Málaga

El libro, el boli y ¿el móvil?

  • Mientras que en Francia se prohíbe su uso dentro del aula a menores de 15 años, en España se debate entre su peligro y su potencial como herramienta didáctica

Si hoy en día existe un objeto del que el ser humano occidental es absolutamente dependiente, ese es el teléfono móvil. Herramienta poderosa donde las haya, tener un potente ordenador entre los dedos permite miles de usos positivos. Aunque también, otros no tanto. De ahí su peligro cuando está en manos demasiado jóvenes e inexpertas. Con la prohibición en Francia de que estos aparatos entren en clase antes de los 14 ó 15 años, en España el debate se abre. Al no existir una legislación al respecto, cada centro regula su uso y las opiniones son diversas. Desde los que lo consideran un "arma didáctica" de primer nivel hasta otros más conservadores que prohíben a los cursos inferiores que lo lleven en la mochila, aún estando apagado. La adicción a la tecnología de los adolescentes, su utilización inadecuada y los casos de ciberbullying son los contras del uso del móvil. Sus pros, tener una ventana abierta a todo el conocimiento con un solo clic.

Virginia Rodríguez dirige el IES Concha Méndez Cuesta de Torremolinos y es la coordinadora provincial de la Asociación de Directores de Instituto de Andalucía. En su centro el móvil está prohibido salvo autorización expresa pedagógica y en excursiones. "Si el profesor lo pide se les da una autorización pero por un tramo concreto, cuando termina esa hora el alumnado lo tiene que apagar y devolverlo a la mochila. Algunos les da tranquilidad depositarlo en administración hasta que terminan las clases, el protocolo es muy estricto en este tema", explica la directora y apunta que la comunidad educativa tiene asumida esta medida y existen muy pocos conflictos en este sentido. Pero si se pilla a algún alumno usando el dispositivo cuando n debe, "se le pide que voluntariamente lo entregue desconectado y se la da opción de que le retiren la tarjeta y la batería, no se devuelve a uno de sus tutores legales hasta pasadas 24 horas", añade Rodríguez.

Esta política en el centro se ha aplicado "como consecuencia de algunas muy malas experiencias con el mal uso del teléfono, acoso a otros compañeros, fotos a profesores, vídeos, etcétera", apunta la directora. Y considera que los alumnos "no necesitan" traer un móvil al centro. "Les distrae, los acelera, les queda un estado de ánimo que no es positivo para la concentración que se requiere en clase, no están preparados para hacer un uso responsable", sostiene. Esto no quita que en su instituto se trabaje con las nuevas tecnologías ni con contenidos del mundo digital. "Creo que hay mucho desconocimiento, mucha irresponsabilidad y falta de prevención por parte de la sociedad y nosotros intentamos educar bastante en la prevención", agrega Rodríguez. En las tutorías, por ejemplo, advierten a los padres de las edades mínimas permitidas para tener una cuenta de correo electrónico o un perfil en una red social y de la necesidad y obligación del control parental en los usos de estos dispositivos por parte de sus hijos, de los que sus tutores legales son responsables.

Y es que en la mayoría de institutos malagueños los alumnos de primero de Secundaria (11 y 12 años) ya tienen un smartphone propio. Jorge Figueroba es director del IES Bahía de Marbella. Como profesor de Lengua le gusta utilizar el móvil en clase. Buscan información, se bajan aplicaciones didácticas e, incluso, juegos que le ayudan a profundizar o reforzar los contenidos de la asignatura. "El móvil puede abrir las puertas a cosas malas pero también a buenas, en mi centro hay profesores que lo utilizan constantemente, entre ellos yo mismo", reconoce. Pero las normas son que desde las 8:15 hasta las 14:45 el dispositivo no puede ser usado salvo requerimiento del docente. "La prohibición completa me parece excesiva y contraproducente, los móviles son aparatos potentísimos que te permiten hacer una cantidad de cosas tremendas y nos estamos quitando a nosotros mismos la posibilidad de usarla", estima Figueroba.

