Los hoteles asumirán la subida del IVA para no afectar a las reservas
Los bares y restaurantes, donde el impuesto pasará del 8% al 10%, sí aplicarán el incremento del impuesto sobre los consumidores · El pescado, la carne, la recova y el agua suben hasta el 10%
Qué tiempos aquellos en los que los vecinos sólo tenían que enfrentarse a la temida cuesta de enero, a ese muro elevado que suponía la subida de los precios coincidiendo con el inicio del año. Pero esa pesadilla, ante la necesidad del Gobierno de rascar euros para las arcas del Estado, se repetirá en apenas cuatro días, con el inicio de septiembre. La fecha está fijada en el calendario para que el Impuesto de Valor Añadido, el IVA, aumente la carga que tiene sobre la práctica totalidad de productos y servicios, hasta alcanzar la frontera del 21%, circunstancia que, más allá de la incidencia sobre los ciudadanos, preocupa sobremanera a comerciantes, hoteleros y hosteleros que observan desde hace años una reducción continuada del consumo.
La respuesta varía en función de los protagonistas, ya que hay algunos, como los hoteleros, que tienen clara la necesidad de ser ellos los que asuman directamente el aumento del 8% al 10% en los precios; opción que contrasta con la que, parece, adoptarán finalmente los gestores de bares y restaurantes, que se ven incapaces de seguir haciendo recaer sobre sus ya mermados ingresos este incremento tributario.
"Entiendo que la mayoría de los hoteleros van a asumir la subida del IVA porque el mercado ahora anda tan mal que se han tenido que bajar las tarifas", explica el vicepresidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Francisco Moro, quien admite que una subida del 2% en los costes "puede echar para atrás a mucha gente interesada en venir". Según Moro, este aumento del IVA sitúa a España como uno de los destinos más caros de Europa, donde el mismo tributo ronda el 8% o el 9%, e incluso desciende al 5% en algunos estados.
Para el sector la consecuencia es clara: "Nos va a hacer daño". "Hace daño no sólo la subida del IVA hotelero sino también el del transporte, el de los alimentos", comenta. Porque todo incide, al final, sobre el turista. En cuanto a la incidencia sobre los empresarios, Moro apunta que esta última variación al alza, sumada a otra anterior, va a obligar al sector a prever unos aumentos de gasto de en torno al 3% durante al menos un año. Una medida que no ayuda, en absoluto, a suavizar la imagen en el exterior, al objeto de allanar la llegada de foráneos. "Es echar gasolina al fuego; ahora mismo todo está parado por el IVA y por el temor que haya movilizaciones en septiembre", explica.
Los números que maneja la Asociación de Hosteleros de Málaga (Aehma) apunta a que la incidencia de la subida puede ser de un 12% de media por factura. Es decir, que si un almuerzo o una comida le cuesta hoy unos 30 euros, a partir de septiembre el valor alcanzará los 33,6 euros. El presidente del colectivo, Rafael Prado, tiene clara la dificultad de que sean los propios empresarios los que asuman esta variación en sus costes, dada la actual guerra de precios que existe entre establecimientos.
La medida que sí están barajando los hosteleros pasa por hacer ver al cliente que ese aumento del precio no está vinculado con el sector, sino con las medidas del Gobierno. Para ello, Prado señala que se estudia poner el IVA a parte en las facturas, para que el cliente vea exactamente cuánto supone ello. En cuanto al comercio, la incertidumbre es aún mayor. El presidente de la federación que los agrupa en la provincia, Fecoma, Enrique Gil, aclara que la idea inicial es que sean los empresarios los que asuman el aumento de los costes, "hasta que se pueda". Porque, como indica, "si tengo 50 productos en stock podré venderlos por el precio actual, sin aplicarle el IVA nuevo, pero a partir de ese momento tendrán que cobrarlo", comentó. "Es una medida que en ver de generar más ingreso al Estado va a generar menos y perjudicará a los comerciantes; irá en perjuicio del consumo", insistió Gil.
Entre los productos que no se ven alterados y que mantienen el tipo impositivo en el 4% están los alimentos de primera necesidad (pan, lácteos, frutas, verduras y legumbres, tubérculos y cereales), los libros (también los escolares), periódicos, revistas, medicamentos y vivienda de protección oficial de régimen especial o promoción pública. Tampoco se encarecen los servicios a personas mayores (teleasistencia, ayuda a domicilio, centros de día y noche y atención residencial) ni las prótesis e implantes para personas con minusvalía. La visita al dentista, estomatólogo, mecánicos dentistas y protésicos dentales sigue exenta del pago del IVA.
Donde sí se notará será en la cesta de la compra. El pescado, la carne y la recova verán que IVA pasará del 8% al 10%. En este tramo de subida moderada se incluyen también el agua, las semillas, bulbos o esquejes, y otros productos como gafas graduadas y lentes de contacto; bares, restaurantes y hoteles, los servicios de comida y música para bodas; las tarifas de los transportes y las obras en edificios y viviendas, ya sea de comunidades de vecinos o particular. En el tramo máximo, hasta el 21%, se incluye el material escolar, donde el impuesto sube 17 puntos. Las facturas familiares de luz, gas, teléfono, ropa y calzado, gasolina-gasoil, tabaco, compra de coches, entradas de cine, teatro, toros y circo, compra de CD y DVD y cosmética también sufrirán el incremento del IVA hasta el tipo general máximo del 21%.
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