La joven de El Príncipe que buscaba piso en Málaga

"Por nacer en un sitio que no se elige me han tratado como alguien inferior"

  • Una estudiante ceutí que residía en El Príncipe denuncia que una casera no le alquiló una habitación en Málaga por proceder de un barrio "con mucha delincuencia"

  • Ya ha encontrado piso, pero critica el "miedo irracional creado por la sociedad"

Lamia, la joven ceutí que denuncia racismo por ser de El Príncipe

Lamia, la joven ceutí que denuncia racismo por ser de El Príncipe / M. H.

Lamia es musulmana. Tiene 19 años, estudia tercer curso del Grado en Criminología y acaba de encontrar piso en Málaga. Lo ha hecho después de recibir una oleada de mensajes de apoyo tras difundir su experiencia en las redes sociales. La casera de un piso en alquiler que pretendía compartir con unas compañeras se negó, según su versión, a ofrecerle una habitación cuando se enteró de que procedía del barrio ceutí de El Príncipe, "un barrio con mucha delincuencia, trapicheo y mal ambiente". 

Ni siquiera, denuncia la joven, tuvo la ocasión de hablar con ella por teléfono. Lo supo a través de la inmobiliaria que se encarga de la gestión del inmueble. Solo faltaba firmar el contrato. "Me escribió una de las chicas que estaban en el piso para decirme que la casera, al ver mi apellido, Ahmed Ahmed, ya mostró signos de extrañeza. Más tarde me pidieron la dirección. Pidió que no me lo contasen y que no se le tachara de racista, pero que había trabajado allí como fiscal y no le gustaba", precisa Lamia, que considera que "por nacer en un sitio que no se elige" le han tratado "como alguien inferior". "Mis padres me enseñaron a respetar a todos. Nunca he tenido problemas con nadie, mucho menos con la Justicia", recalca.

"Mis padres me enseñaron a respetar a todos. Nunca he tenido problemas con nadie, mucho menos con la Justicia"

Le parece "realmente sorprendente" haber llegado a este punto "por una creencia o por donde uno venga". "Muchos han salido de barrios pobres y han llegado muy lejos. Se tiene que valorar el esfuerzo de salir de allí. No todos somos iguales por un apellido", apostilla Lamia.

Opina que existe "un miedo irracional creado por la sociedad". "Es totalmente lógico pero habría agradecido que me diera la oportunidad de hablar conmigo", asegura la joven, quien manifiesta que a la casera "no le reprocha su libertad", dado que entiende que es "libre de meter a quien quiera" en su propiedad. No en vano, le ha "dolido" que no la entrevistara o se planteara que "si estoy estudiando es porque quiero conseguir algo". Sus compañeras, afirma, intentaron convencerla. Le dijeron "que era buena chica, dedicada a los estudios".

Esta misma mañana la casera del piso en el que por fin se alojará le ha confirmado que está disponible para ella. Su intención es "demostrarle que por ser musulmana" no va a generar "problemas". "Me ha preguntado por mi religión y me ha pedido que lo hable con mis compañeras. No lo veo necesario pero al menos me ha dado la oportunidad de conocerme y lo agradezco", expresa.

La propietaria de la vivienda que ha alquilado, sin embargo, ha llegado a ofrecerle una carta de recomendación por si necesita tener referencia de alguien en un futuro. "Soy una chica que siempre ha aprobado, dedicada a sus estudios y que no tiene ningún antecedente penal, y nadie de su familia tiene ninguno y ningún problema con la justicia. Mi padre es un humilde taxista que trabaja día a día para sacarme adelante", concluía Lamia en la publicación, que ha sido compartida cerca de 14.000 veces

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