Uno de cada tres hombres padece eyaculación precoz. La cifra parece alta, pero los especialistas aseguran que el 30% sufre esta patología de forma habitual y que el porcentaje se eleva hasta el 43% si se tiene en cuenta también a aquellos varones a los que les afecta en algún momento de su vida.

La patología la padecen ellos, pero quienes más la sufren son sus parejas. Los urólogos no se andan con rodeos para explicar esta afirmación: el eyaculador precoz aunque disfrute de una relación sexual más corta, completa su ciclo de erección, penetración y orgasmo; pero su pareja casi nunca lo alcanza. La experiencia de los farmacéuticos corrobora la afirmación de los urólogos de que la patología afecta de lleno a la mujer. Los boticarios afirman que son ellas las que mayoritariamente solicitan información sobre el fármaco que existe para su tratamiento.

Para comprender la magnitud del problema hay que tener claro el concepto de eyaculación precoz. Es la que se produce antes de un minuto desde que el pene entra en la vagina. Sesenta segundos. No es de extrañar que las mujeres que comparten relaciones sexuales con hombres que padecen eyaculación precoz se muestren un 35% más insatisfechas que el resto y que una de cada tres pierda interés por su vida sexual.

Los datos se desprenden del Estudio demográfico español sobre eyaculación precoz hecho por la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva (Asesa) y presentado ayer en Málaga. "Las mujeres viven el problema con más dramatismo y además lo consideran un trastorno médico en mayor medida que los hombres. Por eso son ellas las que animan a sus parejas a acudir al especialista", explicó el secretario general de Asesa, Antonio Martín Morales.

La razón es que el hombre, pese a la eyaculación precoz, logra el orgasmo y se satisface. No obstante, los varones también sufren en silencio esta patología que sigue siendo un tabú. "Muchos rehuyen las relaciones sociales y de pareja, no se van de copas y hasta hay casos de suicidios", aseguró ayer el vicepresidente de la asociación, Rafael Prieto.

Ambos urólogos plantearon el problema con crudeza, pero sin pesimismo. "La medicina tiene soluciones para muchas cosas y pasa por ir al médico", insistió Prieto. En la actualidad existe un tratamiento para la eyaculación precoz que triplica la duración de la relación sexual y es eficaz en tres de cada cuatro casos (70%).

Este fármaco requiere receta. Pero acudir al médico para estas parejas no suele ser fácil. Los jóvenes tardan menos en pedir ayuda, pero los mayores demoran "años".

Los urólogos insisten en la importancia de acudir a un especialista. "A veces la mujer confunde el problema con egoísmo del varón, se calla, hay mala comunicación en la pareja y se deteriora la relación. Hay que acudir al médico antes de que la cosa se venga a pique", insiste Martín Morales.

Los facultativos aclaran que no debe cundir la alarma. Un adolescente que no controla su eyaculación por falta de práctica cuando tiene relaciones sexuales con una pareja no es un eyaculador precoz. Para que exista la patología debe haber una "incapacidad recurrente". Lo peor es que cuando se produce, esa incapacidad se prolonga durante toda la vida si no se pone remedio. Porque a diferencia de la disfunción eréctil que aumenta con la edad, la eyaculación precoz es estable. Esta puede ser primaria -cuando fallan los receptores cerebrales que controlan la eyaculación- o secundaria -cuando es consecuencia de otra enfermedad, como ansiedad, estrés, problemas de próstata o metabólicos. Además, los eyaculadores precoces suelen tener más patologías que el resto de hombres. No se sabe por qué. De ahí que los urólogos insistan en la importancia de ir al médico.