalauría congrega cada año a cientos de visitantes en una representación teatral que convierte las calles de este municipio en un auténtico escenario de batalla entre moros y cristianos

Benalauría volvió a ser tomada ayer por las tropas moras que se sublevaron contra los Reyes Católicos ante los incumplimientos de éstos sobre las condiciones para su rendición. Aquella rebelión se extendió por diferentes municipios de la Serranía de Ronda, que fueron controlados nuevamente por los moros y que hizo que sus habitantes cristianos lucharan por salvarlos con todo lo que encontraron a su alcance.

Para ello los vecinos de la localidad se dividen entre los dos bandos enfrentados, ataviados con las ropas de la época, y listo para la lucha por su causa. Además, un grupo de ellos se convierten por un día en actores, dando vida a los principales protagonistas de la historia. Un papel que preparan a lo largo del año y que cuenta con las explicaciones previas por megafonía para que los cientos de visitantes que acuden al municipio tengan unas nociones básicas sobre aquellos hechos para que puedan entender mejor qué se está representando.

Esta singular representación se realiza en la plaza del pueblos y algunas de sus calles adyacentes, que engalanan para la ocasión, y que revive una supuesta historia ocurrida sobre en 1.500, cuando parte de los mudéjares de Sierra Bermeja iniciaron una revuelta. En el caso concreto de Benalauría se interpreta la toma de las calles altas de la localidad y el secuestro del patrón del pueblo, Santiago, por el que las tropas moras piden una fuerte suma de dinero para pagar su rescate. Esa primera parte de la trama se desarrolla por la mañana, que discurre entre parlamentos, rumores sobre la llegada de los moros, saqueos de pueblos cercanos y varios enfrentamientos entre moros y cristianos.

A partir del secuestro del santo la fiesta vuelve nuevamente a la localidad, que espera la llegada de la tarde para que tenga lugar la segunda parte de esta historia. En este tiempo a más de un visitante es sorprendido para que colabore con el rescate del patrón del pueblo, una invitación amable a colaborar que la mayoría aceptan gustosamente.

Una vez comienza a caer el sol, y con el saco lleno por los dineros recaudados, toca pagar el rescate, recuperar a Santiago y devolverle a su templo, además de derrotar a las partidas moras, poniendo colofón a una obra de teatro en la calle que cada año convoca a un mayor número de curiosos en las calles de la localidad, que suelen quedarse pequeñas para acoger a tanto visitante. Incluso, muchos de ellos acuden vestidos para la ocasión, integrándose en una fiesta que ha contado este año hasta con su grupo de música andalusí.

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