El hotel apartamento Bajondillo de Torremolinos permaneció operativo en el confinamiento y lo hará en invierno aunque solo prevén tener un 10% de ocupación
El hotel apartamento Bajondillo, un cuatro estrellas inaugurado en 1976 en Torremolinos, piensa permanecer abierto durante todo el invierno aunque apenas le lleguen turistas por la pandemia del coronavirus. Lo hacen, afirman, por darle la posibilidad de alojamiento a sus clientes de toda la vida -muchos de ellos familias que llevan varias décadas instalándose en este complejo- y por tener al 70% de su plantilla fija operativa.
Este hotel fue uno de los pocos en la Costa del Sol que permaneció abierto incluso durante los meses de confinamiento, aunque se debió a que sus 622 habitaciones tienen cocina, salón y dormitorio, por lo que muchos de los turistas que ya estaban allí alojados en marzo decidieron quedarse y encerrarse en esa habitación antes que regresar a su provincia o país de origen. “En ese momento teníamos 700 huéspedes y los que quisieron quedarse lo hicieron, nosotros tuvimos que reducir al mínimo el servicio y actuamos solo como si fuéramos un edificio de viviendas”, comenta Miguel Castillo, subdirector del hotel.
Este verano ha sido duro, como en el resto de hoteles de la Costa del Sol. Su ocupación en julio y agosto fue del 35% pese a que lanzaron varias ofertas como estancias de diez noches pagando siete o de siete noches pagando cinco. Saben que el otoño y el invierno va a ser muy complicado y, de hecho, ahora solo tienen una ocupación del 10% y creen que se mantendrá este paupérrimo porcentaje en los próximos meses.
Saben que no es rentable, pero afirman que lo hacen por su clientela habitual y por tener operativa al 70% de la plantilla
Mantener el hotel abierto con ese índice de ocupación no es, desde el punto de vista estrictamente económico, rentable, pero Castillo afirma que lo harán por dos motivos. “El primero es porque se lo debemos a todos aquellos clientes que llevan muchos años viniendo, que no queremos que se encuentren con el hotel cerrado si deciden viajar, y el segundo es que recuperamos al 70% de nuestra plantilla del Expediente Temporal de Regulación de Empleo (Erte), unas 56 personas, y no queremos mandarlas otra vez al Erte. Sabemos que no vamos a tener huéspedes para toda esa plantilla, pero les pondremos a hacer otro tipo de trabajos ya que aprovecharemos este tiempo para hacer mejoras y reformas en las instalaciones”, subraya el subdirector de este complejo cuyo propietario es Juan Pedro Weis. Castillo afirma que prefieren ver esta apuesta como una inversión en lugar de un gasto. “Nos va a costar dinero porque no vamos a hacer caja como en otros años pero pensamos que cuando todo vuelva a la normalidad también será más fácil seguir con la operativa hotelera normal al no cerrar”.
David Briones, director de salud del hotel, y Juan Pedro Weis, el propietario.
En este hotel, explican, tienen clientes españoles y extranjeros repartidos prácticamente a partes iguales. Desde que se decretó el confinamiento y el estado de alarma el turista internacional casi desapareció -a excepción de los que decidieron pasar el encierro en su habitación del hotel- y han tenido reservas muy de última hora de andaluces o madrileños.
De cara al otoño y al invierno Castillo detalla que suelen tener clientes de larga estancia, incluso algunos procedentes de Canadá que están varios meses alojados “porque dicen que les sale más barato quedarse en Málaga que estar en su casa en Canadá con la calefacción puesta en invierno”. Este hotel ofrece descuentos del 10% a partir de la vigésima noche y hay ofertas progresivas en función de las pernoctaciones. Si pasan más de 90 días la tarifa se queda en 34 euros por noche.
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