Las mesas de la discordia

Tener o no una terraza para un bar puede suponer simplemente sobrevivir o no. No sobran los espacios y cada hostelero lucha con uñas y dientes por conseguir alguna parcela donde colocar sus mesas y sillas o por mantener la que ya tienen. La polémica ha saltado en la Plaza de las Flores, donde el propietario de uno de los locales, el Vualá, denuncia que otro establecimiento, La Sureña, le ha quitado metros de terraza con la connivencia del ayuntamiento. Desde el Consistorio, por su parte, explican que no ha habido mala voluntad y que se quiere dar cabida a todo aquel que lo solicite para apoyar a las empresas en una situación de crisis como la actual.

Salvador Rivera, propietario del Vualá, asegura que La Sureñaha alquilado un local que pertenece a la calle Arquitecto Blanco Soler, una aledaña a la plaza de las Flores pero que no está en la misma plaza. No obstante, según reza en la documentación presentada por La Sureña tanto a la Gerencia de Urbanismo como a Vía Pública y aportada por Rivera, han pedido una terraza argumentando que están en el número 3 de la Plaza de las Flores. En segundo lugar, el dueño del Vualáexplica que, tras varias reuniones, se aprobó en marzo de 2011 un plan de aprovechamiento en el que se distribuían los espacios para terrazas de los cinco establecimientos que había en la plaza y a los que les daban zonas de 21 a 70 metros cuadrados en función de la fachada de cada local.

Rivera se mostró sorprendido cuando, a mediados de julio, colocaron varias mesas y sillas de La Sureña en el espacio que tenía reservado para él. "El Ayuntamiento les había dado una autorización para ocupar 15 metros cuadrados de un día para otro cuando no se podía hacer porque había un plan de aprovechamiento aprobado con anterioridad", afirma. Tuvieron puesta la terraza del 17 al 27 de julio, fecha en la que se revocó esa autorización aunque, según Rivera, "las mesas y las sillas se quedaron durante días apiladas en una parte de la plaza sin que pudiera ser así".

La segunda sorpresa le llegó al propietario del Vualá cuando el Ayuntamiento les comunicó el pasado viernes 10 de agosto, un día antes del inicio de la feria, que habían hecho un nuevo plan de aprovechamiento en el que "le daban 23,7 metros cuadrados a La Sureña y me quitaban espacios a mí". "Aprobaron un nuevo plan en un solo día cuando en el anterior estuvimos semanas y sin hablar con nadie", protesta este empresario, quien destaca que va a recurrir el plan y no descarta acudir a los juzgados ya que, entre otras cosas, les han quitado un espacio de terraza y se lo han comunicado justo antes de la Feria "cuando yo ya tenía todas mis compras hechas en previsión de que tenía esa terraza".

Rivera afirma que el local alquilado por La Sureña "lo hemos visto todos los hosteleros de Málaga pero nadie lo quería precisamente porque no tenía terraza. No obstante ahora se ha abierto el melón porque cualquiera que tenga un negocio en una calle aledaña puede pedir una terraza en la plaza más cercana. Nadie se lo explica". La polémica ha saltado a las redes sociales y es la comidilla de buena parte del sector hostelero de Málaga, principalmente del centro.

El Ayuntamiento, por su parte, da otra versión de los hechos. La delegada de Comercio, Esther Molina, explica que "el plan de aprovechamiento estaba condicionado a los permisos de apertura y hay que adecuarlo a la nueva realidad". La delegada municipal subraya que estos planes son "flexibles" y hace hincapié en que "lo hemos hecho con la mejor de las intenciones ya que tener un establecimiento sin terraza es muy difícil de mantener y le hemos dado espacio a todo el mundo que pueda tener interés". Molina, que evita suspicacias declarando que no conoce a los dueños de La Sureña, reitera que "si mañana entrara otro restaurante volveríamos a modificar el plan" y explica que La Sureña "está prácticamente en la esquina de la plaza". Rivera no lo ve así. "Cerca o lejos no es un parámetro. La terraza se tiene en la dirección donde está el local y La Sureña no está en la Plaza de las Flores", recalcó.

La intención de todos los implicados es solucionar el conflicto de la forma más amistosa posible. El martes hubo una reunión por la mañana porque, según Molina, "con los tiempos que corren hay que hacer un esfuerzo entre todos, estamos abiertos al diálogo y hay buena voluntad". No obstante, la delegada señala que el Vualá, a diferencia de lo que comenta Rivera, "no ha perdido metros de terraza". Volverán a quedar en la primera semana de septiembre para hallar una solución definitiva.