La ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, ha inaugurado hoy el Centro de Atención, Estabilización y Derivación (Caed) de Málaga capital. Este espacio, en el que las personas inmigrantes reciben asistencia psicológica, social y jurídica durante unos días hasta ser derivados a otros centros, cuenta con una capacidad de 230 plazas, de las cuales 170 son para varones y 60 para familias con menores. 

Este tipo de centros, de los que ya se han abierto siete en España y que son financiados por el Ministerio, son de estancia temporal para las personas que llegan en patera. Primero son atendidos de urgencia en la base que Cruz Roja tiene ubicada en el propio puerto de Málaga y, desde ahí, son enviados a este nuevo edificio en el que se puede tramitar la situación de cada persona de forma digna. Hay varias habitaciones con literas, dos comedores (uno para hombres y uno para mujeres), enfermería o una ludoteca para niños, entre otras instalaciones.

En estos momentos el Caed de Málaga, que es gestionado por Cruz Roja, está acogiendo a 53 personas e irá captando más en función de las necesidades que se vayan generando. 

"Este centro forma parte de una red que comenzamos a crear en el verano pasado por la presión migratoria que había. Con este que se inaugura en Málaga hay siete en España con un total de 1.500 plazas, a las que hay que sumarle otras miles que tenemos para la atención humanitaria, por lo que en total tenemos 5.140 plazas para dar un trato digno a las personas que vienen en patera y que llegan a nuestras costas", ha explicado Valerio. 

La ministra ha señalado que "este gobierno en funciones se ha tomado la cuestión migratoria con seriedad y lo que se pretende es que existan infraestructuras dignas para poder pasar de esa primera atención en carpas o en polideportivos a hacerlo en centros como este. Es cumplir con la normativa de derechos humanos y dar una atención digna a las personas que vienen a nuestro país huyendo del hambre, de la miseria, de las guerras, de las persecuciones o de la enfermedad".

Valerio, que ha transmitido este mismo mensaje al medio centenar de inmigrantes que están ahora en este espacio en Málaga con la ayuda de un traductor de francés, no ha querido pronunciarse sobre el conflicto en el que se encuentra el Open Arms, aunque sí ha defendido una política común europea sobre migración.