La jábega y el barco de guerra en el puerto de Málaga

Hoy les contaré un hecho del que fui testigo hace tan solo unos días en el puerto de Málaga. Con la duda de como calificarlo y sin tener muy claro si sería mejor decir que fue una temeridad o un acto de inconsciencia, lo sucedido, en mi modesta opinión, constituye una muy significativa imprudencia que afortunadamente no tuvo consecuencias.

Transcurría la tarde del martes 29 de julio cuando me dirigía al buque de guerra italiano Trieste que, atracado en el muelle de levante celebraba una recepción para conmemorar su primera visita malagueña. Ya muy cerca del barco, mientras seguía caminando por el mencionado muelle, pude observar como una jábega se acercaba a la proa de este buque de 245 metros de eslora con una cubierta de vuelo situada a 19 metros sobre de la línea de flotación. Sorprendido por la cercanía de la barca y mientras sus tripulantes equipados con camisetas de color verde me saludaban mientras les tomaba algunas fotografías, la embarcación, muy lentamente se posicionó entre la proa del barco italiano y el cantil del muelle; una ubicación que situaba a la jábega a menos de tres metros del casco del buque militar.

Habiendo visto aquel hecho que denota la absoluta falta de sentido común de los que tripulaban aquella barca y con el añadido de que a muy pocos se les habría ocurrido hacer lo que aquellos remeros hicieron, quizás, no estaría mal preguntarse qué podría haber pasado si desde el barco italiano hubieran activado algún protocolo de seguridad frente ante la presencia de una pequeña embarcación situada a muy pocos metros de su casco.

Con el recuerdo de buques de guerra que mantienen a militares armados mientras se realizan las maniobras de atraque y desatraque o barcos de turistas que muestran en sus bandas grandes carteles donde recomiendan mantenerse a 50 metros de distancia, estos curtidos remeros de una barca de jábega malagueña decidieron ver muy de cerca como era proa del Trieste, el buque más moderno de la marina militar de Italia.

Una acción reprochable; un hecho que, volviendo al principio de esta columna me sugiere calificar esta imprudente acción como una inconsciente temeridad a la que quizás habría que añadir algunos adjetivos más.