Los hoteleros llevarán a la Fiscalía las falsas denuncias de británicos

En la Costa del Sol ya se han detectado fraudes por supuestas intoxicaciones alimentarias en complejos 'todo incluido' en Torremolinos, Benalmádena y Fuengirola

Los hoteleros llevarán  a la Fiscalía las falsas denuncias de británicos
Los hoteleros llevarán a la Fiscalía las falsas denuncias de británicos
Ángel Recio

Málaga, 01 de junio 2017 - 02:07

Los hoteleros de la Costa del Sol y del resto de España ya no aguantan más y piensan denunciar ante la Fiscalía a cualquier cliente británico que se presente con una falsa denuncia por supuesta intoxicación alimentaria, un fenómeno que está creciendo como la espuma, que ya ha afectado a establecimientos hoteleros de Torremolinos, Benalmádena y Fuengirola y que, en el conjunto nacional, se estima que está ocasionando unas pérdidas de unos 60 millones de euros a los hoteles. "Nos plantamos de forma definitiva, vamos a llevar a la Fiscalía a los clientes que pongan denuncias falsas y, aunque los británicos son nuestro principal cliente internacional, si hay que cortarlos se corta porque estas prácticas están afectando a la cuenta de resultados de los hoteles", expone Luis Callejón, presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), quien subraya que los hoteles no van a abonar ninguna indemnización más por esa supuesta intoxicación fraudulenta.

El caso lleva meses castigando a varios destinos turísticos españoles y también ha entrado ya en la Costa del Sol. El modus operandi es el siguiente. Se han creado redes, encabezadas por abogados británicos, que captan a los turistas ingleses que veranean en España. Se acercan a ellos en la puerta de los hoteles, en las playas, en los restaurantes y bares de copas -hasta tienen furgonetas estacionadas con publicidad- y les preguntan si quieren que sus vacaciones les salgan gratis. La fórmula para conseguirlo es que el turista vaya a una farmacia, compre, por ejemplo, un medicamento contra la diarrea y se quede con la factura. Cuando vuelve a Reino Unido, ese turista solo tiene que ir a su agencia de viajes y asegurar que ha sufrido una intoxicación alimentaria por la comida del hotel. Como prueba aporta la factura de la farmacia y un informe realizado por un médico de esa red. La ley británica de protección al consumidor es muy garantista y obliga al touroperador a devolverle el dinero al cliente. La agencia de viajes se pone en contacto con el hotel, le expone el problema y le descuenta el importe a abonarle. Dicho de otro modo, al turista le salen gratis las vacaciones, los abogados que realizan el trámite se llevan una comisión, el touroperador le pasa el mochuelo al hotel español y éste último es el que paga.

Vacaciones gratis para el turista, comisión para los abogados y el hotel es el que pagaEl presidente de Aehcos asegura que se "plantan" y que están "indignados"

Los hoteleros están indignados con esta práctica, que empieza a ser cada vez más habitual y que afecta principalmente a hoteles todo incluido ya que son complejos en los que el turista desayuna, almuerza y cena en el recinto. Canarias, Baleares o la costa alicantina están siendo las zonas más dañadas por esta práctica porque poseen un gran número de hoteles todo incluido, pero la mancha de aceite se extiende al resto del país y Málaga no es una excepción. "Han llegado a poner denuncias falsas incluso estando en media pensión, cuando comen fuera del hotel y nadie puede decir que la intoxicación se haya producido en el recinto hotelero", afirma estupefacto Callejón.

Comprobar que esa intoxicación es falsa es relativamente fácil porque, curiosamente, solo enferman los británicos, mientras que los centenares de clientes de otras nacionalidades que han ingerido los mismos alimentos no han tenido ningún problema. No obstante, para evitar engorrosos procesos legales y mientras la cuantía ha sido pequeña, los hoteles han pagado aún a sabiendas de que le estaban estafando. Pero el fraude está cobrando tal magnitud -en Gran Bretaña hay incluso periodistas que se han hecho pasar por turistas en España y que han narrado en sus medios como se realiza la denuncia falsa- que no piensan transigir más.

"Nos gustaría seguir manteniendo a los británicos, pero no a costa de la desaparición de las empresas", prosigue Callejón, quien apunta que en Grecia está pasando lo mismo y que un hotel, tras denunciar al cliente y aportar como prueba sus imágenes y comentarios positivos en sus redes sociales, ha conseguido que le sancionen con una gran multa y embargo de la vivienda.

Miguel Sánchez, propietario de la cadena hotelera MS y responsable turístico de la CEA, indica que es fundamental la actitud que adopten los touroperadores británicos. "Están también indignados porque les ocasiona problemas, se está haciendo un frente común y espero que esto se zanje porque si no sería horroroso", subraya. Sánchez asegura que hay touroperadores que están investigando si esas denuncias son o no falsas. Miguel Bordera, director de zona de la cadena hotelera Medplaya, señala por su parte que en el Bali, un todo incluido que poseen en Benalmádena, no han sufrido, por ahora, este tipo de prácticas.

La patronal hotelera nacional (Cehat) ya se ha reunido con la Asociación Británica de Touroperadores y Agencias (Abta) para buscar soluciones conjuntas y, en el plano político, el consejero de Turismo y Deporte, Francisco Javier Fernández, ha mostrado en varias ocasiones su apoyo.

Renegociarán las cláusulas con los touroperadores

En los últimos 40 años los contratos firmados por los touroperadores británicos con los hoteles incluyen una cláusula por la cual el hotel es responsable en caso de que el cliente sufra cualquier tipo de percance en el interior de su establecimiento. Los hoteles, hasta ahora, no habían puesto objeción alguna porque defienden la calidad de los alimentos y servicios que ofrecen y porque, explican, "pasamos miles de controles y tenemos acuerdos con hospitales de la zona por si hubiera algún problema". Callejón afirma que los touroperadores, ante la masiva presentación de falsas denuncias, les están ofreciendo a los hoteles mantener esa cláusula a cambio de pagarles más dinero, una medida que "no vamos a aceptar porque nos deja completamente indefensos". Los hoteleros insisten en que si todas esas denuncias fueran reales "la Organización Mundial de la Salud nos habría cerrado el destino" y se prevé duras negociaciones con las agencias de viaje.

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