Málaga

El grupo de La Moraga estuvo años sin pagar a la Seguridad Social

  • Este organismo le reclama a los dos administradores solidarios, Miguel Narváez y Luis Ballesteros, 311.000 euros de su patrimonio por impagos Hubo ocho notificaciones previas

Se vendió públicamente como un gran proyecto que iba a llevar la cocina malagueña por todo el mundo con el estrella Michelin Dani García como estandarte. Sin embargo, todo ha acabado como el rosario de la aurora: socios peleados, una larga lista de impagos y embargos, y un concurso de acreedores. Es el caso de Andalusian Gourmet Concept (AGC), la sociedad matriz del grupo de restaurantes La Moraga, en la que actualmente quedan como administradores solidarios Miguel Narváez -empresario procedente del mundo inmobiliario y marido de la diputada y secretaria general del PP en Málaga, Margarita del Cid-, y el hostelero Luis Ballesteros. A ambos les reclama la Tesorería General de la Seguridad Social desde diciembre del año pasado 311.869 euros de su patrimonio personal para hacer frente a las numerosas deudas contraídas por esta empresa con este organismo. En el caso de Luis Ballesteros, hay una segunda reclamación por importe de 82.196 euros de marzo del presente año.

Con Dani García como gancho y con el respaldo oficial de la Junta de Andalucía, que le concedió un préstamo participativo de 600.000 euros, el grupo de La Moraga fue poniendo picas en varios puntos de España. El aeropuerto, El Corte Inglés, o el Antonio Martín en Málaga capital, Córdoba, Fuengirola, un establecimiento especializado en dulces y un restaurante en Marbella... Pero estuvo tres años sin pagar a la Seguridad Social. En este ente público aparecen hasta ocho notificaciones entre noviembre de 2011 y junio de 2012 por impagos de las sedes de la Seguridad Social en Madrid y Málaga. Fuentes próximas a la operación subrayan que en todo ese periodo se han producido varias notificaciones de embargo y requerimiento de bienes, cuya ejecución fue paralizada cuanto entró en concurso. De hecho, el pasivo total de la empresa ronda los cuatro millones de euros.

Era tal la situación, que AGC tuvo que cerrar varios de los establecimientos que había inaugurado, como los de Córdoba o Fuengirola, entre otros, y solicitar el concurso de acreedores ante el juzgado mercantil número 1 de Málaga en marzo de 2013. Solo a la Seguridad Social le debe 307.956 euros. Tras la entrada de la administración concursal, los pagos sí se han regularizado en La Moraga de Antonio Martín y en La Moraga Banús, pero queda la deuda anterior. El pasado mes de junio se presentó un convenio que fue aceptado por la mayoría de acreedores y que ofrece una quita del 50% y un plazo de abono de siete años. El juez le ha dado el visto bueno y aún no se ha pagado ninguna cantidad. La Seguridad Social ni siquiera se manifestó, aunque no le hacía falta. La ley le permite reclamar el dinero íntegro por la vía del patrimonio personal de los administradores, como así ha hecho. Narváez indicó ayer a este diario que la notificación de la Seguridad Social en la que le reclama de su patrimonio los 311.869 euros mencionados "está recurrida".

Narváez reconoce la deuda con la Seguridad Social y el resto de acreedores y lo justifica en que "fueron negocios que terminaron siendo un fracaso y que acabaron mal". Pero detrás hay mucho más que eso y Dani García, un personaje mediático y uno de los principales valores de la cocina andaluza, juega un papel importante. El cocinero asegura a este diario que fue Miguel Narváez el que le "captó" para "hacer un proyecto grande restauración por España y por el mundo". García aceptó y no solo ponía la cara ante el público y las instituciones -su presencia fue clave para conseguir el préstamo de la Junta- sino que entre 2010 y 2012 ocupó el cargo de consejero y presidente de AGC, un periodo en el que no se hacían pagos a la Seguridad Social y otros acreedores. "Era un cargo honorífico. Yo no tengo ni idea. Soy cocinero y no empresario, yo hago croquetas", se defendió ayer García.

Lo que empezó como un acuerdo, a priori, fructífero para ambas partes finalizó en una pugna entre García y Narváez, que motivó que el chef abandonara La Moraga el 18 de junio de 2012. Ballesteros le compró sus acciones y quedó como administrador solidario, junto a Narváez. Menos de un año después, AGC entró en concurso. "Salí de la sociedad porque no cumplían con lo dicho. Solo querían montar establecimientos sin rumbo y sin profesionalidad. Me negué a abrir más restaurantes y decidí vender las acciones", comenta García.

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