Con la llegada del verano muchos jóvenes en Málaga aprovechan su tiempo libre para apuntarse a las autoescuelas y sacarse el carné de conducir. Todos suelen completar el examen teórico sin ningún problema. No obstante, el problema viene cuando están preparados para poder realizar la prueba práctica y piden poder examinarse. Nadie dijo que fuese fácil. La espera puede llegar a prolongarse hasta los dos meses y medio, provocando una espera de unas 4.000 a 6.000 personas, de las 20.000 que están preparándose de forma práctica en las autoescuelas solamente en Málaga.

“Esto es un problema endémico que siempre se produce en verano. Es la temporada en la que hay más alumnos y se cortan algunos días los exámenes por las vacaciones de los examinadores”, comenta Antonio Martín, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Málaga (APAE).

A este incidente recurrente de cada año se suma este verano un nuevo factor, que es el sistema CAPA (Capacidad de las Pruebas de Aptitud) impuesto por la Dirección General de Tráfico. “Esto se realiza precisamente para soslayar, dentro de un orden, esa falta de personal que tienen. Consiste en una imposición de un número máximo de alumnos a los que podemos examinar desde cada escuela”, explica Martín.

El presidente asegura que esta medida afecta en mayor parte a las autoescuelas más pequeñas. “Una escuela que tenga un cupo mínimo puede presentar a un alumno en cada examen si es de moto, o bien a dos para el permiso B de turismo. Esto significa que en un mes presentan como máximo a cuatro personas, y eso para una escuela en verano, a la que acuden más estudiantes, es insufrible. Aunque el cupo se limita a todas las autoescuelas, se acusa más en las más pequeñas, que sufren las peores consecuencias de este sistema.

“Una autoescuela de las pequeñas tiene 10 alumnos, si pueden examinar a cuatro al mes, los dos últimos pueden esperar más de 60 días desde el momento en el que solicitan poder hacer el examen práctico”, especifica Antonio Martín. Y hay que tener un factor en cuenta, y es que todos los examinados consigan aprobar la parte práctica de la prueba de moto o del permiso B de conducción a la primera.

“Si de media tenemos algo más del 40% de aprobados en su primer examen, esto quiere decir que más de la mitad de los alumnos suspende, por pura estadística, y por lo tanto deben volver a pasar por todo el proceso de realizar más prácticas y volver a solicitar la realización de la prueba”, cuenta el presidente de APAE Málaga.

Antonio Martín comenta que lo que están haciendo las autoescuelas habitualmente es preparar al máximo a los alumnos para que no vayan a probar suerte. “No sobra ni el tiempo ni el dinero en estos tiempos”, confiesa Martín. Cuanto más aumente el porcentaje de alumnos aprobados, antes podrán examinarse nuevos alumnos al examen de conducción. Lo cierto es que es un problema que cada verano se produce y al que desde la Asociación Provincial de Autoescuelas de Málaga solicitan una solución definitiva.