El malagueño que viste de traje los Premios Goya
Carlos Soriano, junto a sus socios, el jerezano Álvaro García de Tiedra y el sevillano Juan Fabiani, patrocinan la gala y ponen el vestuario a una docena de personas clave en el evento

Es usual que actrices, directoras o modelos que pasan por la alfombra roja de los Premios Goya sean preguntadas por la etiqueta de sus vestidos y la procedencia de sus joyas. La tendencia es que, cada vez más, los hombres también sean cuestionados por la firma de sus trajes. Y una docena de ellos llevarán la firma de un antequerano, Carlos Soriano, y su marca Bund.
Sólo hace cuatro años que Soriano, arquitecto de formación, fundó junto con el jerezano Álvaro García de Tiedra y el sevillano Juan Fabiani la marca. Y el despegue fue fugaz: un año después ya empezó a colaborar con la Academia de Cine para vestir a sus directivos, entre ellos el presidente, Fernando Méndez-Leite. Pero también a quienes entregan los premios y a algunos invitados e influencers.
¿Cómo lo hicieron? Estando en el sitio y en el lugar adecuado: Sevilla y 2023. Ellos habían abierto recientemente su club –como llaman a sus locales, alejándose del clásico concepto de tienda– en la capital hispalense, que no deja de ser el epicentro de los tres andaluces. Allí tocaron a la puerta indicada y esta se abrió. A cambio de los trajes, ellos reciben "acceso a la gala, es un gran altavoz, para una marca tan joven es mucha suerte", asegura Soriano. Desde entonces han participado en la gala ya citada de Sevilla, la de Valladolid y se les volverá a ver en Granada este año.
Llevan meses trabajando en los trajes que mañana llevarán tres personas de dirección de la Academia, cuatro entregadores de premios, dos nominados a premios, dos influencers y el propio Méndez-Leite. Doce bunditos, como les gusta llamar a sus trajes, que se verán portando más de una estatuilla en Granada este sábado con total seguridad.
El proceso de hacer un traje con la técnica made to measure (hecho a medida, por su traducción del inglés, MTM), se diferencia del oficial que a todo hijo de vecino se le puede venir a la cabeza cuando piensa en la confección de un traje (este se llama bespoke, cuando todo el proceso es artesanal). Principalmente a que se trabaja sobre patrones ya preestablecidos que se adaptan a las medidas de cada uno. Además, los procesos tanto de cortado como de cosido de las telas se industrializa, de manera que se acortan los periodos y se puede escalar el proceso y aumentar la fabricación.
Así, Soriano y sus socios necesitan entre seis y ocho semanas, mínimo, para hacer un traje en condiciones normales, con su prueba en medio (para un traje completamente a medida mínimo son cuatro pruebas, por ejemplo). "Pero algunas veces hay que hacer malabares, en ocasiones muy especiales podemos hacer un esmoquin en tres semanas".
Esto se debe a que las agendas de los artistas –tanto masculinos como femeninos, precisan, en Bund están abiertos a la sastrería para mujer–, son complicadas. "Les demandamos mucho tiempo y ellos entre rodajes, actos y el tiempo que están fueran tienen un encaje complicado", afirma el antequerano.
Vestidos por ellos han acudido a la gala ya Fernando Tejero, Alberto Ammann, Telmo Irureta, Alberto Mielgo o Antonio Dechent, que portó una chaqueta de terciopelo roja y doble botonadura que, a buen seguro, no pasó desapercibida y que, como no puede ser de otra manera, le sentaba como un guante. Sin embargo, Soriano no suelta prenda de quiénes serán los once (además de Méndez-Leite) que llevarán bunditos. Todo por la sorpresa y que al abrir la solapa izquierda se puedan observar las cuatro letras fucsia que les caracterizan. De media visten a entre diez y quince personas cada año, apunta.
A partir de 449 euros, un traje a medida
Pero, esto no es sólo para actores y estrellas. En Bund piensan que "la sastrería es un lujo asequible, queremos democratizarla", por eso sus trajes parten de los 449 euros. "Hay que tener un poco, no todo el mundo tiene 449 euros, pero para el que sí, que pueda vivir la experiencia de hacerse un traje", indica.
Esto no quiere decir que todos sus trajes cuesten esto. "Hay clientes que nos piden trajes de 2.000 o 3.000 euros", asegura. Todo esto depende, sobre todo, del tejido, pero también de la construcción interna de la chaqueta. Y del grado de personalización que se requiera finalmente.
Pero lo importante para ellos es que el cliente pueda vivir la experiencia y, claro, que el proyecto sea escalable. Así, desde 2021, han abierto ya cinco clubs en España: Sevilla, Madrid, Málaga, Barcelona y Murcia. Pero no se quedan en nuestras fronteras, recientemente han dado el salto y han abierto un sexto en México D.F.
La idea siempre ha sido "internacionalizar la marca, hay cuatro o cinco marcas de sastrería en todo el mundo, no te digo ya en España y queríamos entrar ahí". Tiene, además, cierto sentido internacionalizar la marca, porque su génesis ya fue internacional.
Carlos (arquitecto de formación) y Juan (médico) se conocieron en Sevilla, porque ambos organizaban eventos durante su etapa universitaria. Pero Soriano fue un año a Shanghái, donde conoció a Álvaro (también arquitecto). Allí conocieron el made to measure, por la gran tradición de la ciudad.
Hasta allí fue Juan de visita, cuando quedó impresionado por los trajes que se hacían los dos estudiantes de arquitectura. De vuelta a Sevilla llevó tres. E iniciaron un "miniproyecto" en 2016. Aquello quedó en nada hasta que llegó la pandemia y, encerrados, comenzaron a desarrollar la marca en 2020. Pero fue en 2021 cuando dieron el salto, montaron el primer pop up (una tienda temporal), pasaron de la venta digital al presencial y empezaron a triunfar y dejaron sus trabajos.
Ofrecían un alto grado de atención personalizada y, del paso efímero por hoteles y locales montaron su primer club, hasta los seis actuales. Ahora, además de trajes a medida, venden accesorios como corbatas, tirantes, pajaritas, pañuelos e incluso ballenas para el cuello de las camisas. Y este año pasado, además, se han tirado a la piscina de las pequeñas colecciones por tallas.
De momento, la idea les ha valido para ser seleccionados entre los 30 under 30 (30 por debajo de 30 años) de la prestigiosa revista Forbes. Quizá el siguiente paso sean los Óscar, quién sabe.
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