Conocida es la amabilidad del Rey y su sentido del humor. Pese a que el acto de ayer fue excesivamente formal -lo que exige el protocolo- e incluso algo triste -la música que pusieron al final de la presentación invitaba a la melancolía y la añoranza más que a la feliz inauguración de una nueva terminal-, Don Juan Carlos, acompañado de Doña Sofía, contentó a todos. No paró de estrechar manos y sus palabras dejaron un buen sabor de boca entre los asistentes. Hubo hasta un momento de tensión pues, al subir al escenario, tropezó con un traicionero escalón y a punto estuvo de irse al suelo aunque logró recomponer la figura y salir airoso con una sonrisa del percance. El público mantuvo el silencio a pesar del susto.

Una vez en el atril, Su Majestad, que vestía traje gris, camisa clara y corbata a rayas, inició su discurso agradeciendo las palabras previas del ministro de Fomento, José Blanco, y el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, y aseguró sentirse "muy feliz de encontrarnos de nuevo en Andalucía". El Rey, en nombre propio y de la Reina, expresó "nuestra alegría por la inauguración de esta nueva, moderna y espléndida Terminal T-3 del aeropuerto de Málaga" y precisó que "con estas obras que hoy [por ayer] inauguramos se hace justicia al indudable peso y solera del aeropuerto de Málaga, el más antiguo de los que en España mantienen su emplazamiento original".

Su Majestad, que una vez terminados los discursos dio un paseo por las nuevas instalaciones e incluso se quedó unos minutos al posterior catering, alabó la arquitectura "ágil, luminosa y transparente" del recinto, así como su "avanzada tecnología" . "Una modernización que nos debe llenar de orgullo en la medida en que nos ofrece las herramientas necesarias para estimular la actividad de nuestro tejido productivo, asegurar una mayor movilidad y cohesión internas, así como una mejor interconexión internacional", continuó Don Juan Carlos, quien destacó que la importancia del aeropuerto de Málaga "trasciende el ámbito regional para inscribirse dentro de la amplia y profunda modernización de las infraestructuras aeroportuarias acometidas por España a lo largo de las últimas décadas".

Tanto el Rey como el ministro de Fomento no quisieron desaprovechar el momento para lanzar un mensaje de apoyo y su solidaridad a todas las personas que han sufrido algún daño por el temporal, tanto en Málaga como en el resto de Andalucía, Canarias o Cataluña. "Deseamos de corazón que, cuanto antes, puedan recobrar plenamente la normalidad las vidas y actividades de los afectados", explicó Don Juan Carlos.

Finalizó el acto con aplausos, aunque se echó de menos, por ejemplo, el himno de España, para dar mayor empaque a una inauguración oficial algo descafeinada.