El 'look titular' del Málaga CF pasa por Tupé Peluqueros: "Hay días que parece que estamos en el túnel de vestuarios"
Iván Rodríguez, Mula, Fornals, Portillo, Luismi, Einar o Cordero frecuentan la peluquería
Mundial 2030 La Rosaleda: Nuevas claves para la ampliación del estadio

El sonido de las tijeras, las maquinillas en funcionamiento, el murmullo interior... Desde fuera, Tupé Peluqueros parece un local pequeño, sin pretensiones. Pero al entrar, se palpa en el ambiente que los clientes no vienen solo para hacerse un degradado. En la peluquería se habla de fútbol, de la vida, se comparten puntos de vista. Al frente está Fran Espinosa —Espi para todos—, un peluquero de barrio que, sin proponérselo, ha acabado con media plantilla del Málaga CF en su silla: "Yo soy del Málaga desde chico, gracias a mi padre, así que imagínate lo que supone que jugadores a los que ves en La Rosaleda vengan a cortarse el pelo contigo, es un orgullo".
Tupé Peluqueros lo abrió Francis, su "amigo de toda la vida", después de convencer a Espi —que entonces trabajaba en una juguetería— para que hiciera el curso de peluquería. "Nos conocemos desde los tres años, somos como hermanos. Él montó esto, y al poco tiempo me metí; empecé hace 14 años y desde entonces no me he movido de aquí", cuenta. El local conserva el espíritu de sus inicios: trato cercano y clientes que vuelven una y otra vez porque se sienten en casa. Ahora son cuatro personas trabajando y él se encarga de la "clientela clásica", pero cada uno tiene su estilo.
El fútbol llegó un día, sin aviso previo: "El primero que vino fue Al-Thani, el jeque del Málaga". Lo conoció Francis a través de Carlos López, que era íntimo amigo del club. Al jeque le gustó el corte de pelo y subió una foto a Instagram. Al día siguiente tenían cámaras en la puerta del local: "Si hoy buscas 'peluquero del jeque' en Google, sigue saliendo Francis". A partir de ahí, los jugadores comenzaron a llegar como si Tupé Peluqueros fuese la antesala del vestuario. Iván Rodríguez, Mula, Fornals, Portillo… Ahora frecuentan Manu Molina, Dioni, Luismi, Einar o Cordero: "A veces hay cinco o seis del primer equipo en una semana".
Más que una peluquería, se convirtió durante un tiempo en el plan de ocio de los jugadores. Tenían un futbolín en el local y el día que acudían los malaguistas cerraban. "Se quedaban aquí desde las nueve hasta las siete de la tarde, casi venían más a jugar que a cortarse el pelo. Al final lo quitamos", recuerda entre risas. Pero el ritual sigue: "Hay días que parece que estamos en el túnel de vestuarios. Se quedan hablando, bromeando, algunos incluso traen amigos o familiares. Se genera un ambiente muy guay".
Las anécdotas son incontables. Desde mohicanos teñidos hasta supersticiones de ascenso. "Abeledo, por ejemplo, se quiso hacer un mohicano blanco entero. Tardamos cinco horas", rememora Espi. A Einar Galilea le cortó el pelo en la peluquería el día antes del ascenso cuando, normalmente, se lo hace él en su propia casa: "Me dijo: 'Hoy toca que lo hagas tú, que vamos a subir'. Y ahí lo ves, en las fotos del ascenso, levantando a Cordero con mi corte".
También hay relaciones que trascienden lo profesional. Con Iván Rodríguez mantiene una amistad "muy fuerte": "Empezó viniendo él, y de ahí trajo a medio equipo. A veces viene solo a saludar, ni siquiera a cortarse. Eso es lo que más me llena. Sentirte parte de algo más grande". Aunque ya no cuelgan camisetas como antes —porque renovaron el espacio hace poco y quitaron "muchas cosas"—, una bufanda del ascenso permanece como recuerdo visible: "Es la que yo mismo llevé en Tarragona".
El sueño que le queda por cumplir, dice, sería cortar el pelo a Isco Alarcón. "Es de aquí y me hace ilusión". También le habría gustado a Juanmi y, de hecho, estuvo "cerca varias veces", pero no coincidieron. A domicilio sí ha ido a la casa de Samu Castillejo, por ejemplo. Es inviable que se acerque a la peluquería porque "viene con un Lamborghini o Ferrari y se monta un corrillo de veinte personas en la puerta". "Así es imposible, mejor ir a su casa directamente", admite con una sonrisa.
Y no solo futbolistas. Por su peluquería han pasado también artistas como el humorista Tomás García, ya un habitual y "amigo" de Espi, el flamenco Curro, Deni o Ginés González, que participó en la última edición de La Voz. Todos, eso sí, malagueños. "Me encantaría cortar el pelo a David Bisbal, a Antonio Banderas o a Luis Fonsi. He tenido algún contacto, pero no se ha dado", reconoce Espi. También añade: "Es una experiencia muy bonita cortarle a los jugadores y gente famosa, pero a final el que nos da de comer es el dia a dia los clientes y amigos que vienen de hace años y estamos muy agradecidos con ellos".
Temas relacionados
No hay comentarios