Una intoxicación por marihuana de un menor activó la investigación en el colegio

Los investigadores tratan de localizar a los presuntos traficantes que suministraban los estupefacientes a los colegiales · Uno de los alumnos se sintió tan mal al fumarla que acabó en un centro hospitalario

Dos agentes de la Policía Local en la calle.
Dos agentes de la Policía Local en la calle.
Javier Cintora / Málaga

10 de mayo 2012 - 01:00

"Mañana tengo preparado el polen y también llevo para que lo líes". Así rezaban los avisos en algunos de los mensajes interceptados que el presunto traficante de 15 años dirigía a sus consumidores, compañeros de su colegio para que al día siguiente llevaran el dinero para pagar la droga. Una bolsita de marihuana por 10 euros y el papel para poder fumarla. Pero uno de sus clientes le dio un par de caladas al canuto y se sintió tan mal que acabó horas después ingresado en el hospital. En el centro sanitario los médicos advirtieron a los padres de lo que había sucedido y con las pruebas evidente de la intoxicación no tardaron en descubrir toda la verdad. El incidente ocurrió hace casi tres semanas, el tiempo que los investigadores han ido tirando del hilo y ahora buscan el ovillo: el clan que suministraba los estupefacientes a los colegiales.

En estos días los agentes lograron identificar al chico de 15 años que suministraba la droga a sus compañeros del centro educativo. Desentrañó la fórmula de sus comunicaciones, siempre a través del teléfono móvil y mediante mensajes vía Tuenti, una red social muy popular entre los jóvenes de entre 13 y 16 años. Y después de someterlo a vigilancia acumularon pruebas de sus presuntas actividades como pequeño traficante. "Además incluso en su ingenuidad algunos habían colgado fotos incluso fumando porros", relatan fuentes del Ayuntamiento de Málaga conocedoras de los hechos. Las mismas fuentes precisaron a este periódico que la Policía Local ha puesto a disposición de la Fiscalía de Menores el teléfono móvil de uno de los menores detenidos en el marco de la investigación para extraer su información en forma de mensajes y los números de teléfonos que pudieran estar implicados en este presunto caso de tráfico de drogas.

La detención del sospechoso pudo practicarse la pasada semana en el propio centro educativo, por lo que la noticia corrió como la pólvora entre los estudiantes. Los agentes se lo llevaron para explorarlo, como se denomina a los interrogatorios de menores, y citarlo para que se presentara con sus tutores en la Fiscalía de Menores. En un registro los agentes le localizaron "hierba, bolas con droga y papelinas". Los padres de este adolescente, de familia y posición social muy acomodada, quedaron totalmente impactados al conocer las actividades de su hijo.

El segundo paso condujo a la identificación y posterior detención del supuesto camello del menor de 15 años. Se trataba de otro estudiante, de 17 años, que estudia en un instituto cercano. Los investigadores sospechan que este chico no sólo servía la droga a su contacto en ese colegio y ahora buscan a los auténticos traficantes que suministraban los estupefacientes. Al tiempo continúan las pesquisas para determinar cuántos menores han consumido las drogas. Por los casos que ya se conocen eran chicos con edades de entre 13 y 16 años. Alguno de ellos había relatado a sus padres que lo hizo "por probar una vez". Este periódico intentó ayer sin éxito conocer la versión del colegio, un centro concertado de la zona este de la capital. Su equipo directivo estuvo reunido durante toda la mañana de ayer para seguir analizando el alcance de lo ocurrido dado el impacto del suceso entre la comunidad estudiantil.

Tras quedar a cargo de sus respectivos padres, los dos menores fueron citados para que comparecieran al día siguiente en la Fiscalía de Menores, que desde que el inicio ha estado informada del curso de la investigación. Una vez que declararon ante el Ministerio Público los dos adolescentes quedaron bajo la autoridad paterna mientras se instruye el procedimiento.

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