Vuelve a ser el mercado de Salamanca uno de ls lugares con más lustre del popular barrio del Molinillo. Pese a que el día lucía gris bajo amenaza de lluvia, vuelve a lucir el zoco de estilo neomudéjar tras la inversión de más de un millón y medio de euros. En el mercado, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), han vuelto a cantar los precios y la frescura del pescado sin que se escuchasen martillos neumáticos, caladoras u otras herramientas que durante dos años acompañaron el precio de los salmonetes frescos. 

Los más de 1,5 millones de euros invertidos han estado cofinanciados por el Consistorio (más de 930.000 euros) y los fondos FEDER (más de 600.000 euros), repartidos en 1,2 millones en la restauración del edificio y 320.000 euros para la puesta en marcha de un mercado provisional en los aledaños del zoco habitual con el fin de no afectar a la vida de los puestos ni de los vecinos. 

Este recinto, con una superficie de 724,5 metros cuadrados, está ubicado en calle San Bartolomé del barrio del Molinillo y su construcción se desarrolló de 1922 a 1925. Es un edificio que cuenta con Protección integral conforme el PGOU de Málaga y está inscrito en el Catalogo del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Catalogación General.

Así, se trata de uno de los pocos inmuebles de estilo neomudéjar de la ciudad de Málaga, un estilo basado en la maestría artesanal en el empleo del ladrillo y la cerámica coloreada. Esta especial protección ha demandado que la intervención se realice estableciendo unas especiales medidas de protección y respeto en la ejecución de la obra.

Las actuaciones más significativas de las obra de reforma han sido desmontar la cubierta anterior e instalación de nueva cubierta con material aislante; nueva instalación de la red de saneamiento de agua en todos sus elementos; y la reforma integral de los puestos y zonas comunes.

También se han recuperado elementos de composición de fachada originales (zócalos, abultados, huecos, cerrajerías), según diseño original y eliminados por actuaciones anteriores; se ha realizado la instalación de nuevos revestimientos, placados y pavimentos; y la colocación de ventanas artísticas; así como la restauración del portón principal de forja.

Asimismo, se ha ejecutado el cambio de toda la cerrajería y vidrios, sustitución de toda la instalación eléctrica, tratamiento de superficies y pintura del edificio, instalaciones de ventilación y acondicionamiento, equipamiento de los puntos de venta, etcétera.

En la reforma de los puestos, la instalación de los equipamientos, la denominación comercial y otros aspectos relacionados con la actividad comercial, se ha dado participación a los titulares de los puestos, manteniendo con ellos una colaboración activa.

Dos años más tarde ha vuelto a lucir la vida en el mercado de Salamanca, lenguados, sardinas, costillas, aparejos, frutas o pan del puesto a la casa de los vecinos del Molinillo en un entorno digno de película.