El Hospital Clínico de Málaga aplaza algunas operaciones no urgentes para liberar camas

Seis sindicatos denuncian esperas de hasta “más de 48 horas” para el ingreso de pacientes y el “colapso absoluto e intolerable” de las Urgencias

Denuncian esperas de "más de 48 horas" para una cama y el "colapso intolerable" de las Urgencias del Clínico de Málaga

Hospital Clínico. / Javier Albiñana

No hay cama pa’ tanta gente. Es la letra de una canción de Celia Cruz y resume a la perfección la situación del Clínico. El hospital ha tenido que suspender un puñado de operaciones demorables de Traumatología durante dos días para no ocupar camas con pacientes que pueden esperar y tenerlas disponibles para casos urgentes. El aplazamiento se decidió sobre intervenciones extraordinarias de esa especialidad de este miércoles y jueves; operaciones que se hacen de tarde para reducir listas de espera. Sobre todo eran prótesis de rodilla.

El centro sanitario dio a conocer la medida después de que la junta de personal del hospital denunciara que pacientes llegan a esperar hasta “más de 48 horas” en camillas o sillones por una cama donde ingresar -algunos de ellos con patologías graves que requieren hospitalización urgente- y que los profesionales están “al límite físico y psicológico”. Es la realidad que describieron los seis sindicatos de ese órgano de representación para denunciar el “colapso absoluto” de las Urgencias del hospital. El tapón se produce en ese área porque no hay camas en las plantas para ingresar a los pacientes.

Aunque el Clínico no concretó cuántas, las operaciones suspendidas son pocas. Sin embargo, es el síntoma de un hospital cuyos recursos –según denuncian los profesionales– son “insuficientes” para atender la zona de la capital y la provincia más densamente poblada y que es la que más crece en habitantes.

El centro sanitario recalcó que mantiene toda la actividad quirúrgica programada y urgente de tipo oncológico y preferente, que estudia un plan de contingencia para mejorar la respuesta y que tiene abiertos todos sus recursos disponibles.

Estas aclaraciones llegaron un par de horas después de que CCOO, CSIF, FTPS, UGT, el Sindicato Médico y el de Enfermería –integrantes de la junta de personal– emitieran un duro comunicado en el que denunciaron que “la situación es cruel y deshumanizadora y está generando un sufrimiento innecesario tanto en los pacientes como en sus familias”. Ante el escenario -que definieron como “un atentado” contra la sanidad pública- exigieron la dimisión del gerente del centro sanitario, Jesús Fernández.

Aún no ha comenzado el verano, cuando las vacaciones anuales, merman el personal, pero los profesionales aseguraron que ya el colapso alcanzaba “niveles intolerables”. Como muestra de ello, precisaron que este miércoles había más de 30 enfermos en Urgencias sin cama asignada, ubicados “en pasillos saturados, sin la privacidad ni las condiciones clínicas necesarias”. Una situación que los sindicatos calificaron de “emergencia asistencial”.

El hospital reconoció que el complejo está atendiendo a más de un millar de pacientes diarios en sus tres puntos de Urgencias (Clínico, Hospital de Benalmádena y del Guadalhorce), “lo que supone el mayor número de atenciones de esta índole en todos los centros de la provincia”. Una realidad a la que achacó que la asistencia se demore en algunos tramos horarios. Frente a esta realidad, el hospital agradeció el “gran esfuerzo” de los profesionales por atender a los pacientes “en tiempo y forma”, así como la comprensión de los pacientes y sus familiares.

Por su parte, los sindicatos denunciaron que la “gravísima falta de personal” afecta a todas las categorías. “Las plantillas están mermadas, agotadas y forzadas a asumir cargas de trabajo insostenibles”, aseguraron. Hay, según insistieron, profesionales doblando turnos, trabajando sin descansos adecuados y enfrentándose a “una presión constante, sin medios ni respaldo”.

Las seis organizaciones manifestaron en un escrito remitido a la prensa que frente al colapso y la “desesperación de pacientes y trabajadores”, la gerencia opta por “el silencio y la inacción”. Por ello, exigieron su dimisión ante “su irresponsabilidad” e “incapacidad” ante una situación que está “desbordada”.

Para la junta de personal, “ya no es posible seguir tolerando esta dejación de funciones, ni normalizar esta emergencia que se vive en Urgencias”. Por ello, reclamó a la Consejería de Salud que refuerce de manera urgente el personal en todas las áreas críticas, que se amplíen las camas para ingresos y que se desarrollen planes de contingencia reales. Unas medidas que ha demandado para que “ningún paciente vuelva a esperar días enteros en una camilla o sillón para ser atendido y/o ingresado como merece”.

Las seis organizaciones que representan a la plantilla del Clínico estimaron además que no se trata de una crisis puntual, sino que es el “resultado de años de recortes, gestión deficiente y abandono institucional de la sanidad pública”. Además, insistieron que lo que está ocurriendo en el hospital no es un caso aislado, sino “el reflejo de un sistema sanitario que se desangra mientras se ningunea a quienes lo sostienen con su vocación y esfuerzo diario”.

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