La crisis obliga a los malagueños a variar su dieta y recurrir a la cocina tradicional

La asociaciones de consumidores observan la “disminución en picado” del gasto en la cesta de la compra en el último mes · Ahora se invierte más tiempo en buscar ofertas y comparar los precios

Cristina Fernández

08 de mayo 2009 - 07:09

Unos porque sus bolsillos están realmente resentidos y otros por ser cautos. El caso es que “desde hace dos meses para acá, y sobre todo desde mediados de abril, se está dando una disminución en picado del gasto en la cesta de la compra”, asegura el presidente en Málaga de la Unión de Consumidores (UCE), Jesús Burgos. Ahora se prima más que nunca la oferta a la calidad y se emplea más tiempo en comparar los precios de los distintos establecimientos, según distintas asociaciones de consumidores. La crisis afecta a lo que se echa en el carro y, por tanto, a lo que se cocina. Los platos tradicionales, los que se hacían pensando en alimentar a grandes familias con pocos recursos, están ganando terreno nuevamente. “Se está volviendo a lo antiguo, a los pucheros y las cazuelas”, afirma Burgos.

El solomillo se está cambiando por las costillas y chuletas de cerdo y la rosada o la merluza por el pescado fresco que esté de oferta ese día. Además “ya no se compran tantos postres y se recorta mucho más en bebidas y en productos frívolos”, afirma María Huelin, responsable de la Asociación de Consumidores y Amas de Casa al-Ándalus. En la verdura y la fruta, aseguran desde la UCE, que se busca sobre todo lo más barato, independientemente de su calidad. “La gente está comprando la patata vieja, los excedentes de la anterior cosecha, antes de gastar algo más en la patata nueva”, comenta Jesús Burgos. Esta práctica se repite con otras frutas y verduras.

Y aunque se sigue comprando jamón cocido “ya no se llevan el extra”, asegura Huelin, que añade que si de un producto hay tres marcas muchos malagueños se decantan “por la más barata, incluso de menor precio que la marca blanca y aunque no sea conocida”. Desde Facua aseguran que la “fidelidad a las marcas se está rompiendo, porque no pueden pagarlas”, considera José Luis Sánchez.

comparaciones

Cuando el trabajo dejaba muy poco tiempo para el resto de obligaciones del hogar, la pareja solía ir a un establecimiento –normalmente una gran superficie– y realizar en él toda la compra. “Ahora hay menos dinero pero también más tiempo y si hay un miembro desempleado tiene la ocasión de dedicarse a ver, comparar y ahorrar”, dice José Luis Sánchez, técnico de Facua, que asegura que se están diversificando las compras en distintos lugares. “Antes por comodidad se metían en un hipermercado y llenaban el carro y ya se está empezando a comparar establecimientos”, señala la responsable de al-Ándalus, que subraya que se ha observado “un incremento del uso de tiendas de barrio porque vuelven a fiar a los vecinos, a la gente con la que los tenderos tienen confianza”. También los mercados están cogiendo más predicamento. “Hay parejas que dedican la mañana del sábado a pasearse por el mercado y conseguir el género más barato”, apunta Huelin.

tipo de compra

Ver un carro lleno hasta los topes a principios de mes era lo habitual pero esa tónica, según las asociaciones de consumidores, está cambiando para ceder paso a la compra diaria. “Se está volviendo también a la compra día a día, ya no se encuentran cestas tan abultadas”, comentan desde la UCE, una opinión compartida por la Asociación de Consumidores y Amas de Casa al-Ándalus. “El que tiene menos ya no hace una compra grande, sino que compran día a día, no suelen ser tan previsores como para ver realmente lo que van a consumir en el mes”, sostiene María Huelin. Para Facua, ahora es “más necesario que nunca” hacer la lista de la compra y buscar “estrategias que no nos permitan caer en el marketing de las empresas”.

precios de consumo

Desde Facua han realizado un estudio en el que se determinó que los precios se habían bajado en origen pero que el consumidor seguía pagando lo mismo. “Los intermediarios no tienen en cuenta la economía del consumidor”, explica Sánchez. Burgos, de UCE, asegura que a los pequeños establecimientos les está costando reducir sus antiguos márgenes de beneficio”.

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