Iniciativa, talento y equipo para dibujar una Málaga única

Premios Malagueños de Hoy 2025

Los premios reconocen el empuje, la formación, la valía, el conocimiento y la determinación, incluso frente al vértigo

Así fue la XXI Gala de los Premios Malagueños de Hoy 2025

Antonio Méndez, durante la presentación de los premios.
Antonio Méndez, durante la presentación de los premios. / Javier Albiñana

Málaga Hoy ha elegido este año a un político entre sus premiados. Si escogiéramos las palabras del año, seguro que aparecen entre ellas polarización o crispación. Y aún así este decide reconocer a alguien que precisamente no ha pasado inadvertido en estos lances, porque tiene como misión marcar a fuego a determinados miembros del Gobierno.

Elías Bendodo, uno de los participantes descatacados en esas confrontaciones que recuerdan al Viejo Oeste. Pero como el premio no nos lo patrocina Topuria ni su UFC, sino la Fundación Unicaja, el motivo está muy alejado de la confrontación.

Él fue el presidente de la Diputación de Málaga que convirtió en realidad El Caminito del Rey, un sueño de muchos. Su restauración resultaba demasiado cara y llevaba años bloqueada. Le presentaron un proyecto: un pasarela de madera por encima de la anterior y asequible económicamente. Y Bendodo dijo adelante, con el acuerdo de los alcaldes de la zona, de todos los colores posibles. El espíritu del Caminito.

Han pasado diez años, y nadie puede discutir el éxito del Caminito del Rey, convertido en uno de los destinos turísticos del interior más atractivos de Europa. Y no se concibe Málaga sin él. Esta es la política que precisa la ciudadanía. Así que ojalá pronto baje el ruido y suba el diapasón del servicio público.

Hay dos versiones o dos momentos. “Cuéntaselo al mundo”, dicen que le dijo porque era muy pesada con sus cosas del inglés. O “lo vas a petar en Tik Tok”. Ambas frases son compatibles y se las atribuyen a su novio, allá por noviembre de 2020. En realidad, ella era ya una friki de la lengua de Shakespeare, desde que comenzara a versiones canciones en Youtube con 11 años.

Luego la Universidad de Málaga le enseñó Traducción e Interpretación de forma académica , viajó de Erasmus a Polonia y trabajó en Francia.

Y más tarde empezó a petarlo en las redes. Se cumplía la profecía de Sergio Jiménez. Sus truquitos adquirieron fama y se convirtieron en libros. Su vídeos para darle vidilla al inglés cosecharon cientos de miles de likes.

Así que María González, conocida como María Speaks English, y su novio fundaron la academia Pikingli y han revolucionado la enseñanza on line, y logrado su gran pasión: ayudar a la gente. Forbes la ha designado entre los treinta jóvenes hispanohablantes menores de 30 años más influyentes del mundo.

“Tiene un plan”. Es la sentencia que mejor le acompaña desde que llegara a Málaga hace casi cuatro años. Aunque en febrero tras levantar la Copa del Rey, su quinto título entonces, intentó zanjar el asunto: “Ni plan, ni hostias, esto es cosa de todos”. Pero no fue fácil conocerlo y asimilar sus métodos;“ ¿Cómo lo cambia, si acaba de meter un triple”. “Es el mejor y lo sienta”. Nos costó acostumbrarnos, pero ahora nos ha convertido en expertos en carga de minutos, dosificación de esfuerzos. La ciencia de los datos al servicio de una canasta.

Con vestuario de deportistas de élite, plagados de egos. A los que se dirige en inglés y boquerón, pero vitoriano como bromea. Con micrófonos jirafas hasta en los que los aficionados sólo escuchan lo importante que es el pick and roll. Debe resultar muy complicado hacerles ver a estos baloncestistas que lo más importante es el equipo. Una lección para todos y en todos los órdenes de la vida.

Ahora que muchos técnicos lo imitan, y alguna jugada suya lleva el copyright del made in Unicaja, se puede presumir de que en Málaga se conserva al original: Ibon Navarro.

Para él no hay grises. Cuentan que no le gustan los términos medios, que se decanta por una opción o por la otra. Quizá por la camiseta negra de su grupo Metallica que no duda en mostrar. Llegó hace 22 años a Ronda para sustituir a Dani García en el restaurante Tragabuches.

García es el único de los premiados en las XXI ediciones consecutivas de estos galardones que ha conseguido el reconocimiento por su labor en dos ocasiones.

De Barcelona a Ronda, aunque antes pasó por Campillos y por Sevilla. Pero ha terminado con la rama de un pinsapo tatuada, homenaje a esa Sierra de las Nieves que ha sacado su mejor arte culinario.

Acaba de dirigir la cena de gala de la entrega de los premios Michelín, celebrada en noviembre en Málaga. Él conserva sus dos estrellas con su Bardal y asegura sin rubor que aspira a la tercera.

Defiende que no pertenece al star sistem, huye de los localismos. Aunque siempre valora como esencial la cocina del restaurante de sus padres. Confiesa que fue mal estudiante y casi un bala perdida. Pero un libro de El Bulli le cambió la vida. Su proceso de formación y comprobar con quién ha trabajado, apabulla.

No se siente artista sino cocinero. Y sus platos constituyen un alegato a la libertad, Desde sus sofritos, guisoteos y estofados a la ensaladilla rusa, su bocadillo de calamares con ali oli y salsa brava y sus croquetas de jamón. Así es Benito Gómez.

Ha sido antes melillense del año que Malagueño de hoy. Constituye una figura una figura irrepetible de la sociedad malagueña. Ahora que la frase está tan de moda, como mínimo se sienta en la mesa de Manuel Alcántara, por citar un coetáneo suyo.

Son 52 años de frenética actividad. En enero entrará en la Academia Andaluza de Ciencia Regional. Si se recopilan sus escritos, ensayos, artículos, tribunas y reflexiones; sus dibujos o sus caricaturas, colmaría una biblioteca.

Es arquitecto sí. Y discípulo de Rafael Moneo. Tiene el premio Europa Nostra por las murallas de Melilla, su trabajo más significativo. Y junto a José Seguí y Damián Quero, la ciudad de Málaga le debe buena parte de lo que es hoy, gracias al plan general de 1983, Premio Nacional de Urbanismo. Cuenta con un mirador en Estepona. Ha transformado con una pérgola el centro de Torremolinos. Y son incontables los edificios que llevan su sello de calidad.

Pero en el fondo es un un humanista completo. Literato, cinéfilo, gourmet, toca la guitarra y el piano. Abruma con su oratoria. Polemista, crítico, inconformista. De una talla intelectual incomparable. Salvador Moreno Peralta.

Estos son los Malagueños de hoy y las razones por las que este periódico los reconoce.

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