Listas de espera en Málaga: entre las quejas y la resignación
Muchos pacientes opinan que la situación es “mejorable y se arreglaría con más personal” y otros denuncian que tienen que costearse atención sanitaria de su bolsillo debido a las grandes demoras
Listas de espera quirúrgicas en Málaga: El Regional, con 220 días de media, acumula la mayor demora
Los últimos datos del SAS sobre listas de espera recogen que a finales de junio había más pacientes aguardando que a 31 de diciembre de 2024, aunque con una demora de menos días; tanto para consultas externas como para operaciones. Más allá del aluvión de datos y el farragoso laberinto de decretos para contenerlas, están los enfermos, que sobrellevan las esperas entre las quejas y la resignación. Muchos opinan que la situación es “mejorable y se arreglaría con más personal”, algunos denuncian que tienen que costearse atención sanitaria de su bolsillo debido a las grandes demoras y otros aseguran que, en su caso, no hay retrasos reseñables. No obstante, en más de una ocasión, a continuación, terminan comentando la situación de algún familiar que lleva “meses” aguardando.
Juan Carlos espera su cita en Digestivo del CARE. “Yo no tengo problemas con la demora, pero mi suegra lleva un año esperando para que la vea el especialista”, dice. En su opinión, “desde que la Junta de Andalucía cambió de manos, veo un retroceso. En el centro de salud, por ejemplo, es muy difícil coger cita salvo que sea no demorable”. Y critica:“Además, se deriva a conciertos con la privada en vez de reforzar la sanidad pública”.
Saida es cocinera. Tuvo un problema en la mano y aguardó “cerca de un año” para que la viera el traumatólogo. “Me dolía la muñeca para coger las ollas. Para colmo, aparte del trabajo tengo tres niños. Como me dolía, opté por pagarme mientras tanto un fisio que me costaba 25 euros la sesión”, explica.
Como ella, otros pacientes se quejan de que, ante las demoras, tienen que costearse atención sanitaria de su bolsillo. Es el caso de una mujer que prefiere mantener el anonimato que espera en Traumatología del CARE. “Otra vez he tenido que esperar unos seis meses, pero esta vez la cita ha ido rapidísimo. Me ha llegado en menos de un mes”, asegura. Pero luego cuenta que por un problema de la piel acudió a Dermatología, en el Hospital Civil. Explica que las consultas fueron rápido, pero luego la demora en lista quirúrgica, como su caso no era urgente, era “muy larga”. Así que se gastó 400 euros en que la operaran por lo privado puro y duro, sin seguro.
“La atención en consulta, magnífica; pero las listas son mejorables. Se arreglarían con más personal. Todos los que te atienden se quejan de lo mismo, la falta de profesionales”, sostiene José Luis Pérez, que acompaña a su madre, Dolorez Rodríguez, para una cita en el CARE. No se queja tanto de la las demoras –“porque cuando pueden te adelantan las citas”–, como de la rotación de sanitarios. “Cada vez te ve un facultativo diferente y eso disgusta al paciente”, esgrime.
Rafael Moya tiene alergia. Recuerda que en 2014 tuvo que esperar “más de un año” para ver al especialista. Precisa que esta vez ha ido más rápido:“Unos nueve meses. No es tanto, pero sigue siendo mucho tiempo. Porque cuando llega la primavera, a medida que avanza el día, me anulo; no puedo trabajar, ni hacer deporte”. No se queja de las demoras tanto por él, sino “por familiares”. Incluso hace hincapié en otro problema de la sanidad pública:la falta de recursos. “Mi abuela se cayó, se rompió la cadera y la operación demoró cuatro días porque no había quirófano libre”, lamenta. Luego cuenta que hace tiempo se le salió el hombro y estuvo un par de meses esperando a que le dieran rehabilitación. “Estaba de baja y sin mejoría. Para colmo, de baja cobraba menos, pero me tenía que pagar de mi bolsillo al fisio para intentar ir recuperándome mientras tanto”, relata. Y concluye:“El sistema es mejorable y mucho”.
Una pareja espera en Traumatología del CARE. No dan sus nombres, pero sí su testimonio. “Otras veces, la cita ha tardado entre seis meses y un año. Pero esta vez, estoy sorprendida; ha sido extraño, me ha llegado en un par de meses”, aseguran. Sesenta días es precisamente el tope para una primera consulta con el especialista tras la derivación del médico de cabecera.
Óscar Portillo también aguarda al traumatólogo para una revisión. Tiene una especie de espolón en la zona de la cadera que le ocasiona dolor cuando juega al fútbol. “Así que ando, corro y cojo la bicicleta, pero ya no juego al fútbol. Aunque afirma que no tiene quejas de la sanidad pública, agrega que la resonancia magnética le tardó “varios meses”, cuando según el decreto autonómico la demora para una prueba diagnóstica debe ser como máximo de 30 días.
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