Los menores conflictivos en casa mantienen el respeto hacia sus abuelos
Los mayores se revelan como grandes mediadores ante los conflictos y frente a la conciliación · Un 74% de niños y adolescentes asegura que le gustaría convivir con sus abuelos
Los abuelos han cogido el mando. En una sociedad en la que los esquemas de toda la vida se desdibujan a toda prisa, a los mayores ya ni siquiera se les permite malcriar a los nietos para que los padres eduquen. Éstos están cada vez más ausentes.
La memoria de la Fiscalía de Menores de Málaga, cuando reflexiona sobre el comportamiento de los menores conflictivos en casa y que someten a sus familiares a situaciones de maltrato verbal o físico, expone: "Mientras se aprecia un alarmante incremento de los delitos de maltrato familiar de los menores hacia otros miembros más débiles del domicilio familiar, como la madre o los hermanos, llama la atención el respeto que aún siguen manteniendo hacia la figura de los abuelos".
El jefe de Menores y Familia del Área de Bienestar Social del Ayuntamiento de Málaga, Santiago Mesa, muestra su preocupación por la figura del padre ausente: "Son padres que no están nunca, que no son partícipes del desarrollo de sus hijos". En muchos casos, cuando el padre quiere poner unos límites, ya es demasiado tarde.
Este mismo patrón se reproduce en el perfil de los grupos de menores adictos a las drogas de Proyecto Hombre. Y de esta misma forma lo explica la Fiscalía de Menores a la hora de interpretar el espectacular incremento de la violencia ejercida por los menores en casa y el perfil de estos adolescentes. "Se trata de menores intolerantes a la menor frustración, hijos educados de manera permisiva, a los que los padres les dan todo lo que ellos no tuvieron y que suele dar lugar a un fuerte egoísmo que no admite negativas, prohibiciones o exigencias".
El Ministerio Fiscal, que advierte del incremento de este tipo de maltrato, sigue explicando que "los enfrentamientos surgen cuando los progenitores intentan reprimir su conducta. En la gran mayoría de los casos son las madres las que denuncian con un gran cargo de conciencia, ya que se hacen responsables de lo que a partir de la denuncia le suceda al menor".
Cuando una madre se decide a denunciar es porque ya arrastra numerosas situaciones de conflicto. Cuando llega a los juzgados, desea que ese mismo día se le solucione el problema y reclama con urgencia el internamiento en un centro o pide una medida de alejamiento. Sin embargo, cuando llega la fecha de juicio, los padres se acogen a su derecho de no declarar en contra de su hijo, recuerda la Fiscalía.
Muchos problemas de disciplina en las unidades familiares, según apuntaba el ex fiscal de protección de menores, Javier García Rull, se producen en las familias monoparentales donde la madre es la única autoridad y la única que trabaja durante todo el día para sacar la casa adelante. Mientras, muchos de estos niños pasan la mayor parte del tiempo solos.
La provincia de Málaga cuenta con un recurso específico para los menores condenados por maltrato en el ámbito doméstico, aunque sólo dispone de ocho plazas y el número de menores penados por este concepto es cada vez mayor. La Fiscalía apunta que muchos de estos menores "han sido víctimas de agresión por parte de sus progenitores, especialmente de su padre, o han sido testigos de violencia del padre hacia la madre".
También llama la atención cómo, pese a que la delincuencia juvenil está completamente masculinizada, en el caso de maltrato doméstico, las cifras se equiparan entre chicos y chicas. La fiscal coordinadora de reforma de Málaga, Isabel Fernández Olmos, explica que "mientras que los jóvenes cometen un 85% de los delitos, en el caso del maltrato doméstico éste se sitúa en un 60 frente a un 40%".
De hecho, en Málaga no existen centros de internamiento (previstos para los delitos más graves) específicos para chicas.
El maltrato cometido por los menores en el ámbito familiar se ha incrementado en un 50% con un total de 237 delitos en el entorno doméstico, cuando un año antes apenas existían.
Pero el estrecho vínculo de los niños y adolescentes con sus abuelos no se da sólo en los casos de menores agresivos en el seno doméstico, sino que es una realidad que abarca a toda la sociedad y que se reproduce en cualquier contexto.
Esta complicidad con los mayores se da tanto en las familias normalizadas (donde ambos padres trabajan en un contexto estructurado) como en las carcomidas por los problemas.
Los abuelos son los que permiten que muchas mujeres puedan continuar en el mercado laboral cuando son madres: recogen a los niños del colegio, se ocupan de las comidas, de llevarlos al parque... Mientras, los padres están sometidos a eternas jornadas laborales.
Los abuelos también cogen las riendas sin remilgos cuando los padres tienen problemas de drogas, enfermedades o están en la cárcel... En la barriada de La Palmilla, por ejemplo, hay un colegio de Primaria donde el 33% de los alumnos (70 de 210 matriculados) tiene a sus padres en la cárcel. La mayoría, vive con los abuelos.
En estos casos, los mayores son los primeros a los que recurre el Servicio de Protección de Menores de la Junta de Andalucía, que ayuda económicamente a las familias, cuando decreta el desamparo de un niño, seguidos del resto de la familia.
El jefe de Menores y Familia del Ayuntamiento, que asume los proyectos con familias y adolescentes e impulsa las Escuelas de Padres, lo corrobora: "Los abuelos están cogiendo una gran importancia como grandes mediadores familiares ante los conflictos y ante la conciliación familiar".
Mesa observa cómo los abuelos están para todo: "Para las actividades extraescolares, deportivas; para todos los extra que supone una vida en familia", explica.
Además, según él, los abuelos aportan además de mucho más tiempo para los niños y adolescentes un punto de vista más conciliador.
El verano pasado, la ONG Mensajeros por la Paz hizo una encuesta telefónica a un millar de niños de entre 6 y 17 años sobre la relación con sus abuelos y al 74% de los menores les gustaría convivir, aunque fuera por algún tiempo con sus ellos.
Los pequeños, además, dijeron que con ellos aprenden más cosas, se lo pasan mejor y así no están solos.
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