"En investigación, un parón es un retroceso; luego cuesta ponerse al día"

El radiofísico realiza una labor poco conocida entre la población e incluso dentro del propio ámbito sanitario, pero clave para especialidades como Radioterapia, Medicina Nuclear o Radiodiagnóstico

Pedro Galán, en la Unidad de Radiofísica del Hospital Regional.
Pedro Galán, en la Unidad de Radiofísica del Hospital Regional.
Leonor García

14 de diciembre 2014 - 01:00

PEDRO Galán es doctor en Física. Dirige a la docena de profesionales que integran la Unidad de Radiofísica del Hospital Regional. Con su trabajo callado y bastante desconocido, apuntala la labor de otras especialidades como Oncología Radioterápica, Medicina Nuclear o Radiodiagnóstico.

-Sabemos qué es un traumatólogo, un cardiólogo; ¿pero qué hace el radiofísico por los pacientes?

-Se ocupa de que haya un uso seguro y de calidad de las radiaciones ionizantes en Radioterapia, Medicina Nuclear y Radiodiagnóstico. En Radioterapia definimos la estrategia del tratamiento. El oncólogo define la dosis de radiación y nosotros optimizamos y personalizamos la mejor estrategia del tratamiento para conseguir lo que el médico ha prescrito; tenemos una responsabilidad directa sobre cada paciente. En Medicina Nuclear, hacemos la gestión y control de las fuentes y los residuos radioactivos, la estimación de las dosis para pacientes sometidos a una exploración o tratamiento con fuentes radiactivas. En Radiodiagnóstico, parecido. También llevamos el control de calidad de los equipos que se utilizan.

-Pero es una especialidad incomprendida...

-Somos una especialidad un poco desconocida. Nos conocen las unidades a las que damos apoyo. Pero hay unidades dentro del propio hospital, y sobre todo el público en general, que no nos conocen. La gente dice voy al cardiólogo, pero no al radiofísico. Aunque a veces acuden al radiofísico porque hay información que tenemos que dar, cuando hay pacientes que están preocupados por su seguridad. La información sobre protección y seguridad radiológica la damos nosotros.

-¿Cuántos profesionales hay en la Unidad de Radiofísica del Hospital Regional?

-Somos seis especialistas en Radiofísica y seis técnicos superiores.

-¿Y cuántos profesionales están al 75%?

-Tres; un técnico superior y dos especialistas. No somos de las unidades en las que el porcentaje sea mayor.

-¿Le han dicho cuándo se acaban los contratos al 75%?

-No. Sabemos lo que recoge la prensa.

-¿Aspiran a que se terminen estos contratos al 75%?

-Los contratos al 75% no deberían haber empezado, es mi opinión personal, pero las decisiones están en otro sitio. Pueden tener justificación, pero los profesionales que del 100% pasaron al 75% han sido los que más han sufrido ese cambio.

-¿Conoce profesionales que hayan emigrado para tener trabajo?

-No conozco personalmente gente que se haya ido, pero tengo referencias de profesionales que se han ido o están intentando buscar trabajo fuera; médicos, enfermeros y profesionales de otras titulaciones.

-¿Podrán volver?

-¿Podrán volver? Supongo que sí. Muchos habrán optado por irse, pero otros se habrán ido con la sensación de que los han echado, no de querer irse.

-Ha sido profesor en la Universidad de Málaga, ha estado en contacto con esos jóvenes, ¿cómo ve que después de tanto entusiasmo tengan que emigrar?

-Yo creo que no hay que quitarles el entusiasmo. Tienen que estudiar y hacer aquello que les gusta. El mejor profesional es el que disfruta lo que hace en cualquiera de los campos. La situación es complicada, pero hay que animar a que la gente estudie y haga lo que le guste, lo que crea que siente que debe hacer. Es complicado a un chico que vaya a empezar a estudiar orientarle algo porque tampoco se sabe cuando termine la salida laboral que tendrá. No se puede forzar a alguien a ser médico porque parece que tendrá salida laboral dentro de unos años cuando lo que quiere es ser artista. Insisto que el mejor profesional es el que hace algo con lo que disfruta.

-¿Qué perspectiva tiene la investigación biomédica en estos tiempos de recortes?

-Mala. En investigación el problema es que un parón no es un parón, sino un retroceso porque luego, cuando haya dinero para investigación, ponerse al día costará muchísimo tiempo. Hay aspectos estructurales y básicos en las que aplicar recortes es duro. Es duro porque se retrocede.

-¿Qué proyectos tienen de investigación?

-Tenemos proyectos con varias universidades; con la de Málaga, de Granada y de Castilla-La Mancha. Con Castilla-La Mancha es sobre el control de calidad de los equipos de rayos x porque hay una nueva tecnología y hay que hacer un control sobre esa nueva tecnología. Con la Universidad de Granada, sobre algoritmos de cálculo para determinar distribuciones de dosis en Radioterapia o Medicina Nuclear. También hemos empezado con la Unidad de Radiodiagnóstico una nueva técnica de diagnóstico con resonancia magnética nuclear. Estamos implicados con distintos grupos en distintas áreas en aspectos relacionados con la física.

-¿Los recortes les han afectado?

-No, porque es una investigación muy autónoma. Sí de forma indirecta porque ahora tenemos menos tiempo para investigar y hay que sacarlo del tiempo propio.

-¿Le han agredido alguna vez?

-No. Pero estamos escondidos en un sótano... Además, aunque tenemos trato con los pacientes, no tenemos consultas ni esto es Urgencias.

-¿A qué achaca las agresiones?

