Economía

Los hosteleros de Málaga exigen un plan de rescate para no cerrar sus negocios

  • La patronal no ve lógico el adelantamiento del horario de cierre, reducir en dos personas el aforo de las mesas o la clausura de las discotecas y señala que es una “ruina total”

Varias personas en la terraza del Mercado Central este lunes.

Varias personas en la terraza del Mercado Central este lunes. / Alvaro Cabrera (Málaga)

El sector hostelero pedía hace unos días ayudas a las Administraciones para poder sobrevivir a la catástrofe económica y laboral generada por el coronavirus y ahora, tras la nueva normativa que trae consigo el cierre de establecimientos de ocio nocturno o nuevas restricciones en los restaurantes, exigen directamente un rescate. Una especie de Plan Marshall, cuyas medidas aún están siendo elaboradas por las patronales, para un sector que genera miles de empleos y miles de millones de euros en la provincia de Málaga y que está atravesando su peor crisis en las últimas décadas.

“Exigimos un plan de rescate que permita salvar a las empresas y los puestos de trabajo, especialmente en el segmento del ocio nocturno porque se ha obligado a su cierre”, señala Javier Frutos, presidente de la asociación de empresarios hosteleros de Málaga Mahos, quien añade que “el escenario de pérdidas que tenemos ya es bastante considerable y esto lo acrecienta aún más, por lo que va a haber muchísima destrucción de empresas y de empleos”.

La vida es caprichosa y si hace justo un año los restaurantes, bares de copas y discotecas estaban a rebosar con la Feria de Málaga y con un nuevo récord turístico en la Costa del Sol, apenas doce meses después la situación es radicalmente distinta y los empresarios están desgastando sus calculadoras haciendo números y pidiendo créditos para intentar salvar sus negocios. “Agosto es un mes muy importante para la hostelería, vamos a tener pérdidas y en estos 15 días que quedan estas medidas tan restrictivas ponen al sector en una situación muy crítica”, comenta Frutos, quien no solo lamenta que no haya ayudas al sector sino que tampoco se les ha tenido en cuenta a la hora de estudiar posibles salidas “lo que dice mucho de la improvisación con la que están actuando las Administraciones tras tantos meses conviviendo con este virus”.

El presidente de esta patronal critica que adelantar el cierre de los restaurantes a las 1:00 “no se basa en ningún criterio científico que diga que a partir de esa hora puede aumentar el contagio, por lo que es una medida que no tiene sentido, así como tampoco lo tiene disminuir de 12 a 10 personas los grupos en los establecimientos”. Frutos reitera, como lleva haciendo en las últimas semanas, que el sector hostelero se siente “indefenso” y lamenta que “quedemos señalados como el único culpable de que haya rebrotes cuando tanto los restaurantes como los bares estábamos aplicando concienzudamente las normas de higiene o distancia obligatoria”. En su opinión, si los bares cierran a la 1:00 habrá más fiestas privadas, botellones o reuniones familiares y de amigos con un menor control y se podrían provocar más contagios.

Javier Frutos y Juan Rambla hace unas semanas en la calle Larios. Javier Frutos y Juan Rambla hace unas semanas en la calle Larios.

Javier Frutos y Juan Rambla hace unas semanas en la calle Larios. / Javier Albiñana (Málaga)

Juan Rambla, presidente de la asociación de bares de copas y discotecas Noche Málaga, va en la misma línea. “Estaba claro que nos iban a cerrar porque hay grandes campañas en medios de comunicación contra el ocio nocturno, poniendo imágenes de chiringuitos, fiestas privadas o incluso del ascenso del Cádiz que no tienen nada que ver con el ocio nocturno pero ni una sola de una discoteca en la que se infrinja la normativa”. Señala además que Aragón y Cataluña “no han permitido el ocio nocturno desde que acabó el estado de alarma y son las que tienen más contagios”. Rambla, que también es portavoz de la asociación a escala nacional, apunta que “hay que aprender a vivir con el virus porque está aquí para quedarse” y afirma que "la tasa de hospitalizaciones por coronavirus es muy baja y no justifica parar un sector entero”.

Este empresario destaca que “necesitamos un rescate porque tras seis meses hay negocios que aún no han abierto y los que sí lo hemos hecho ha sido peor porque hemos tenido que hacer una fuerte inversión en mobiliario, mascarillas, geles, etcétera con solo un 40% del aforo para que nos cierren al mes y medio”. Esta nueva clausura, indica, “se va a cargar un porcentaje altísimo de negocios porque hasta ahora hemos tenido préstamos ICO que hay que devolver y no sabemos cómo se va a hacer si los locales están cerrados”. Entre las ayudas, consideran necesario que les cubran los seguros sociales y que haya medidas que palien distintos gastos como el alquiler, entre otros “porque la Administración no nos permite trabajar”. Este martes varios empresarios del sector han convocado a las 12:00 una protesta en el Ayuntamiento de Málaga.

“Esto es una ruina total y caerán entre el 50 y el 60% de las pequeñas y medianas empresas de hostelería en Málaga porque económicamente no se puede aguantar más”, señala José Porras, uno de los hosteleros más conocidos de la capital. Sus tres establecimientos -Trillo, El Rescoldo y Moonligth- permanecen cerrados desde marzo aunque “si no pasa nada queremos abrir el Trillo y el Moonlight a principios de septiembre”. “Íbamos a abrir la semana pasada pero no hay ambiente ninguno. En el centro no hay turistas, no hay feria, no hay gente trabajando y se está quedando desierto”, añade este empresario, quien pide que todo el mundo ponga su granito de arena para salir de esta situación: desde los propietarios de los locales, que apenas han rebajado el precio del alquiler, a las Administraciones que puedan disminuir las tasas. “Sabemos que no es culpa de nadie, pero hay que remar entre todos porque no se pueden tener negocios inviables”, recalca Porras.

En este sentido, este hostelero afirma que los dueños de los locales han disminuido el precio de los alquileres “como mucho durante los tres meses del estado de alarma”y reitera que muchas empresas “lo van a pasar mal”. “Las cuentas son duras y esto es desesperante”, insiste este empresario que, por ejemplo, acaba de traspasar su restaurante en El Palmeral del puerto a la empresa Gutiérrez y se ha instalado en su lugar un chiringuito.

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