La lucha contra el fuego, una cuestión de equipo

Medio Ambiente

El dispositivo Infoca cuenta con una base de brigadas de rápida intervención en Cártama y desde allí pueden intervenir en helicóptero en cualquier fuego que se produzca en Andalucía.

La lucha contra el fuego, una cuestión de equipo
La lucha contra el fuego, una cuestión de equipo
Raquel Garrido

13 de junio 2016 - 07:40

Ataviados con el uniforme de campo, cargados con mochilas de unos 15 kilos a la espalda, azada en mano soportando temperaturas extremas y en condiciones adversas, y con el peso y la responsabilidad que supone saber que en juego está la protección del medio natural y, sobre todo, la vida de los demás y las suyas propias. La de los especialistas en extinción de incendios forestales es una profesión dura, demasiado dura en ocasiones, donde el esfuerzo físico y mental resulta agotador en largas y agotadoras batallas en las que luchan de forma incansable para vencer al fuego.

No siempre es fácil, pero al final siempre logran ganarle la partida a las llamas que cada verano amenazan con devorar los montes. Entrenamiento, formación continua y disciplina, pero lo que de verdad les hace fuertes en esa lucha es que forman un compenetrado equipo, dentro y fuera del campo de batalla en el que se convierte el monte cada vez que tienen que plantarle cara al fuego. “Somos una unidad indivisible pase lo que pase”, cuenta Paco cantero, técnico de la base de la Brigada de Refuerzo contra Incendios de la comunidad andaluza (Brica) que el dispositivo Infoca tiene en Cártama y que está formada por cuatro brigadas, dos siempre presenciales y una de refuerzo localizable desde mayo a octubre.

Él es uno de los responsables de que el trabajo de la brigada, formada por diez especialistas y un jefe de grupo que lleva a su cargo cada vez que se requiere su intervención, termine con éxito. El objetivo final de su tarea siempre es atacar los flancos del fuego con contundencia y confinarlo en un único punto para que no se descontrole, y pueda extinguirse en el menor tiempo y la menor afección posible. Pero la prioridad por encima de todo es garantizar la seguridad, la propia y la ajena. Cada incendio es una experiencia distinta, incluso aunque se produzca en la misma zona, de la que dicen que aprenden cuando continuamente al analizar después su intervención en el siniestro.

Estos especialistas en extinción, que forman parte del dispositivo que el Infoca tiene desplazado en la provincia, siempre se desplazan al origen en helicóptero. Es lo que distingue a estas brigadas del resto de retenes que trabajan en los centros de defensa forestal (Cedefo) y que en la provincia de Málaga están ubicados en Ronda y en Colmenar, respectivamente. Aunque también allí disponen de un helicóptero respectivamente para las tareas de extinción desde el que se desplaza el retén del Cedefo que en ese momento están de guardia, el grueso del operativo se encuentra distribuido por el territorio y se moviliza por tierra hasta el incendio cada vez que es requerido.

Eso hace que el radio de acción de las bricas sea muy amplio, ya que pueden intervenir en cualquier incendio que tenga lugar en territorio andaluz cada vez que el Centro Operativo Regional del Infoca, del que dependen directamente, o del provincial previa autorización del primero así lo requieran. Pero si el incendio se produce en un radio de 40 kilómetros desde la base Brica en la que están ubicados tienen la autonomía para acudir inmediatamente. Es lo que se conoce como zona de despacho automático y en la que estas brigadas intervienen directamente en cuanto se produce un aviso sin tener que esperar a que se les solicite su presencia.

