Málaga tiene agua para casi tres años tras las últimas lluvias
Entre el acopio de los embalses, los pozos y las desaladoras, la provincia tiene 34 meses de recursos hídricos ahora mismo
Sobre los pantanos ha caído, de media, 513 litros en lo que va de año
'Konrad' deja más de 50 litros en la provincia de Málaga: la Axarquía en aviso amarillo también el viernes

Tras más de dos semanas de lluvias en un tren de borrascas que tiene ahora mismo a Konrad precipitando sobre la provincia, el déficit hídrico da un respiro. La provincia cuenta con agua para casi tres años de consumo si no cayera una gota más. El acopio del que se dispone en estos momentos entre los siete pantanos, los múltiples pozos y la producción de la desaladora de Marbella hace que se haya pasado en un año de plantear la posibilidad de traer agua en barco desde Murcia a dejar una situación más relajada.
En lo que va de año sólo sobre los siete embalses de Málaga han caído 513 litros de media, lo que sumando las escorrentías y el acumulado que ya poseían les deja en un 46,4% de su capacidad, con 283,869 hectómetros cúbicos. Pero, ¿cuánto es esto? Es el consumo de la Costa del Sol, la Axarquía y la capital de año y medio si sólo se usara agua de los pantanos y esta pudiera trasvasarse a voluntad.
Pero esto es, a día de hoy, imposible, porque la conexión entre la Costa del Sol Occidental y la capital está cortada, después de que la Dana rompiera la tubería que las une a la altura de Benalmádena, según indicó este miércoles la delegada del Gobierno andaluz en Málaga, Patricia Navarro. Lo cierto es que cuando estaba en funcionamiento esta tampoco aportaba un caudal excesivo antes de la rotura debido a su estado y a la capacidad de la misma.
Málaga capital: un consumo de 47 hectómetros, la mitad de los pozos
En la capital el consumo anual se estima por parte de la empresa municipal de aguas, Emasa, en 47 hectómetros cúbicos al año. Sin embargo, no es este el agua total que necesita, sino que gasta 55 hectómetros. La diferencia, lo que se pierde, no es otra cosa que la cantidad necesaria para desalar el agua procedente del Guadalhorce y la que se pierde en la potabilizadora del Atabal.
De estos 47 hectómetros que suele consumir Málaga en un año normal, la mitad este último año ha procedido de los pozos del entorno del Guadalhorce, que ha abierto con la Junta de la Andalucía. De estos aún no se conoce el aforo, por lo que no se conoce de cuánta agua se dispone en ellos.
Para la otra mitad del consumo, algo más de 23 hectómetros, Málaga bebe de las plantas de tratamiento del líquido elemento, así como de los pantanos de Guadalteba, Casasola, Guadalhorce y Conde del Guadalhorce y, en menor medida, de El Limonero. Estos están en unos 179 hectómetros cúbicos en estos momentos. Si bien Málaga no es la única ciudad que bebe de los mismos. A esto hay que sumar que hasta hace contadas fechas, Málaga estaba enviando agua a La Axarquía.
La Costa del Sol occidental: 90 hectómetros al año
El litoral al oeste de la capital es, sin duda, el gran demandante de agua de la provincia. En la Costa del Sol Occidental, Acosol, la empresa de aguas, cuantifica una demanda normal de unos 90 hectómetros cúbicos al año. Esto es casi el doble de lo que bebe la capital, con una población no demasiado superior. El último año se consumió entre un 10% y un 12% menos por las restricciones.
En estos momentos, la demanda se satisface por tres fuentes principales: embalses, pozos y desaladora. El aporte de La Concepción –el pantano que suministra en la zona y que ha tenido que desembalsar la semana pasada por estar cerca de la zona crítica de seguridad– es de unos 48 hectómetros anuales, indican desde la empresa de aguas. De los pozos se capta alrededor de 34 hm3 y el resto provenía de la desaladora.
Una vez se ponga a funcionar la ampliación de la desaladora existente, podrán llegar a los 18 o 20 hectómetros cúbicos al año. Su estrategia pasa por la construcción de una segunda planta en Mijas, que pueda aportar 20 hectómetros, ampliables para duplicar su capacidad. De esta manera se podrían preservar los recursos subterráneos.
La diferencia de agua consumida entre la capital y la Costa, se debe a la multitud de campos de golf o grandes villas: es decir, del agua para riego. Además de la población flotante, que crece hasta el millón en épocas estivales, pico de la zona. Por eso la regeneración de agua es clave para que se pueda usar con estos fines.
La Axarquía: 22 hectómetros para consumo humano
En La Axarquía, la zona más castigada en los últimos años por la sequía, el consumo medio de agua excluyendo el riego es de unos 22 hectómetros al año en años normales. La cifra ha bajado en los últimos dos debido a las fuertes restricciones por la sequía. En la comarca tienen el embalse más grande de la provincia, La Viñuela, que ha estado crítico, en torno al 10%, pero que ahora, con las últimas lluvias, ya suma más de 56,5 hectómetros. Es decir, el agua para el consumo humano de dos años. A y desde la comarca se puede recibir agua gracias al bombeo del Peñón del Cuervo.
En cuanto al agua para riego de cultivos, el próximo Comité de Sequía, que se celebrará el 18 de marzo, tendrá que determinar cuánta agua se puede reservar para el campo, que hasta ahora era mínima.
Ronda y Antequera viven de sus pozos
Las comarcas de Ronda y Antequera están fuera de estos cálculos maximalistas porque viven de los distintos pozos y manantiales naturales con los que cuentan, sin que sea sencillo el cálculo de los consumos o de la cantidad de agua de la que disponen.
En la ciudad de Antequera esta semana su alcalde, Manuel Barón, señaló que hay agua para unos tres años. Esto es debido a que en el manantial de El Torcal, del que beben, ha vuelto a caer agua por la gravedad. Sin embargo, desde el Ayuntamiento no pudieron precisar cuál es el consumo medio de la ciudad, indicando que, además, se abastece al Valle de Abdalajís después de que Adif convirtiese en inutilizable los pozos que suministraban agua al municipio durante las obras del AVE.
Ronda también vive de los pozos sobre los que se asienta, teniendo las captaciones en la Cañada de Puya. Su consumo anual, según el Ayuntamiento es de 2,85 hectómetros cúbicos al año. Sin embargo, esta es una de las pocas zonas que ha estado fuera de peligro por la sequía en los últimos años, por encontrarse en uno de los valles más lluviosos de la región.
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