"Tenemos mucho miedo en nuestras propias casas"
Tres vecinas del Centro Histórico de Málaga que tienen viviendas turísticas en sus edificios narran su experiencia
Turistas borrachos, amenazas y ruido, algo habitual
"Tenemos miedo en nuestras propias casas porque no sabemos quiénes entran o salen en el edificio, a quiénes nos vamos a encontrar cada noche en la escalera y qué hacen en las viviendas que tienen alquiladas junto a la nuestra". Es el sentimiento común de tres vecinas del Centro Histórico en cuyos edificios hay viviendas turísticas que han conversado con este diario, una sensación que se repite en otras barriadas como el Soho o la zona Este en una capital en la que ya hay más de 4.000 viviendas turísticas registradas. A eso se le suman turistas borrachos, ruidos, llamadas a la Policía, denuncias, mal ambiente en las comunidades de vecinos e incluso amenazas de los turistas a los residentes.
"El 8 de febrero nos entraron a robar por las terrazas y la Policía dijo que el ladrón debía ser un turista porque no se podía acceder desde otro lugar que no fuera una de las viviendas de alquiler. Como no mandan la ficha a la Policía en las viviendas no saben quién se mete. En agosto tuve que poner una denuncia por amenazas que me hicieron varios turistas que venían alcoholizados y puse una alarma de seguridad porque aporreaban mi puerta cuando les denuncié. Si cada tres días te entran en las viviendas de al lado 90 personas desconocidas la probabilidad de que te encuentres gente así es alta", explica Asunción Moreno, una vecina que reside en Pasaje Clemens, entre la plaza de la Merced y la calle Victoria. "Compré una vivienda allí en 2006 porque era un sitio tranquilísimo, de hecho era una calle abandonada en la que los vecinos tuvimos que pedir que se asfaltara y se pusiera la luz", recuerda Moreno, que afirma que ahora "me siento totalmente estafada porque compré una casa residencial en un barrio y nos han cambiado las reglas del juego a mitad de camino". En su edificio hay 12 viviendas y cinco son turísticas, por lo que el veto de los tres quintos no le llega. En todo el pasaje hay 90 plazas ofertadas a turistas con precios, según han visto en las plataformas, en torno a 10 euros por persona y noche, aunque han llegado a estar a apenas 4 euros. "Nos da mucha pena que, con una oferta hotelera de tan alta calidad como la que tenemos en Málaga y que no nos supone ningún problema de convivencia, hayan venido estos negocios nuevos a acabar con nuestros barrios, con nuestro descanso y con la buena convivencia entre los vecinos", añade.
Almudena Elvira vive en la calle Victoria desde 2004. "Era una casa tranquila y ha estado así hasta hace seis meses, cuando el vecino de debajo lo ha alquilado a turistas y cada fin de semana entra gente nueva", critica. "Todas las noches hay ruido, borracheras y apenas puedo dormir. Soy enfermera, me levanto a las 6:30 y necesito dormir", subraya. Andrea (prefiere no dar su nombre real) es una señora mayor que vive en un edificio junto a la calle Larios de cinco viviendas de las cuales cuatro son vacacionales. "Siempre hay extraños en la escalera, nunca sé con quién me voy a encontrar y de madrugada me tocan el portero electrónico cada dos por tres con el correspondiente susto", lamenta esta mujer que afirma que muchas otras personas mayores están pasando por la misma situación en el centro. Andrea vive sola, pero tiene que pagar el mismo agua y la misma luz que el resto de propietarios de viviendas turísticas porque no está dividido el consumo. "Todas las madrugadas, a las 4:30 ó 5:00 hay un escándalo en la calle Larios de los turistas recogiéndose", critica y señala tajante: "Málaga será muy cultural, pero no es solo museos. La cultura es también educación".
Denuncian un escaso interés de la Policía Local
Las llamadas a la Policía Local de noche por los ruidos generados en las viviendas turísticas son continuas y, según estas vecinas, los agentes no siempre responden como deberían. Pueden ser casos aislados, pero a ellas les ha pasado. "Llamé a la Policía Local a la una de la mañana y a los cuatro minutos me llamaron ellos regañándome por haberles llamado. Encima que no duermo y que tengo miedo me regaña la Policía a mí. Nos dan por todos lados", denuncia Asunción Moreno, que ha pedido la transcripción grabada de esa llamada al Ayuntamiento. Almudena Elvira, residente en calle Victoria, también afirma que ha llamado a la Policía Local en varias ocasiones sin que su solicitud fuera atendida.
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