El granizo hace estragos en vides y huertas de la comarca rondeña

La tormenta de granizo que este jueves cayó sobre el paraje de Los Pinos (Ronda), además de ocasionar problemas en algunos campings de la zona y en la carretera que une la ciudad del Tajo con la localidad de Cuevas del Becerro, hizo estragos sobre viñedos, huertas y frutales, que han quedado seriamente dañados.

Entre los afectados se encuentran las viñedos de la bodega Vetas, situada a mitad de camino entre Los Pinos y Arriate, que sufrió el azote del pedrisco durante más de 30 minutos con una intensidad y un tamaño desconocido en la zona. Así lo relataba ayer Juan Manuel Vetas, propietario de la bodega, al que la granizada le sorprendía mientras almorzaba en su casa, situada al borde de sus viñas. "Fue mi hija la que me avisó", explica mientras mira los daños que tienen las plantas y los racimos de uva. "Cuando terminé y salimos se me cortó hasta la digestión", dice.

El pedrisco caído acabó con buena parte de las hojas de las plantas y posteriormente comenzó a provocar daños sobre los racimos de uvas, que en estos momentos se encuentra en su última fase de su maduración. "Afortunadamente la vendimia viene un poco retrasada, porque si llega a estar en sus fechas habría sido una catástrofe absoluta", afirma Vetas.

Ayer se apreciaban cómo el granizo había rajado las uvas, que ahora tendrán que ser eliminadas para poder conservar la calidad de los vinos de esta añada, lo que supondrá una carga extra de trabajo, ya que la calidad de sus caldos es la marca de identidad de esta bodega rondeña, que únicamente produce unas 3.500 botellas al año, saliendo al mercado en un precio de venta de unos 25 euros.

Precisamente, la reducida producción hace que las pérdidas sean mucho más importantes, al haberse realizado una selección previa de la uva que supone el tirar casi la mitad de la cosecha. "Entre poco que dejo y ahora esta pérdida, pues ya me dirá", lamenta Vetas. Este hecho supone perder entre un 20 y un 30% de la uva que había sido elegida como la mejor una añada que estaba teniendo todos los condicionantes para ser de muy buena.

En los 22 años que lleva trabajando como viticultor en la Serranía de Ronda, fue uno de los padres de los nuevos viñedos rondeños, no recuerda haber vivido una situación parecida, y mucho menos con la intensidad y el tamaño del granizo caído a causa de esta tormenta.

Los suyos no han sido los únicos viñedos dañados. El granizo también afectó a algunas de las vides de la bodega Los Aguilares, que también tiene parte de sus plantas en una zona próxima al lugar que mayor intensidad de granizo registró. No obstante, en este caso parece que los daños sobre el fruto han sido menores, afectado a un área pequeña del viñedo. Además, los daños se habrían ocasionado principalmente sobre las hojas de las vides.

A los daños en los viñedos se suman los sufridos por las huertas de la zona, que han quedado prácticamente destruidas por el pedrisco, precisamente, en el momento en el que comenzaban a dar sus frutos. En las plantaciones se podían apreciar las plantas de tomates y pimientos totalmente arrasadas por la tormenta de granizo. "Es una pena ver que todo el trabajo ha sido para nada", decía uno de los vecinos afectados. No obstante, en la mayoría de estos casos de trata de plantaciones para el autoconsumo, aunque resaltan que el tener tus propias hortalizas y frutas supone un considerable ahorro en la cesta de la compra.

Mientras tanto, en Antequera, afectada en su zona centro por inundaciones, siguen haciendo recuento de los daños producidos. En este caso, las pérdidas se centran en los productos de alimentación alcanzados por el agua y el mobiliario dañado en algunos bares. También el almacén de una tienda de electrodomésticos resultaba afectado, aunque su responsable esperaba que no fuese demasiadas las pérdidas ocasionadas.

Ayer, aunque las previsiones no apuntaban a nuevas precipitaciones, los cielos se cubrieron de negro durante la tarde tanto en Ronda como en Antequera, lo que hizo temer nuevamente lo peor.

Antequera recuperaba ayer la normalidad tras la tromba de agua del jueves, que inundó el centro urbano, al caer 36 litros por metro cuadrado en sólo 30 minutos. Los trabajos de limpieza terminarán entre hoy y mañana.