Aunque no han dejado de reducirla en estos años, el orden de los municipios de Málaga que acumulan un mayor montante de deuda viva, según los datos que publica el Ministerio de Hacienda, no ha variado sustancialmente. Después de la capital (con casi 317 millones de euros, 548 por habitante), están Rincón de la Victoria, con 46 millones de euros de deuda bancaria, que equivalen a 945 por cada uno de sus vecinos, y Estepona, con más de 36 millones o 515 euros por habitante. Sin embargo, esta localidad ha logrado descender casi un 22% su deuda viva con respecto al cierre del ejercicio de 2019. Le sigue Torremolinos, que cuenta con una deuda viva de unos 33,4 millones de euros, lo que equivale a 483 euros por habitante.

Algunos municipios como Alfarnatejo, Almogía, Arenas, Istán, Iznate, Júzcar, Nerja y Sierra de Yeguas han logrado reducir al 100% todas sus deudas. Teniendo en cuenta la deuda per cápita, los municipios que presentan este dato más elevado son Alozaina, con 2.0008 euros por habitante; Guaro, 1.837; Cortes de la Frontera, 1240, y Atajate, con 1.174 euros por habitante. Para estos municipios el lastre de la deuda sigue siendo importante, ya que tienen menos músculo para afrontarlo.

Por otro lado, algunos municipios con una deuda importante, tienen este ratio per cápita muy bajo debido a su población. Es el claro ejemplo de Marbella, que con 415.000 euros de deuda, solamente significa tres euros por persona. Mijas, a pesar de tener 1,3 millones de déficit, se traduce a 15 euros por persona, y Benalmádena, con una deuda viva total de más de nueve millones, se queda en 133 euros por habitante.

Cambio de tendencia

Desde el Colegio Oficial de Secretarios, Interventores y Tesoreros de la Administración Local (Cosital) en Sevilla se apunta que esta tendencia de reducción progresiva y constante de la deuda financiera podría variar de cara a próximos ejercicios, por la suspensión de la regla de gasto, que permitirá presupuestos más expansivos, y por el hecho de que casi todos los ayuntamientos tengan una deuda ya asumible en términos de sostenibilidad.

“Igual que el ciudadano tiene ganas de salir, la administración local está por hacer cosas después de muchos años encorsetada, en los que no ha podido aumentar el gasto a pesar de tener remanentes positivos. La tendencia es un aumento del gasto considerable”, señala Hilario Hurtado Gómez, interventor y miembro de la junta de gobierno de Cosital en Sevilla, que recuerda que, como en las familias, no es lógico que una administración que paga puntualmente los créditos, no pueda hacer una inversión con un dinero extra que le llega o ahorra. Así, señala que normas como la regla de gasto deberían funcionar durante un tiempo, para corregir situaciones como las que se produjeron antes de la anterior crisis, pero también se debe respetar la autonomía municipal.

Además, subraya que todas estas circunstancias han llevado a que los ayuntamientos cierren cada vez menos operaciones financieras con entidades bancarias.

Lo más frecuente ha sido en los últimos años acudir a los FEAR (los préstamos a coste cero de la Diputación a cuenta de los ingresos por impuestos municipales), que se han podido pedir para inversiones, para problemas puntuales de tesorería e incluso para refinanciar créditos, que hay que seguir pagando, pero en mejores condiciones.