Málaga

El legado de Pablo Ráez sigue en las donaciones de médula ósea cinco años después de su muerte

  • Aunque el boom que se produjo tras su campaña ya ha bajado, el año pasado hubo 542 nuevos donantes en la provincia y 3.360 en Andalucía

Mural de Pablo Ráez en Lagunillas.

Mural de Pablo Ráez en Lagunillas. / Javier Albiñana

Este viernes se cumplieron cinco años de la muerte de Pablo Ráez, el joven que con apenas 20 años hizo la mejor campaña a favor de la donación de médula ósea. Él no pudo ganarle a la leucemia, pero multiplicó exponencialmente los donantes en su día al lograr un incremento del 1.300% tras lanzar sus mensajes por las redes sociales. Aunque aquel boom ya ha bajado, su legado pervive en las donaciones. El año pasado, se sumaron 542 nuevos donantes de médula ósea en Málaga y 3.360 en Andalucía.

Cuando Pablo enfermó y lanzó su campaña a favor de un millón de donantes, frente a las 861 donaciones a las que aspiraba el plan autonómico, se consiguieron 11.201. “Hoy, uno de cada cuatro donantes de España es andaluz”, explica el coordinador médico del Centro de Transfusión, Tejidos y Células (CTTC) de Málaga, Mariano Lozano. Y añade:“Vamos a un ritmo creciente y cualquier paciente que necesite un trasplante de médula ósea, en un mes encuentra donante. Incluso si se encuentra en Andalucía, tarda mucho menos”.

El facultativo destaca que “hay un antes y un después de Pablo Ráez” porque el joven marbellí “revolucionó la conciencia social en cuando a la donación de médula ósea y ya no hay persona que se quede sin su trasplante”.

Las donaciones han caído respecto a los años 2016 y 2017 en que fue el pico provocado por el efecto Ráez, no sólo porque ha transcurrido el tiempo desde aquel fenómeno social que generó el caso de Pablo, sino también porque ahora los criterios para ser donante son más restrictivos. Entonces podían donar las personas hasta los 55 años, mientras que en la actualidad el límite se fija en 40.

Lozano justifica ese descenso en que es fundamental para la calidad del trasplante. “Cuanto más joven es el donante, la médula es de mayor calidad y más eficaz”, explica el facultativo. Por eso insiste en la importancia de que los jóvenes –fundamentalmente entre los 18 y los 25– se sigan apuntando como potenciales donantes.

“La mejor forma de homenajear a Pablo Ráez es que los jóvenes se hagan donantes”, insistió Lozano, que avanzó que la campaña de captación del Centro de Transfusión se iniciará a partir de marzo en las facultades de la Universidad de Málaga.

Pero hizo mucho hincapié en que debe ser una disposición firme a la donación. “Deben tenerlo claro porque si en el futuro, cuando le haga falta a un paciente compatible, se echan atrás, la persona que está esperando esa donación puede fallecer”, aclaró Lozano. Por eso recalcó mucho la importancia de que los donantes sean jóvenes –por la mejor calidad de sus médulas– y que sean comprometidos –para que mantengan su decisión y realicen efectivamente la donación si en el futuro algún paciente la necesita–.

En la actualidad, a nivel mundial hay más de 40 millones de donantes de médula ósea y en España ascienden a unos 450.000. El objetivo de la Red Española de Donantes de Médula Ósea (REDMO) es llegar a los 500.000 “en dos o tres años”, según apunta el coordinador del CTTC, como se denomina ahora el Centro de Transfusión. Es precisamente debido al incremento de donantes inscritos en la red internacional que ahora los tiempos para conseguir una donación compatible se han reducido de forma considerable y es sólo de en torno a un mes.

Para ser donante de médula ósea hay que tener entre 18 y 40 años, no padecer enfermedades contagiosas y estar sano. Básicamente son los mismos requisitos que para donar sangre. Sólo que en este último caso, el límite a la donación es mucho más alto ya que se puede donar hasta los 65 años.

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