Málaga

Una manzana verde para la ciudad del futuro

  • Málaga se convertirá en una de las 11 capitales europeas que contará con un barrio cien por cien sostenible si el Ayuntamiento logra financiación para hacerlo realidad

Será como un oasis en pleno desierto y un lugar donde el reto es conseguir el súmmum de la sostenibilidad mejor entendida y la demostración de que vivir en una gran ciudad no tiene porqué implicar hacerlo renunciando al respeto por el medio ambiente y la calidad de vida. Ahora apenas es un sueño plasmado en un papel, pero en un futuro ese sueño puede convertirse en una realidad y lograr que Málaga disponga de un barrio en el que sus vecinos podrán disfrutar de las ventajas de vivir en una manzana verde donde se primen las edificaciones bioclimáticas, en un ambiente de zonas verdes, que sea eficiente desde el punto de vista energético, que contenga los usos diversos que tiene la ciudad -residencia, comercio, terciario y equipamientos-, y que en su diseño se incluyan las nuevas tecnologías de captación energética y de recuperación de residuos. En este vergel urbanístico, los privilegiados residentes encontrarán a su alcance la mayoría de los servicios básicos necesarios en su día a día y en el que el uso del vehículo privado estará limitado a las zonas periféricas, puesto que en el interior primarán las zonas peatonales y las dedicadas al carril-bici.

Cuesta creer que en una ciudad tan colmatada por el cemento y el ladrillo durante décadas quede aún un hueco para algo así. Pero los diseñadores de este proyecto, que ha promovido el Observatorio de Medio Ambiente Urbano (Omau) y cuyo avance del planeamiento se encuentra en estos momentos en fase de información pública, lo ven más que factible en una superficie de casi 94.000 metros cuadrados, ubicada en la zona de El Duende de la capital, en los que se alternarán casi un millar de viviendas con jardines, centros educativos, sociales y de salud, y zonas comerciales y donde residirán más de 2.000 personas.

Se ha tenido en cuenta hasta el último detalle en el diseño de esta manzana para no descuidar ni un ápice lo verde. El ahorro energético será una prioridad y para ello se determinó, según un estudio de soleamiento que se hizo, la altura, la separación y la orientación que debían tener los edificios que se iban a construir para que las 963 viviendas (803 viviendas de protección oficial y 160 de renta libre) fueran lo más eficientes posible. Todas ellas tendrán ventilación cruzada, es decir, darán a ambos lados norte-sur o este-oeste para que haya corriente en el interior y refrigeración sin necesidad de usar el aire acondicionado.

Los 12 o 15 edificios de viviendas que compondrán la manzana verde serán construidos, además, con material poroso y tanto las fachadas como las cubiertas irán revestidas con cubiertas vegetales para aislarlos del calor. En el interior de los inmuebles también se alternarán pequeños jardines que tengan la doble función de "sumideros de dióxido de carbono (CO2) y sean además puntos de encuentro social de los vecinos", explicó José María Morente, uno de los arquitectos del proyecto.

En esa búsqueda perfecta de la eficiencia energética, se ha previsto además que los edificios de mayor altura -bajo más 11 plantas como máximo- se construyen en la periferia del barrio sostenible para crear sombras en los viarios y no en el resto de edificios. Los más bajos, en cambio, que tendrán bajo más seis plantas, se alternarán por el interior "buscando la mayor diversidad de usos posible para que los vecinos encuentren todo lo que necesitan en el día a día", dijo Juan Antonio Marín, arquitecto de la Gerencia Municipal de Urbanismo y otro de los artífices del futuro barrio.

Placas solares térmicas en cada vivienda para lograr agua caliente sin tener que usar el calentador e, incluso, la posibilidad de que dispongan de un mecanismo individual de recogida neumática de la basura son sólo algunos de los detalles que se contemplan para que las viviendas sean cien por cien sostenibles. Ya en la calle la recogida de residuos se hará en contenedores soterrados y selectivos.

El interior de este barrio sostenible será preferentemente peatonal y los aparcamientos subterráneos, incluso debajo de las zonas verdes, para evitar que haya coches en la superficie y así poder aprovechar al máximo el espacio. El fomento del transporte público también será una prioridad y para ello se han dispuesto nodos de comunicación en los distintos puntos cardinales del barrio para tratar de disuadir a los vecinos sobre el uso del coche privado. Se habilitarán paradas del autobús urbano y y además habrá una parada de la futura línea del suburbano a escasa distancia.

Sólo un vial transversal cruzará todo el barrio para facilitar el paso de los vecinos que dispongan de vehículo y puedan aparcar en sus propios edificios. El resto de las calles estarán conectadas por carriles bici que, asu vez, estarán unidas a la red general de vías para bicicleta que el Ayuntamiento proyecta en toda la ciudad.

Los espacios verdes gozarán de un gran protagonismo en este barrio, según explicaron los arquitectos. De más de 35.000 metros cuadrados de zonas verdes disfrutarán los futuros vecinos que residan allí. Pero nada de especies exóticas, todas serán autóctonas, rentables hídricamente y captadoras de CO2.

Otros 5.240 metros cuadrados serán para equipamientos públicos como guarderías, sin descartar un colegio, un mercado o un centro de salud en el interior del barrio. El resto de los locales disponibles se pretende que se alternen entre todo tipo de comercios y oficinas, por ejemplo, "para industrias relacionadas con las nuevas tecnologías por ser compatibles con el uso residencial", según el director del Omau, Pedro Marín.

Esta iniciativa forma parte del programa europeo CAT-Med a través del cual se construirán barrios residenciales bajo criterios sostenibles, además de en Málaga, en las ciudades de Valencia, Barcelona, Sevilla, Génova, Turín, Roma, Marsella, Aix-en-Provence, Atenas y Tesalónica. Cada de una de estas ciudades ha elegido una parcela donde deberá llevar a cabo el proyecto de manzana verde que, aunque será diferente en cada localidad, tendrá que tener características similares. Hasta ahora sólo en Roma ya se ha empezado a construir.

En Málaga capital, después de haber estudiado varias localizaciones en Campanillas, Churriana y la zona este, el Ayuntamiento decidió optar por la zona de El Duende principalmente porque está sometida en estos momentos a un proceso de renovación urbana y porque es una zona central de la ciudad con una densidad importante. Pero el principal obstáculo con el que se ha topado el proyecto es la financiación. La opción que se plantea como más factible es, según Marín, "fraccionarlo en varias partes para que no se una sola empresa la que acometa la obra".

Todavía no se ha estimado lo que costará, antes de la aprobación del plan especial que se prevé para otoño, el Omau hará un estudio de costes pormenorizado para animar a las empresas. Desde hace semanas y hasta que sea aprobado se dará a conocer el proyecto a colectivos, vecinos, constructoras y promotores para buscar nuevas ideas y fórmulas de gestión que hagan de la manzana verde la mejor opción.

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