La huella del comandante Benítez
El Ateneo acoge hasta el viernes un ciclo titulado 'Annual, imágenes y memoria del desastre. Noventa aniversario de la gesta de muchos héroes anónimos' · Se exponen 20 fotografías sobre la batalla
Hace noventa años la calle Larios estaba llena de soldados que se preparaban para embarcar hacia un destino incierto y con un patriotismo exagerado, sin saber lo que les iba a esperar. Ocho meses después tuvo lugar el desastre militar más grande que ha vivido España desde tiempos de Felipe II. Entre los hombres que en esos años partieron hacia Marruecos participar en la conocida como Guerra de África se encontraba el comandante Julio Benítez y Benítez. El Ateneo de Málaga acogió ayer la conferencia Tras la huella del comandante Benítez, de Málaga a Igueriben, impartida por Esteban Alcántara Alcalde, licenciado en Historia y escritor, quien participó en una expedición a Annual en el año 1989.
Benítez nació el 17 de agosto de 1878 en la localidad de El Burgo, en la Serranía de Ronda. Era hijo de un capitán y por eso el ambiente castrense de su propia casa le hizo ingresar en la Academia de Infantería de Toledo cuando todavía no había cumplido los 17 años. No cumplió el tiempo de cadete necesario, porque la realidad de Cuba y en Filipinas hizo que estos oficiales salieran en el año 1896. Entonces Benítez fue destinado a Cuba. Nada más llegar cayó enfermo y fue herido en un pierna. "Esta herida será fundamental para identificar los restos del comandante, tras la tragedia de Igueriben", comentó Alcántara.
La implicación definitiva Benítez en Marruecos comienza en 1918 cuando el comandante manda la tropa hacia la posición de Sididris justo en la noche en que cae Abarrán, tal y como explicó Alcántara, la derrota en esta zona fue culminante para desencadenar el desastre de Annual en julio de 1921. "La posición era fundamental aguantarla, porque al haber caído Abarrán solo unas horas antes, otro desastre de esta magnitud hubiese debilitado seriamente la línea de avance del ejército español", afirmó. Después de esto, Benítez estuvo al mando de la posición de Igueriben, a cinco kilómetros de Annual y esencial por su importancia logística. "Yo que he estado allí, me parece casi imposible que ese número pudieran ocupar ese espacio, tendrían que estar muy apretados. De hecho cuando los rifeños tiraban desde la colina del noroeste prácticamente hacían bajas en ellos", opinó. En esta posición se libraron crudos combates entre el 17 y el 21 de julio de 1921, que finalizaron con la muerte de Benítez.
Según explicó Alcántara, la línea de avance del ejército español se vio debilitada tras la toma por parte de los rifeños de la llamada Colina de los árboles, desde donde éstos impedían la llegada del abastecimiento a la tropa. "No se entiende cómo teniendo tantos elementos de artillería no se abrió una calle con fuego, no se planteó nunca que esto sirviese para escapar de la posición", dijo. Los famosos mensajes enviados por el comandante Benítez hacia el mando de Annual se enmarcan en estos días. Uno de ellos decía: "Parece mentira que dejéis morir a vuestros compañeros, a un puñado de españoles que se han sacrificado delante de vosotros". "Cuando Benítez dice esto, los soldados de Igueriben se han metido chinas en la boca para segregar saliva, han hecho hoyos para meterse dentro y se han bebido la orina", asegura. Finalmente la evacuación se desarrolló en unos momentos dramáticos. El 50% de los soldados caen muertos en la puerta. El cuerpo del comandante Benítez fue hallado en Igueriben en 1922 y trasladado a Annual, donde fue enterrado.
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