Málaga

Los malagueños apuestan por aprender inglés más allá de las fronteras

Un grupo de estudiantes, de ‘Gap Year’.

Un grupo de estudiantes, de ‘Gap Year’. / M. H.

En España desde muy pequeños se educa a los jóvenes con la idea de que primero van a Educación Infantil, después a Primaria, seguido de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y por último a la Universidad y un Máster. Siempre a año por curso, así sucesivamente desde los tres años y hasta los 21, 22 o 23 años, dependiendo de si acaban haciendo un Máster o no después de la Universidad. Este pensamiento es totalmente diferente al que existe en otros países de Europa, sobre todo en los nórdicos.

Los jóvenes de los países del norte de Europa al terminar sus estudios, si realmente no están seguros sobre su futuro y lo qué quieren estudiar en la universidad deciden tomarse un año libre, trasladarse a un país diferente y aprender un idioma nuevo. En España se conoce como año sabático y en inglés es Gap year. Unos seis, nueve o incluso 11 meses es el período de tiempo que dura este proyecto que organiza EF, la compañía internacional especializada en educación de inmersión cultural, donde los jóvenes viven en una residencia o con una familia, aprendiendo el idioma de ese país, habitualmente suele ser inglés.

Esta iniciativa surgió como “una alternativa para las personas que necesitaban inglés”, según Laura Osuna, directora del programa Gap Year de EF. Por ello, muchas familias deciden invertir en un Gap Year para que sus hijos vuelvan bilingües del extranjero. Además, al regresar de este año sabático, los jóvenes regresan con un certificado de idiomas de EF, reconocido por Cambridge.

En sus inicios este proyecto comenzó siendo un viaje de verano de dos o tres semanas, pero fue evolucionando hasta prolongarse hasta casi un año. La principal razón fue que la demanda de lograr un nivel de inglés mejor comenzó a aumentar en gran medida y también las ganas de los jóvenes por, ya no solo vivir la experiencia de estar en el extranjero, sino de evolucionar y tener un “aprendizaje de vida”, según Osuna.

La directora de este programa asegura que, a pesar de que cada vez se exige más inglés en los trabajos y en los estudios, “España sigue a la cola de Europa”. Esto se debe a que en el país hay muchas personas que piensan que “un año sabático consiste en no hacer nada y realmente el estudiante debe acudir a unas clases”. Ese año sabático desde EF prefieren llamarlo año de idiomas.

En cuanto a la edad, el 80% de los jóvenes que se apuntan a este Gap Year tienen entre 16 y 24 años. Aunque también tienen alumnos mayores de 25 años, pero no son tan habituales. “Los estudiantes son muy jóvenes que justo terminan Bachillerato, van a empezar la universidad y se lo replantean, o terminan la universidad y no saben que hacer”, sostiene Laura Osuna.

Con respecto a los malagueños que deciden vivir esta experiencia, de los más de 220 estudiantes andaluces que se fueron en 2018, 2019, 2022 y 2023, más del 40% eran malagueños. Esto quiere decir que casi 90 jóvenes viajaron para aprender inglés antes y después de la pandemia, ya que durante 2020 y 2021 no se registraron datos. Asimismo, Málaga es la provincia andaluza, donde la demanda de hacer un Gap Year es más alta, seguida de Sevilla con el 25% de los jóvenes. Cabe señalar que la mayoría, el 58% de los estudiantes, son chicas.

Los países más demandados por los estudiantes malagueños son Inglaterra (37%), Estados Unidos (20,5%) e Irlanda (11%). De igual forma, también los jóvenes también pueden decantarse por Malta para aprender Inglés, París o Niza para estudiar francés, Berlín o Múnich para alemán y Roma para italiano.

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