Un 'honoris causa' curtido en mil batallas laborales

Desde la tranquilidad de haberse dejado la piel en defensa del mundo empresarial español, Juan Jiménez Aguilar disfruta ahora del descanso del guerrero. Nunca mejor dicho porque ha participado en centenares o miles de reuniones al más alto nivel entre empresarios y sindicatos. De esas que duraban hasta altas horas de la madrugada en los años 80 y 90 a cara de perro. Jiménez Aguilar, que ocupó la secretaría general de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) entre 1984 y 2008, fue ayer investido doctor honoris causa por la Universidad de Málaga en un acto solemne en la Facultad de Derecho al que acudieron numerosos empresarios y representantes de la vida universitaria, política o social. Entre ellos el vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, y su sucesor al frente de la Junta, José Antonio Griñán. Su padrino fue Vicente García, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad en la UMA y presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), una institución que Jiménez Aguilar ayudó a fundar en 1977 y que dirigió entre 1980 y 1984.

El nuevo doctor honoris causa agradeció ayer el reconocimiento y no dejó pasar la oportunidad de hablar de la crisis económica, máxime en un momento en el que la reforma laboral es de máxima actualidad. Jiménez Aguilar destacó que "el principal problema es el alto nivel de desempleo" y señaló que la mejor forma para evitar que el paro siga creciendo es "creando empleo productivo y el entorno para que ello sea posible". Reclamó apoyo a los sindicatos "porque con la creación de riqueza surge trabajo para todos"; recordó que las administraciones públicas "no pueden convertirse en un obstáculo sino que han de ser los colaboradores necesarios para hacer posible la creación o el renacimiento de una actividad empresarial viable"; y exigió a las entidades financieras que "hagan las reformas que procedan para que fluya de nuevo el crédito". Por su parte, la rectora de la UMA, Adelaida de la Calle, destacó valores en Jiménez Aguilar como la "concordia, el consenso, la generosidad o la altura de miras".

Jiménez Aguilar, nacido en Jaén pero malagueño desde los 23 años, juega ahora con sus nietas en su casa de El Atabal y al pádel, una de sus grandes pasiones hasta el punto que construyó en su vivienda la segunda pista que se hizo en Málaga. También le encanta ver cómo crecen los aguacates en una finca que tiene en Alhaurín El Grande. Ahora lo puede hacer con el birrete que le acredita como honoris causa.