-Llegó hace menos de dos meses. ¿Cuál ha sido la primera impresión?

-Sabía a dónde venía, pero la realidad ha superado las previsiones. Sé lo que es un juzgado malo. Antes he estado en un juzgado de lo social en Tenerife donde he tenido dos refuerzos a la vez. Pero esto es otra cosa. Este juzgado está absolutamente hundido.

-Además le han tocado concursos voluminosos como Aifos, Evemarina o Borca 2.000

-Al problema que ya tenemos del volumen de asuntos de entrada que es bestial, tenemos el añadido de que han entrado procedimientos mastodónticos. Sólo en Aifos, con alrededor de 2.000 acreedores y cerca de 1.000 millones de pasivo hablamos de unas cifras y un volumen de trabajo excepcional... Aquí hay un funcionario que lleva él solo, junto a otras muchas cosas, Aifos. Con su mesita y su ordenador, muy antiguo por cierto, gestiona un concurso en el que se mueven millones de euros, miles de acreedores, bancos, abogados... Todavía hoy estamos grabando las personaciones del comienzo del procedimiento.

-Su predecesor, Enrique Sanjuán, tiró la toalla y se fue a la abogacía. ¿Lo entiende?

-Este trabajo es muy vocacional y debió de recibir una oferta jugosa desde el punto de vista profesional, pero imagino que influiría el hecho de que estaría desesperado. Le entiendo. Cuando quieres hacer tu trabajo bien y no puedes, pides las mínimas condiciones de trabajo y no te las dan, cuando no haces más que clamar y clamar y nadie te hace caso... ¡Y no pides para ti, sino para que a la gente no le tarden dos años en ver su demanda!

-¿No lleva dos meses y ya ha percibido que no le escuchan?

-Llegué el 13 de octubre y el 14 envié varios escritos. Vaya por delante que la delegada de Justicia, Blanca Sillero, se ha mostrado muy activa, muy amable y cordial, pero le envié una petición para que se cubrieran las bajas de tres funcionarios titulares rápidamente y se tardó un mes porque había que hacer listas, llamamientos, que Sevilla aprobara el presupuesto... ¡Pero es que la Administración no está para poner pegas a un servicio público! Si la Administración se convierte en un hándicap mal vamos.

-O sea, que ni caso.

-Hay otro problema. Es que unas competencias las tienen unos y otras otros. ¿Es que no pueden reunirse y buscar una solución global? ¿Es que tenemos que estar los magistrados llorando constantemente? Yo vengo aquí a trabajar no tengo por qué perder tiempo para que reparen un fax que lleva una semana roto, ni para que me arreglen el ordenador [tan antiguo que todavía tiene disquetera] que al llegar tecleaba tres palabras y tenía que esperar a que aparecieran en la pantalla. Por eso se iría don Enrique y por eso cualquiera que venga aquí si la cosa no cambia saldrá corriendo, porque es desesperante. En una situación de absoluto desbordamiento es obvio que este juzgado merece una atención especial y una solución de calado. Pero por lo que tengo oído el año que viene sólo se crean juzgados de lo Penal en Málaga.

-Hace falta entonces el tercer juzgado ya.

-El tercero y el cuarto, pero sin olvidar, además, un bis para el primero porque si no seguirá el colapso. Haciendo números y cogiendo sólo los temas fundamentales hablamos de que en 2008 este juzgado soportó la carga de trabajo de 5,25 juzgados y si nos vamos a los concursos, el volumen corresponde a 9,7 juzgados. Y en este año, a 30 de septiembre, harían falta cinco juzgados para asumir la carga de este o 6,4 si sólo tenemos en cuenta los concursos de acreedores. El colapso es absoluto y la carga de trabajo inasumible.