Los graneles se hunden pese a la inversión

Tres tolvas ecológicas, que supusieron hace poco más de un año una inversión privada cercana a los 2 millones de euros, acabaron con la nube de polvo típica de algunos muelles del Puerto de Málaga. Se trataba de una antigua reivindicación ciudadana, terminar con las emisiones de los cementeros, pero éstas serían en la actualidad igualmente inexistente sin las citadas tolvas, pues el tráfico de graneles en general se ha desplomado en Málaga motivado por la crisis.

El responsable de la agencia Condeminas, José María Pérez, la empresa consignataria que más cemento mueve en Málaga, asegura que las previsiones más optimistas para este año son 150.000 toneladas, cuando el pasado año se movieron unas 600.000. Hace pocos años el debate radicalmente opuesto, entonces se hablaba de la necesidad buscar nuevos espacios para crecer. En 2005 se movieron unos dos millones de toneladas de graneles y un millón de derivados del cemento como el clinquer.

De las tres tolvas ecológicas, dos pertenecen a la empresa Tolvas Malacitanas (empresa constituida por la empresa Cementos Antequera y Condeminas) y la otra, de menor tamaño, a Hormicem. La inversión realizada por Tolvas Malacitanas fue de 1.240.000 euros, y la de Hormicem de 600.000. El proyecto se completaba con un circuito cerrado que transportaría la mercancía a un silo que debía construirse al final de los muelles 6 y 7. Finalmente sólo se adquirieron las citadas tolvas, que redujeron de forma significativa las emisiones y que hoy apenas tienen uso en el muelle. El motivo del desplome de este tráfico es la crisis del ladrillo, pues al pararse la construcción, ya no hace falta cemento.