A veces acuden a incendios que apenas se quedan en una hectárea, lo que en su jerga se llama conatos. Pero en el Infoca tienen un lema y es que “el primer golpe hay que darlo cuanto antes y fuerte”, aseguró este técnico, que recuerda que “nunca se debe menospreciar un fuego porque en un minuto puede pasar de controlado a incontrolable si se dan las condiciones”. Desde la base de Cártama el máximo tiempo que pueden emplear en llegar al punto más lejano de Andalucía es de apenas una hora y media, mientras que en la provincia no hay ninguna zona a la que tarden más de 25 minutos. Desde que reciben el aviso de emergencia hasta que el helicóptero, encargado de llevarles hasta el fuego y del que depende fundamentalmente su trabajo, apenas transcurren 15 minutos. El procedimiento lo tienen tan mecanizado que, mientras los especialistas preparan los equipos y se enfundan en sus uniformes ignífugos, el piloto y el copitolo van calentando motores para despegar rumbo al origen de las llamas en casi un tiempo récord.

“Cada uno sabe lo que tiene que hacer”, explica Cantero, que mientras el grupo se prepara espera a que desde la sala de emisoras le aporten los primeros datos del siniestro al que deben acudir para ir haciendo una composición de lo que se van a encontrar. La información prioritaria, señala, es el contacto de la persona designada como responsable de la extinción, el canal de la emisora donde se está trabajando en ese incendio y las coordenadas de su localización.

Con esos primeros datos, la brigada parte a toda prisa a encontrarse con las llamas y es en el trayecto donde este técnico aprovecha para ampliar la información que le va llegando del centro operativo y saber a lo que se van a enfrentar. La valoración inicial del incendio, las condiciones meteorológicas de ese momento y el pronóstico, y las posibles incidencias de las llamas resulta crucial para definir la estrategia a seguir.

Aún así, como cualquier brica, Paco Cantero y su equipo sobrevuelan el lugar del incendio previamente al desembarco. “Así establecemos prioridades para actuar y determinamos la zona más segura y cercana para que el helicóptero tome tierra”, señaló. A veces las condiciones del terreno o del propio fuego, les obliga a desembocar en el aire, pero están adiestrados para ello. Eso sí, no sin antes haber preparado lo que cariñosamente llaman bambi y que en realidad se trata de la bolsa que el helicóptero irá cargando de agua y vertiendo sobre el fuego, como complemento fundamental a la labor que desde tierra sus compañeros irán realizando.

Una vez en el terreno, es Cantero quien toma en sus manos el destino de su equipo y, en coordinación con el responsable de la extinción, emisora en mano, empieza la batalla contra su principal enemigo. Asegura que los incendios “son fenómenos muy variables y hay que analizar muy mucho qué vas a hacer y, sobre todo, cómo lo vas a hacer”.

Lo primero es determinar una zona de seguridad a la que la brigada se pueda retirar si “el riesgo supera lo asumible” y la ruta de escape a la que llegar a ella, pero todos juntos. “Si hay dudas de que no podemos llegar todos de forma tranquila y ordenada, no sirve”.

Una vez garantizada la seguridad del personal, empieza el trabajo duro para vencer a las llamas. La misión de estos especialistas consiste en ir abriendo líneas de discontinuidad para ponérselo difícil a las llamas y que consiste en ir retirando todo el combustible vegetal, principalmente matorral, que encuentran a su paso en la zona del flanco del fuego que se les ha asignado. Uno de los especialistas es el encargado de ir abriendo camino con una motosierra y a él le siguen en el resto con la azada.

No hay tiempo para pensar en mucho más en ese momento y es en el técnico en el que recae la responsabilidad de dirigirlos. El calor intensificado por la cercanía de las llamas y el enorme esfuerzo físico que tienen que realizar les lleva a veces a situaciones de cansancio extremo que exige paradas cada cierto tiempo para reponer fuerzas.

Pueden perder varios kilos cada vez que acuden a un incendio y en el que pueden trabajar hasta un máximo de diez horas. Todos llevan agua en sus mochilas, hasta tres litros algunos, y algún tentempié para que ni desfallezcan las fuerzas de estos especialistas que se convierten en héroes tras cada batalla ganada al fuego. Hace casi dos semanas que comenzó oficialmente la campaña de mayor riesgo de incendios forestales y que se prolongará hasta mediados de octubre. Pero el trabajo de estas brigadas, ni del resto del operativo Infoca, empieza y termina ahí. Los incendios se apagan todo el año y ellos son la razón de su éxito.

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