Los malagueños viven cada día más tiempo gracias, principalmente, a la mejora sustancial de los tratamientos y de la atención médica. Traducido a números, los malagueños tienen una esperanza de vida en estos momentos nueve años mayor a la que había hace cuatro décadas. Según el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (Ieca), la esperanza de vida de una persona que nacía en 1975 en Málaga era de 72,2 años y en 2014 ascendió hasta los 81,8 años, lo mismo que la media andaluza.

La diferencia entre hombres y mujeres sigue siendo palpable. Las féminas tienen más posibilidades de pasar más tiempo entre el resto de los mortales, siendo la esperanza media de vida al nacer en 2014 de 84,1 años, mientras que en los hombres es de 79,5 años. En 1975 era de 75,3 y 69 años respectivamente.

Otro aspecto llamativo no es ya la esperanza de vida cuando se nace sino la que tiene llegada la jubilación a los 65 años. Hace cuatro décadas, cuando un malagueño llegaba a los 65 podía hacer planes, estadísticamente hablando, para 14 años y medio más como mucho. Ahora, la esperanza de vida a partir de los 65 es de 20 años más en esta provincia, por lo que, si la salud y el dinero lo permiten, la jubilación puede ser una etapa con mucho que decir. En este caso el sexo también influye, ya que la esperanza de vida extra de la mujer jubilada es de 21,5 años y la del hombre de 18,5 años.

Un fenómeno demográfico que se repite en todo Occidente es que cae bruscamente la tasa de natalidad y moderadamente la de mortalidad. En Málaga, por ejemplo, la tasa de natalidad actual es de 9,61 por 1.000 cuando en 1975 era de 20,56 por 1.000, mientras que la de mortalidad está ahora en 7,5 por 1.000 y hace cuarenta años era de 8,3 por 1.000. Aún hay más nacimientos que muertes, pero se están acercando ambos parámetros y todo apunta a que se unirán, provocando un mayor envejecimiento poblacional. Ya se está notando. En 1975 la edad media de la población en Málaga era de 31,2 años y en 2014 fue de 41,1 años, con todo lo que ello implica en materia de dependencia laboral y pensiones.