Una hora de sueño más los domingos
Los vecinos de los alrededores de las iglesias agradecen la nueva restricción horaria para el repique de las campanas
Las molestias que pudieran ocasionar los repiques de las campanas de las iglesias a primera hora de la mañana ya no se volverán a repetir. Desde hace unos días, el horario quedó limitado de diez de la mañana a diez de la noche, por lo que las iglesias anularán el aviso de las primeras misas del día.
Hasta ahora había iglesias que comenzaban el repique para las homilías a las nueve de las mañana, hora que los domingos era considerada un poco abusiva para algunos vecinos, que agradecen la nueva medida. Cintia Torres vive con su novio en plena calle Larios, con vistas a la Plaza de las Flores. Hasta su vivienda llega el sonido de las campanas de las iglesias de las Esclavas, en la calle Nueva, y de San Juan y mientras que entre semana no nota el ruido porque se levanta temprano para trabajar, "los domingos llegan a despertarme", reconoce. "Tengo el sueño muy ligero y para un día a la semana que puedo permitirme el lujo de dormir hasta tarde, suenan las campanas", añade Cintia, mientras su novio, Matías Rivas, asegura que a él no le resulta nada desagradable y que "es una tradición bonita, que entra dentro del encanto de vivir en el centro".
Lo que sí reconocen ambos como bastante molesto es la coincidencia de repiques de las dos iglesias que se encuentran en la zona. "En fechas especiales como la Semana Santa, cuando suenan las dos iglesias a la vez, el sonido se mete dentro de la casa y entonces da igual la hora que sea, se hace insoportable", explica Cintia.
Para el albergue juvenil Babia Hostel, de reciente apertura junto a la iglesia de los Mártires, la iniciativa, de la que no tenían conocimiento, puede suponerle un aumento en el número de reservas, ya que todas sus habitaciones están orientadas hacia el campanario de la iglesia. "La verdad es que es molesto, la mayoría de la gente que se aloja aquí viene de vacaciones y lo de levantarse temprano con el repique de las campanas no entra dentro de sus planes", reconoce Santiago Bellina, uno de los trabajadores del Babia Hostel.
"A mí las campanas de la Catedral no me molestan sustancialmente, es un sonido al que te acabas acostumbrando, a no ser que seas muy nervioso", afirma Antonio Sánchez, vecino de la zona. Sin embargo, recuerda que cuando vivía con su novia, a ella sí que le molestaba el repique a ciertas horas, sobre todo cuando era demasiado temprano.
Rodrigo Barros, por su parte, lleva años viviendo en la calle Sevilla y él va mucho más allá al afirmar que la iglesia de San Pablo "toca a las siete de la mañana todos los domingos e incluso algún que otro día de diario", aunque reconoce que con el tiempo se ha ido acostumbrando y que hay otros ruidos en la zona que acaban molestando mucho más. De la misma opinión es Antonio Guirado, vecino de la calle Salvago, que asegura que con el tiempo "el repique de las campanas es de los ruidos que menos molestan en el centro de la ciudad comparado con los camiones de la basura que pasan por aquí a altas horas de la madrugada". "De hecho a mí me gusta el sonido que producen, es muy musical", añade.
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