cambios sociales La provincia es la que más inscritos tiene de Andalucía

Casi 6.000 malagueños han dejado ya por escrito cómo quieren morir

  • La mayoría de los inscritos son mujeres que han cuidado de un familiar con una enfermedad terminal · Desde 2004 se han registrado unas 1.500 consultas de médicos a los testamentos vitales de pacientes

No sufrir dolor, mantener una buena calidad de vida aunque eso suponga anticipar la muerte, no prolongar la vida en situaciones irreversibles e incluso, en caso de una mujer embarazada, mantener el soporte vital para que el feto pueda nacer. Estas son algunas de las opciones a las que hay que decir sí o no en el testamento vital. Un total de 5.652 malagueños ya lo han firmado desde que en 2004 la Consejería de Salud pusiera en marcha esta iniciativa para garantizar una muerte digna.

La historia de Ramona Estévez -ingresada en un hospital concertado al que la Junta ordenó quitar la sonda para alimentarla- ha vuelto a poner sobre el tapete un tema espinoso desde un punto de vista legal, médico, ético y emocional: la muerte digna.

Los sanitarios coinciden en que se va avanzando en ese terreno. De hecho, la demanda de inscripciones en el Registro de Voluntades Vitales Anticipadas aumenta. Incluso también se aprecia un cambio en su uso por parte de los médicos. Desde 2004, se han hecho 1.495 consultas por parte de facultativos para conocer la voluntad de los enfermos. La secretaria de la Delegación de Salud, María Dolores González, apunta que al comienzo los profesionales consultaban el testamento vital para conocer si un paciente que iba a fallecer era donante de órganos. En la actualidad, se han incrementado las consultas de los facultativos para saber cuál es la voluntad del enfermo sobre los límites terapéuticos en el final de su vida. El contenido del testamento vital solo puede ser consultado por el médico que atiende al paciente y siempre que éste no pueda expresarse por sí mismo.

Desde que se puso en marcha esta iniciativa, Málaga siempre ha sido la provincia andaluza con un mayor número de inscritos. Sevilla, que es la segunda de la comunidad, tiene 4.311 personas apuntadas. González cree que la razón de que Málaga esté a la cabeza de Andalucía es el peso de los comunitarios de cierta edad concienciados con el tema y que ya han hecho su testamento vital. El perfil mayoritario de las personas anotadas en el registro es el de una mujer que ha cuidado de un enfermo terminal. "Ha tenido una experiencia cercana de sufrimiento y muerte de un familiar y no quiere dejarle un problema similar a un hijo el día de mañana. Por eso quiere dejar las cosas claras", apunta la secretaria de la Delegación de Salud.

Rafael Gómez, responsable médico de la asociación especializada en cuidados paliativos Cudeca, cree que casos en los que hay que tomar decisiones médicas delicadas sobre los pacientes -aunque quizás no tan complejas como la registrada en el Hospital Blanca Paloma- se dan con frecuencia en "Huelva, Málaga y toda España". Pero sostiene que los facultativos acatan la voluntad del paciente bien si la expresa de forma consciente o si la ha dejado por escrito. "Una vez que el paciente decide, los médicos lo respetan", afirma. Y como ejemplo pone el trato que reciben los Testigos de Jehová que "no quieren transfundirse y no se transfunden". Cuando una persona hace el testamento vital, se lleva en papel una prueba de esa voluntad. Pero además, su decisión queda plasmada por escrito en un registro autonómico que a su vez está conectado con otro nacional. De esa forma, en caso de que pierda su conciencia o su capacidad de manifestar su voluntad, ésta podrá ser consultada por los facultativos no solo de Andalucía sino de España.

La secretaria de la Delegación aclara que el testamento vital lo hace una persona consciente y libremente para el caso de que en el futuro no pueda manifestarlo debido a una patología. Pero aclara que esa persona puede cambiar luego "en cualquier momento y en todo o en parte" esa voluntad.

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