Málaga

La mayoría de las terrazas siguen incumpliendo la normativa de ocupación

  • Un estudio encargado por el OMAU revela que sólo el 14% de las 43 analizadas en cuatro zonas del centro histórico de Málaga cumplen con todos los requisitos

La expansión de las terrazas de bares y restaurantes en el centro histórico en los últimos años está provocando un difícil equilibrio entre la actividad económica del sector hostelero y la convivencia con vecinos, comerciantes y visitantes. Lo demuestra un estudio del propio Ayuntamiento de Málaga que revela que ocho de cada diez establecimientos analizados en las zonas con más aglomeración hostelera incumplen alguna de las exigencias para la instalación de mesas y sillas en la vía pública.

Es la principal conclusión del informe de la ocupación por las terrazas de hostelería en el centro de Málaga, encargado por el Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU) y realizado por la empresa Estudio 7 en octubre del año pasado en las calles Strachan-La Bolsa, y las plazas de Uncibay, las Flores y de la Merced. Las 43 terrazas de los bares y restaurantes ubicadas en unas de las zonas más conflictivas por el exceso de ocupación de la calle fueron visitadas para comprobar el grado de cumplimiento de la ordenanza municipal. Y el resultado fue que el 86% incumplían lo exigido por algún motivo, mientras que solamente el 14% cumplían con todos los condicionantes. La instalación de las pizarras de menús fuera de la zona autorizada, sobrepasar la superficie con licencia para la colocación de mesas y sillas, y la existencia de publicidad en el mobiliario del establecimiento son las principales infracciones. En menor medida, están la ocupación de la línea de fachada, la publicidad en los delimitadores laterales y la delimitación lateral inferior al metro y medio de altura.

Por zonas, la única de las analizadas en este estudio en la que hay algunos bares que cumplen con todo lo autorizado son las calles Strachan-La Bolsa. Aun así, allí sólo seis de los 18 establecimientos con terraza cumplen a rajatabla con la ordenanza municipal. Es decir, apenas un tercio de las existentes. El resto no, al igual que ocurre con todos en los otros tres puntos estudiados.

De hecho, en las siete terrazas de la Plaza de las Flores se detectó el incumplimiento de algunas de las condiciones técnicas exigidas, también en las siete de la Plaza de Uncibay y en las once de la Plaza de la Merced.

Es el segundo estudio de características similares que este organismo encarga. El primero fue en 2012 y la comparación entre ambos permite determinar que en apenas tres años se ha producido un aumento del 7% en la oferta de establecimientos de hostelería con terraza en estas zonas, especialmente en la Plaza de las Flores y el entorno de las calles Strachan y Bolsa. En total, se ha pasado de 42 a 45.

La comparativa entre ambos informes, según el estudio, hace que se observe "una ligerísima mejora" en cuanto a la ocupación de la superficie autorizada en la vía pública por terraza, pero no en el grado de cumplimiento sino en "su carácter cuantitativo de valor en metros cuadrados donde hay menores superficies invasivas". Por el contrario, sí se aprecia "un empeoramiento" general en el cumplimiento de la ubicación de las pizarras de los menús, al pasarse del 53% en 2012 al 37% el pasado.

Ante las deficiencias detectadas, el estudio concluye que "se requieren tomar medidas para que se alcance el difícil y necesario equilibrio entre la calidad de vida de los residentes, la satisfacción de los visitantes y las productividad de los establecimientos de hostelería".

Y en esa tarea está el Ayuntamiento de Málaga, que advierte que "la ley está para cumplirla" y que seguirá persiguiendo las malas prácticas respecto a la ocupación de la vía pública. La concejal de Economía Productiva, Promoción Empresarial y Empleo, María del Mar Martín Rojo, quiso dejar claro que "se sigue apercibiendo y teniendo un control de las terrazas porque debemos tener firmeza en cuanto a la aplicación de la ordenanza".

Sin embargo, también insistió en que "no se puede demonizar a las terrazas" y destacó la importancia que tienen para la actividad económica de la ciudad. De ahí, que abogó por "intentar que haya una ordenación de modo que se afecte a los peatones", y que pasa en algunos casos por la retirada de mesas y sillas. Las últimas actuaciones en esa línea se llevaron a cabo precisamente en noviembre y diciembre del año pasado con la retirada del mobiliario que excedía lo autorizado en terrazas de bares del centro histórico y Teatinos.

El propio informe de la OMAU reconoce que es "evidente que la actividad de estas terrazas supone una importante actividad económica en la zona estudiada y como tal debe ser puesta en auge", pero también advierte de que "hay que tener en cuenta a los residentes, visitantes y a los otros comercios que sufren los inconvenientes que sufren sus inconvenientes". Según la ordenanza municipal de vía pública en vigor, únicamente se puede autorizar la instalación de mesas y sillas cuando la acera de la calle en cuestión tenga una anchura superior a tres metros libres al tráfico de peatones, salvo que se determine que no afecta al paso peatonal mediante el plan de aprovechamiento de la zona. Pero la anchura mínima de la acera para que sea viable debe ser de tres metros cuando la ocupación se realice junto a la fachada propia, 3,5 metros si la terraza se instala junto al bordillo y no existe estacionamiento en batería adyacente, y cuatro metros en el caso contrario al anterior.

En cualquier caso, la normativa actual establece que la ocupación máxima de una calle no podrá superar el 50% de la anchura de la acera y es obligatorio que exista un espacio libre de paso de al menos un metro y medio de anchura situado junto a la línea de fachada, así como una separación de medio metro respecto al bordillo junto a la calzada.

Pero la realidad es que los hosteleros no siempre cumplen con esas exigencias.

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