Las 'kellys' malagueñas se plantan

LABORAL

Afirman que la causa de su situación es la reforma laboral que favorece la externalización

Quieren convocar una concentración de camareras de piso para principios de septiembre

Aspecto de la reunión de las 'kellys' el pasado jueves en la sede de UGT.
Aspecto de la reunión de las 'kellys' el pasado jueves en la sede de UGT. / Javier Albiñana
Álvaro López

MÁLAGA, 09 de julio 2017 - 02:03

"Están acabando con la democracia y las libertades". Así de rotunda se muestra Josefa García, presidenta de la sección sindical que engloba varios hoteles de la Costa del Sol, quien junto a otras ocho mujeres y un hombre se reúnen en la sede de UGT de Málaga. Todas tienen algo en común. Luchan por los derechos de las kellys (las que limpian). Así se denominan las camareras de piso de los hoteles.

Desde hace meses denuncian degradación de sus salarios y condiciones laborales. ¿La causa? Estrella Salas lo tiene claro y afirma que esta situación es fruto de la reforma laboral, la cual facilita la externalización de servicios, abaratando costes para el empresario en detrimento del trabajador de plantilla. Ella es la secretaria de UGT en el sector de la hostelería y el turismo en Andalucía. A pesar de su trayectoria sindicalista y los diversos problemas laborales a los que ya ha hecho frente ve con preocupación el futuro de las kellys. "Se está creando una segunda clase en el sector hostelero, que afecta sobre todo a las mujeres", afirma. Tras una breve pausa en sus palabras, Estrella apostilla: "Es un sector muy machista. Las mujeres cobran la mitad que los hombres".

Mientras tanto, al entrar en la sede de la organización sindical dos tramos de escaleras con 14 peldaños cada uno separan la puerta del edificio con la sala de prensa, ubicada en la primera planta. En esta ocasión es el lugar elegido para una nueva reunión de las kellys. Una más.

Este movimiento que nace motivado por la reducción de los salarios y la constante presión que sufren en sus trabajos está extendido en casi todo el país. En el caso de Málaga, Estrella Salas estima que este problema afecta a unos 20.000 trabajadores de la provincia, pese a que "en el convenio colectivo de Málaga ya había una cláusula para evitar la externalización, aunque casi nunca lo cumplen", afirma con resignación. El final de esta frase coincide con la entrada en la sala de tres kellys. La mayoría de ellas son reticentes a dar testimonio de sus casos personales y menos, en un principio, a que se publiquen sus nombres. Temen que su vinculación con las kellys o algún sindicato pueda causarles el despedido de sus trabajo. Precisamente Salas afirma que "tenemos que quitarle el miedo a las compañeras que no se han pronunciado".

Antes de crearse esta asociación, muchas de ellas no se conocían. Sin embargo, la reunión está impregnada de familiaridad y cercanía. Las 10 personas presentes se colocan en forma de círculo. Un círculo con un diámetro de unos tres metros, donde no tiene cabida la desigualdad ni la explotación laboral. Tampoco el miedo por imposiciones de los empresarios. Todas tienen un objetivo. Derogar la reforma laboral.

El primer paso para conseguir su objetivo es "conseguir que todas las compañeras ayuden a visualizar el problema. Que ellas hablen", afirma Estrella Salas, a lo que añade que es necesaria la concienciación de acción conjunta y que todos los compañeros se sientan partícipes. No obstante, recalca que esta precariedad no suele darse en los grandes hoteles, sobre todo por el miedo de las empresas a una "mala prensa" que pudiese dañar su reputación.

Por su parte, Ricardo Sgueglia indica que este problema no sucede solamente en los hoteles, sino también en los apartamentos turísticos. Ricardo forma parte de la misma sección sindical que Josefa y en sus palabras se aprecia la frustración que siente por las condiciones laborales con las que tienen que convivir cada día sus colegas de profesión, los cuales a veces "no les dejan ni hablar entre ellos", afirma Sgueglia. Antonia Palacios, vicepresidenta de la asociación Kellys de Málaga, no para de apuntar durante la reunión en su libreta. Se mantiene en un discreto segundo plano. Solo se pronuncia para indicar que la sobrecarga de trabajo es consecuencia del descenso de personal.

Esto, junto al incumplimiento de los convenios, hace que se planteen una gran concentración de camareras de piso antes de que acabe el verano, donde lucharán, todas juntas, por un nuevo convenio, sus derechos y el derrocamiento de la reforma laboral. Una cita donde también esperan contar con el resto de sus compañeros del sector, a los cuales "también les puede afectar en el futuro", sentencia Estrella.

Un movimiento que se extiende por varios puntos de España

El origen de las kellys, acrónimo de Las que limpian, comenzó en 2014, cuando varias camareras de piso contactaron entre ellas a través de las redes sociales, aunque no sería hasta 2015 cuando pasasen a la autoorganización, mediante la formación de grupos territoriales. Actualmente cuentan con un grupo constituido en diversas ciudades, principalmente en aquellas ciudades más turísticas, como es el caso de Benidorm, Cádiz, Fuerteventura, La Rioja, Lanzarote, Madrid, Mallorca, Málaga y Barcelona. Precisamente, las kellys de Cataluña están en negociaciones para la elaboración de un muevo convenio de hostelería regional, para el cual llevaron a cabo ayer una manifestación frente a las puertas de un hotel de la ciudad condal. Sus reivindicaciones abarcan una amplia diversidad de aspectos, como el derecho a la jubilación anticipada, el fin de las externalizaciones y el aumento de las inspecciones de trabajo. Además, desde las asociaciones luchan por el reconocimiento de las enfermedades profesionales, las cuales obliga al 90% de las trabajadoras a dejar el trabajo antes de la edad de jubilación por enfermedades relacionadas con el esfuerzo, según datos de CCOO. Respecto a la externalización, Estrella Salas, secretaria de UGT en el sector de la hostelería y el turismo en Andalucía, afirma que cada vez es más frecuente que las empresas propietarias de los hoteles creen sus propias empresas de servicios, para, de esta forma, contar con sus propios convenios. Con sus propios convenios laborales se favorece a la externalización de servicios y los contratos temporales a camareras de piso, produciéndose una brecha salarial entre los trabajadores del sector. Con la mente puesta en la convocatoria de una asamblea con todos los delegados de las empresas con problemas, su mensaje es claro: "No nos podemos aburrir. Eso es lo que buscan". Por su parte, tanto UGT como CCOO han llevado a cabo un exhaustivo estudio de todos los hoteles de la provincia para averiguar en cuáles no se cumplen el convenio provincial.

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