Granjas avícolas malagueñas temen que el confinamiento por la gripe aviar afecte a su producción: “Las gallinas se estresan”

COAG dice que la medida apenas afecta a la provincia porque las explotaciones al aire libre son “mínimas”

Asaja Málaga pide tranquilidad ante la situación de gripe aviar y garantiza seguridad de población

Gallinas en jaulas, en una imagen de archivo.
Gallinas en jaulas, en una imagen de archivo. / M. H.

El confinamiento de las granjas avícolas ordenado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación desde ayer, para prevenir un aumento en los contagios de gripe aviar en época de migraciones de aves, ha sido acogido con resignación en las granjas malagueñas que tienen a los animales al aire libre. Aunque según el secretario provincial de COAG Málaga, Antonio Rodríguez, la medida apenas afecta a la provincia porque el número de explotaciones al aire libre es “mínimo” y que las zonas de mayor riesgo están en los municipios cercanos a la laguna de Fuente de Piedra. Los afectados por esta orden de confinamiento son los productores ecológicos, los camperos y las de autoconsumo. La mayoría son producciones familiares, con entre 2.000 y 4.000 aves.

En general entienden que la medida se adopta “por el bien de los animales”, pero recelan de ella porque, dicen, “las gallinas acostumbradas a salir se estresan encerradas”. Es lo que dijo Miguel Ángel Villalobos, de la granja La Huertezuela, en Alozaina, que en cualquier caso, aseguró que “prefiero esto a tener un caso de gripe aviar y tener sacrificar a todas las gallinas y un vacío de tres meses sin producción”. “Estamos con miedo de que podamos tener algún caso”, aseguró.

Para Inma Urbano, de la granja ecológica Río Grande, en Coín, la medida “no es la idónea”, porque “todos los casos que se han dado han sido en naves cerradas con ventilación forzada, no en granjas en el exterior”. Por su parte, Diego Macías, de la granja avícola Macías Gil, también en Coín, subraya que “siempre que sea por el bienestar de los animales y que no se contagien, me parece divino, pero sufren mucho porque están acostumbrados a salir desde el minuto cero”, por lo que espera que el confinamiento no se prolongue mucho. “Si me entra la gripe aviar es una ruina”, apostilló.

Alberto Pérez, veterinario de Asaja Málaga, subrayó que el confinamiento “no es un capricho”. Destaca que la bioseguridad en todas las granjas es muy alta para que el contacto con las aves sea el más reducido posible, y reitera un llamamiento a la “tranquilidad” de los consumidores: “Que la gente no le tome miedo a comer carne de pollo ni huevos”.

La organización recordó que la gripe aviar es una enfermedad infecciosa que afecta a todo tipo de aves y que su transmisión se produce principalmente por contacto directo entre las aves infectadas y las sanas, sus secreciones o heces, y de forma indirecta a través de superficies, agua o alimento contaminados.

En caso de detectarse algún foco, explicó Asaja, se activan de inmediato los protocolos de control y vigilancia establecidos por las autoridades veterinarias, que incluyen el aislamiento de las explotaciones afectadas, la desinfección de las instalaciones y el seguimiento exhaustivo de las zonas circundantes, llegando a producirse en situaciones que lo requieran, el vaciado sanitario.

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