También apunta el director, que la prohibición de los móviles no arregla del todo el problema. "Los casos de acoso se suelen dar fuera del centro, si se meten con alguien, si publican cosas indebidas suelen hacerlo en su tiempo libre y fuera del centro, por eso donde habría que hacer más hincapié en el tema educativo, principalmente en las familias", dice Figueroba y destaca que lo ideal es que "se les educara desde pequeño en el respeto y el buen uso del móvil, que supieran que dentro del aula hay momentos para atender y trabajar en los que no se puede usar y otros en los que sí". Sacar provecho de un aparato tan útil no necesita más que sentido común y conocimiento de los límites.

Adela Camacho, directora del IES Las Lagunas de Mijas, explica que en su centro "seguimos teniendo prohibido el uso del móvil en las zonas comunes, en pasillos y patios, tienen que entrar con el móvil apagado en el centro pero está permitido su uso educativo en clase cada vez que el profesor lo solicite". Y esta utilidad se demanda habitualmente por todos o casi todos los docentes de este instituto. Incluso le facilitan la wifi del centro para que no gasten sus datos a la hora de trabajar. "Intentamos educarles en el uso de una herramienta que es muy poderosa, porque tienen que saberla usar adecuadamente, en sus manos tienen el acceso a toda la información", comenta la directora.

Además, para esta docente, la prohibición precisamente puede generar un uso negativo del dispositivo. "Los adolescentes entienden que si se prohibe es porque es malo y todo lo malo les suele atraer", señala. Pero, sobre todo, considera que su utilización en el aula es beneficiosa porque los modelos de última generación que lleva el alumnado en la mochila son mucho más potentes, rápidos y efectivos que los "equipos obsoletos" que tienen en muchos centros educativos. "Es una arma educativa de una importancia muy grande, es lo mismo que tener un ordenador en clase, es una manera de acceder a las nuevas tecnologías y que conozcan un buen uso de internet", considera. La directora vuelve a incidir en el papel fundamental que tiene la familia en este terreno. "Si los padres saben que sus hijos no pueden utilizar el móvil durante las horas de clase, por favor que no los llamen. Necesitamos a las familias y falta a veces su colaboración, nosotros solos no podemos educar", subraya. Es, quizás, la sobreprotección de esta generación de padres la que muchas veces incita a niños de 10 y 11 años a usar el móvil. "Parece ser que no pueden cruzar una calle sin él", bromea la Camacho.

El ambiente en el IES Ben Gabirol, en la capital malagueña, el alumnado es muy diverso. Allí estudian desde niños de Secundaria a adultos de más de 40 años en ciclos formativos. Por tanto, el trato con respecto al uso del móvil no puede ser igual para todos. "Nuestro plan de centro establece que el alumnado de 1º y 2º de ESO no debe de traer el móvil a clase, no tiene que usarlo, pero de tercero en adelante consideramos que es una herramienta más, que debemos de usarla y enseñarles cómo hacerlo adecuadamente", indica Ángel Haro, director del instituto. Al igual que sus compañeros, Haro señala que los equipos informáticos de los que disponen los centros no se pueden poner a la altura de los dispositivos que manejan los chavales, ni en conectividad, ni en facilidad de acceso, ni en capacidad. "Si los equipos fueran más modernos, el uso del móvil estaría más restringido. Pero no podemos olvidar que la información viene de ahí y tiene que aprender a seleccionarla, usarla y tratarla", indica Haro. Y destaca que "no podemos pensar que un alumno de hoy va a encontrar más información en un libro que en un móvil. Estamos preparando a una generación que obviamente va a utilizar el móvil como una herramienta de trabajo y comunicación social y tienen que aprender a usarla correctamente".

En el IES Ben Gabirol si se incumplen las normas del centro "al niño se le retiene el móvil durante ese día de clase y se le informa a los padres, si es reincidente se toman medidas disciplinarias, que puede llegar a la expulsión durante unos días por uso indebido del teléfono, cosas como tomar imágenes a compañeros sin permiso, grabar vídeos o subir ciertos contenidos a redes sociales son sanciones de carácter inmediato", asegura Ángel Haro y agrega que sí que han sufrido problemas de esta índole. "Los que hemos detectado se han tomado medidas de expulsión y reeducación respecto al tema, han tenido que trabajos sobre los usos indebidos y explicarlos a sus compañeros, algo que sea visible a la comunidad educativa y que todos se conciencien de lo que ha ocurrido", comenta el director. Porque, como asegura este docente, carecen de empatía en muchos casos y "realmente no son conscientes de que puede estar cometiendo un delito".

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