"Málaga no está recortando la desigualdad al ritmo de su crecimiento económico"
Elena Bárcena, catedrática de Economía Aplicada
Ha sido elegida para formar parte de la Comisión Asesora del Ministerio de Trabajo y Economía Social en materia de Salario Mínimo Interprofesional
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Elena Bárcena, catedrática de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga, acaba de ser elegida para formar parte de la Comisión Asesora del Ministerio de Trabajo y Economía Social en materia de Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Este organismo está compuesto por 12 asesores: seis proceden del mundo académico, cuatro son técnicos (de Hacienda, Economía o de Trabajo) y dos pertenecen al ámbito sindical. Bárcena, que también es miembro del Instituto Universitario de Investigación de Economía y Empresa para la Sociedad, ha sido designada para formar parte de este grupo por su experiencia en temas distributivos, desigualdad y pobreza, con el objetivo de valorar el efecto de la subida del SMI en estos aspectos. Próximamente, desvela, se presentará un informe en el que ha colaborado junto a la UMA, el Ayuntamiento y la Fundación Ciedes sobre la pobreza en los barrios de Málaga.
Pregunta.¿Qué nos dicen los indicadores acerca de la evolución de la desigualdad?
Respuesta.Este es un tema que tenemos que ver de lo más global a lo más próximo. La desigualdad mundial se va reduciendo, principalmente por el progreso de los países asiáticos con China a la cabeza, pero esa disminución se da sobre todo entre países. Dentro de ellos es caso aparte: porque o no baja tanto o incluso aumenta. En España ocurre una cosa particular: la desigualdad aumenta en tiempos de crisis, sin embargo, cuando llega la recuperación económica, esto se vio fundamentalmente tras la recesión de 2008, empieza a aminorarse pero a un ritmo muy lento y sin llegar a alcanzar los niveles de partida, lo que hace que la situación de base empeore. Este fenómeno, no obstante, es algo reciente: en los años 70, 80 y 90 sí fuimos capaces de volver a los niveles de origen.
P.Se habla mucho de una realidad a dos velocidades: de una brecha que se ahonda entre capas altas y bajas. ¿Cree que nos encaminamos hacia ese modelo tanto como se dice?
R.Si a lo que nos referimos es la polarización de la población, sí. Existen evidencias de que se está produciendo un vaciado de la clase media, concretamente de la media-baja, que en momentos de crisis sufre, reduce su renta y acaba convirtiéndose en clase baja. Esta situación normalmente se asocia a conflictos sociales porque hay una cierta identificación de los individuos con el grupo al que pertenecen y se opone al otro.
P.Este es un debate que tiene también vigencia en Málaga incluso con más intensidad que en el resto de grandes capitales a excepción de Madrid y Barcelona.
R.En Málaga la estadística para medir este fenómeno no es del todo representativa. Los datos de los que disponemos son los de la Agencia Tributaria, que recogen aquellos que tributan: ahí nos perdemos, por decirlo de alguna manera, a los muy ricos y a los muy pobres que por distintos motivos no obtienen ingresos a través de la renta. En Málaga lo que vemos es que se reduce más la desigualdad que en España, pero menos que en Andalucía, con la que mantiene las distancias. El coeficiente Gini malagueño es de 0,33-0,34: casi 1,5 puntos por encima del nacional (esta medición oscila entre 0 y 1, siendo 1 el mayor nivel de desigualdad).
P.La gran paradoja en este punto es que el crecimiento económico no hace por acabar con la polarización que antes comentaba
R.Exactamente. Esto tiene mucho que ver con lo que se conoce como prosperidad compartida o crecimiento inclusivo. Nos encontramos en una etapa de recuperación que en cifras agregadas puede mostrarse fácilmente: la renta media va aumentando, hay más dinamismo económico... La otra realidad es cómo se distribuye. Y ahí es donde Málaga no está teniendo el éxito que debiera tener según las cifras agregadas, porque la desigualdad sigue aumentado si los que crecen son los más ricos, que es lo que parece que está ocurriendo.
P.¿Cuáles son los frentes en que habría que actuar para lograr mayor equilibrio?
R.Son varios: desde políticas sociales que permitan compensar la situación como el desempleo, aunque para percibirlo el usuario antes tiene que haber contribuido, hasta las medidas no contributivas. En cualquier caso, el punto que requiere una atención más fuerte son las familias con niños, ahí deben dirigirse la ayuda y el acompañamiento para evitar que ellos sean los que más sufran las consecuencias. España es el país con la pobreza infantil más alta: esto es algo que tiene un efecto muy negativo a largo plazo. Si un niño no puede alimentarse adecuadamente tendrá carencias de salud, déficit de atención en el colegio, posiblemente problemas para terminar su etapa formativa de manera adecuada y, finalmente, no podrá acceder a un mejor empleo. La sensibilidad hacia las familias con menores debe ser una prioridad para evitar que la desigualdad se perpetúe.
P.Dentro de esa batería de propuestas, entiendo, también juega un papel relevante el SMI
R.Sí, juega un gran papel. Normalmente, las personas que denominamos pobres tienen el trabajo, la renta, como principal fuente de ingresos; si además su trabajo es precario probablemente cobrarán el SMI. Aumentarlo lo que hace es favorecer la situación de las personas más humildes. Es un instrumento que tenemos que utilizar. Claro que hay muchos casos: en familias con un solo progenitor, es decir, con una única fuente de ingreso, la subida del SMI es positiva, pero son necesarias otras medidas.
P.¿Qué trabajo se fija dentro de la comisión?
R.Es un trabajo conjunto entre técnicos del Ministerio, representantes de sindicatos y académicos. A los académicos lo que nos toca es fijarnos mucho en los cálculos y estimaciones para determinar el nivel de SMI y aconsejar una horquilla de valores de subida.
P.Volviendo al caso de Málaga para rematar, ¿cuáles diría que son los grandes asuntos pendientes?
R.Una idea es la monitorización de como va evolucionando geográficamente la población de Málaga por municipios, secciones censales y distritos para que no se localice las rentas más alta. Precisamente, estamos trabajando estudiándolo para elaborar índices de vulnerabilidad que permitan asesorar en el diseño de políticas de crecimiento y evitar que haya bolsas de vulnerabilidad.
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