Javier Palomo, el malagueño que ha convertido su pasión por grabar en una empresa de referencia
Video Rapid se ha encargado de las grabaciones del Festival de Málaga, la Comic-Con y varios congresos
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A veces las grandes pasiones llegan de rebote. Javier Palomo es un ejemplo de ello. El malagueño no soñaba con tener su propia empresa de audiovisuales cuando era pequeño. Entró "de rebote" a un ciclo de Imagen y Sonido en 1981, claro que entonces "no era lo que es hoy en día". Aunque asegura que la formación profesional le acabó picando el gusanillo y, con 16 años, se compró su primera cámara. Hoy, más de 40 años después, es uno de los fundadores de Video Rapid, una de las productoras audiovisuales más grandes de la provincia.
Antes de consolidarse en el mundillo, el malagueño tomó decisiones arriesgadas y mucha formación para iniciarse en el sector. Creó una empresa con un socio que no fue bien y se fue a Madrid para sacarse el título de Operador de Steadicam. Cuando terminó, mandó currículums casi sin saber qué iba a pasar. "Mandé el currículo y aquello funcionó bastante bien, fui el único de Andalucía en tener esos conocimientos", recuerda con alivio. Era la primera puerta que se abría de verdad. En 1992, acabó en Sevilla trabajando para Canal Sur.
Luego volvió a Málaga, pero se cansó de trabajar para los demás. Gracias a Chelo, su mujer, dieron el salto. En aquel entonces, Chelo se graduó en Psicología y Javier grabó el acto y vendió cintas de VHS a varias personas. Ahí encontraron el nicho de mercado. Desde entonces, decidieron acudir a congresos y eventos, grabarlos de forma gratuita y luego vender las cintas. "Empezamos en VHS, luego pasamos a DVD… estuvimos unos cinco años compaginando los dos sistemas", cuenta.
La empresa fue creciendo sin perder su esencia. "En plantilla nunca he tenido a nadie, siempre he trabajado con autónomos porque trabajan muy bien", explica. Para Javier, el equipo siempre ha sido una red de confianza. "Tú haces cuatro llamadas y consigues a tus operadores de cámara, aquí todo el mundo se esfuerza para que el trabajo salga bien, porque si no sale bien, no te vuelven a llamar", resume. Él y su esposa eran los pilares: él como técnico y ella como realizadora.
Mientras el trabajo crecía fuera, en casa también lo hacía todo. En el año 2000 nació su hijo, Javier, que ya desde niño apuntaba maneras. "Mi hijo con 8 años ya me discutía las ubicaciones de cámara en Semana Santa", recuerda con una sonrisa la escena en la que su propio hijo le dirigía minutos antes del desembarco de la Legión. La profesión se convirtió en algo familiar, compartido, heredado, incluso. Hoy en día, su hijo es el que se encarga de la tecnología mientras que el padre hace "lo más aburrido", es decir, "el papeleo y los preparativos".
Desde que empezó en el mundo audiovisual, nunca ha perdido la inquietud por mejorar y por innovar de la mano de los avances tecnológicos. Y con una gran inversión detrás. "Las cámaras siempre me han gustado Sony, ahí sí decidí gastar dinero, no tanto en las mesas de mezcla", admite. Pero también ha aprendido a optimizar recursos. "Montamos nuestra unidad móvil poco a poco", cuenta.
Uno de los momentos que más recuerda fue durante la pandemia. Cuando casi todo el país quedó huérfano de genre en la calle, Video Rapid siguió apostando por su trabajo y mostrar lo que pasaba. "Nunca hemos dejado de trabajar, nos dieron una autorización para movernos por donde quisiéramos. Era rarísimo, no podías ni ir a comprar, pero hicimos un programa un año entero y funcionó", dice.
Otro salto llegó con el Festival de Málaga de cine. Consiguieron licitación desde 2014 hasta 2020 y se encargaban de todas las grabaciones: "Hacíamos entrevistas, fondos, decorados… luego se lo pasábamos por FTP -un protocolo para el envío de archivos- para que lo descargaran". Pero también tenían que encargarse de "meteduras de pata": "Si alguien decía algo que no debía, lo quitábamos. Cuidábamos mucho la imagen y el sonido". Así cuidaban a quienes estaban delante de la cámara.
Idea suya fue la de crear la web TV del festival con contenido casi las 24 horas. Después siguieron con los congresos y otros grandes eventos con mucha mejor tecnología. Y con la incorporación del streamming. "Pasamos de grabar congresos en VHS a cubrir el Festival de cine o incluso la San Diego Comic-Con de Málaga", resume con orgullo. Una evolución que ha ido de forma paralela tanto en el salto digital como en el salto de crecimiento profesional.
Otro de los grandes hitos que recuerda Javier Palomo fue la llegada del AVE de Antequera a Granada. Para ese entonces, tenían un contrato de trabajo con Adif. Como siempre le ha dado importancia a estar a la vanguardia de la última tecnología, compró un dron y su hijo se sacó la licencia de piloto. Fueron a grabar a Antequera y captaron al tren de alta velocidad justo saliendo del túnel. "Quedó un vídeo muy bonito, tanto que le llegó a Ábalos, ministro de Transportes de aquel entonces, y lo subió a su propio Instagram", comparte.
Hoy, su empresa cuenta incluso con su propio plató de 80 metros cuadrados en la oficina. Desde ese espacio, ubicado en Benalmádena Allí se graban programas, entrevistas, contenidos de todo tipo. "Aquí hacemos un montón de grabaciones", dice, orgulloso del espacio que ha ido levantando con los años. Estos últimos tres meses han grabado otra temporada de un canal de la provincia que "gusta mucho y tiene mucho éxito, ha tenido muchos premios", y dentro de poco se va a emitir.
Javier Palomo no es solo un técnico de imagen y sonido. Él también forma parte del proceso creativo. "A mí me das un guion gráfico y yo te digo cómo mejorar con la iluminación, con la decoración, con lo que va a salir en pantalla", asegura. Para él, el audiovisual no es solo grabar una imagen, también es pensar lo que es mejor, construir una historia y mejorar lo que otros imaginan.
Desde aquellos días de cintas VHS y cursos de formación hasta la empresa audiovisual que hoy dirige, Javier Palomo es símbolo de un malagueño que nunca ha querido dejar de avanzar y siempre ha querido estar al tanto. "Esto es como cambiarte el chaleco cada vez que llega una tecnología nueva", dice. Pero su historia, como cuenta, ha sido gracias a un golpe de suerte que lo ha enamorado: "Yo empecé en esto porque me gustaba. Y aquí sigo, currando".
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