-No las he sufrido, pero creo que es una cuestión de educación. Es verdad que hay mucha tensión. Si alguien va a un centro sanitario con una enfermedad, quiere que se le atienda lo antes posible. La percepción de lo antes posible de unos y de otros puede ser diferente y eso puede crear tensiones. Pero es un problema de educación y no están justificadas en ninguna circunstancia. No deberían existir. A lo mejor la solución [de ese paciente] necesita un tiempo, pero la atención está hecha. Nerviosismo social que hay...

-Ha habido muchos casos de corrupción en España, Andalucía y Málaga. ¿Cómo se puede atajar?

-No lo sé. Las leyes están, pero hay vericuetos para saltárselas. No creo que sea un problema de que no haya legislación, sino de que a veces todos miramos para otro sitio. Yo pensé en dejar de oír las noticias. No sería evitar la realidad, pero es por la salud propia.

-¿Qué piensa al ver entrar en prisión a políticos o cantantes?

-Que el sistema funciona. Pero hay ciertas perversiones porque muchas veces en determinados puestos públicos no se piensa que se está allí para 'servir a' sino para 'servirse de'. Cuando se está en un puesto público se está para servir a y si tienes un presupuesto no puedes utilizar un dinero que no es tuyo.

-¿Confía en los políticos?

-¿En qué políticos? Generalizar no es bueno. Cuando alguien hace algo no adecuado parece que todo el colectivo es igual. No. Hay gente que se dedica a la política de forma altruista, desinteresada y porque tiene ganas de hacer cosas y de que las cosas vayan para adelante. Hay malos y corruptos, pero son cuatro, cinco, seis o diez. Yo que soy de números, si hacemos la proporción, la proporción es escasa, pero son casos muy sonados y dañan al sistema. Hay mucha gente trabajando en la política porque quiere hacer las cosas mejor.

-¿Y al ver a Pantoja entrar en prisión qué sintió?

-Que el sistema funciona. Quizás la Justicia tiene un tiempo muy largo para que funcione. Es muy mejorable, pero funciona.

-Colabora con la ONG Amigos de Odisha que trabaja con otra organización local en la India. ¿Qué proyectos hace?

-Apoya escuelas no formales en una zona tribal, un centro de salud con seis camas de hospitalización... Es apoyo en sanidad, educación, microcréditos. Tiene también un orfanato con unas 300 niñas en acogida. Hay un programa para darle educación a esas niñas. También se ha creado una fábrica de producción de especias y una fábrica de impregnación de telas para, a las niñas que no van a continuar los estudios, darles una salida profesional para que sean autosuficientes.

-¿Aquí nos quejamos porque sí?

-No podemos no quejarnos aquí porque otros sitios estén peor. Lo que hay que procurar es que los otros sitios mejoren. No hay que enrasar por abajo, sino por arriba. Pero [conociendo aquella realidad] relativizas mucho las cosas.

-¿Cuántas veces ha ido a la India?

-Tres. Hemos ido con una campaña dental a una zona tribal. La última vez, por parte del Colegio de Odontólogos de Málaga se instaló un sillón odontológico en el centro de salud. Mi actividad allí es de logista, de coordinar programas...

-¿Qué siente cuando vuelve? ¿Que sirve o que es una gota en un océano?

Es curioso. Cuando tú vas a esos sitios te das cuenta que no puedes resolverlo, es como echar una gota de agua en el mar. Pero a todas las personas a las que les cae esa gota, les cambia la vida, para bien. Con lo cual, la contribución que haces es buena. Allí los que trabajan son los de la ONG local. Nosotros hacemos apoyo logístico, de financiación. Hay niños en zonas tribales condenados a no tener formación porque para ir a la escuela tienen que andar 20 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta. Darles una formación básica a esos niños tribales, cambia la vida de ellos y la de sus descendientes. Le enseñamos a hacer cuentas a un niño y con los millones que hay allí... Pero eso se va multiplicando. Por ejemplo, por lo que tú hagas allí, no disminuye el índice de fallecimientos en partos, pero si en lugar de parir en su cabaña, una mujer con un embarazo complicado, pare en el centro de salud posiblemente la diferencia está en que mueran los dos o que no muera ninguno. ¿Has solucionado el problema? No. Absolutamente no. En términos estadísticos [el caso de la madre y el niño que no mueren] es uno frente a no sé cuántos. Pero los números no reflejan la realidad de la persona. Globalmente a lo mejor no influye, pero lo que afecta a una persona es el 100%.

-¿Cuál es entonces su sensación?

-Es contradictoria. Porque piensas voy allí y no hago nada. Pero si consigo que 300 niñas estudien ¿eso qué supone ya no digo en la India, sino en la zona? Casi nada. Pero para esas 300 niñas y sus descendientes, sí supone.

-¿La crisis se ha cargado el 0,7%?

-Yo creo que sí. Las ayudas al desarrollo han disminuido drásticamente. Ahora es prácticamente cero. Ya casi no existe para ayudas a otros países. Tampoco existe para sacar aquí en España a personas que han ido cayendo en una bolsa de exclusión. Hay cosas que yo observo allí y ahora habría que hacerlas aquí en muchos sitios. Menos mal que el sistema sanitario, a duras penas, pero se mantiene. Aquí habría que tomar medidas para romper esas bolsas de exclusión.

-¿La solidaridad de la gente a la hora de contribuir a las ONG ha mermado?

-Yo eso no lo he notado. Puede que algunas personas que tienen más dificultades hayan reducido su colaboración, pero no he notado diferencias cuando hemos pedido apoyos individuales. Es más la merma institucional, cuando precisamente este soporte debería ser mayor en estos tiempos de crisis.

stats