200 millones separan a Unicaja del acuerdo de compra de Ceiss
El vicepresidente de la Comisión, Joaquín Almunia, aplaude la operación y apela al control sobre la concesión de ayudas públicas
La Comisión Europea dio ayer carta blanca para que Unicaja adquiera el banco castellano leonés Ceiss sin abonar un euro y mediante un canje de acciones entre las dos entidades. Pero la financiera andaluza aún no quiere lanzar las campana al vuelo. El motivo: 400 millones de euros.
La cifra es la cobertura económica que la financiera presidida por Braulio Medel exige al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) por la diferencia que puede surgir en la valoración final de los 3.100 millones en activos inmobiliarios transferidos por Ceiss al Sareb, el llamado banco malo. En este caso, el acuerdo entre las partes está prácticamente cerrado. Los primeros 40 millones del hipotético desvío los asumirá la financiera con sede en Málaga y de ahí y hasta 240, el FROB. En el caso de las preferentes, el escollo aún persiste. Los negociadores de Unicaja defienden que el banco andaluz nunca utilizó instrumentos híbridos en su negocio y por tanto consideran "injusto" que su balance pudiera alterarse por sorpresas de esta índole procedentes del Ceiss. Medel cifra en otros 200 millones esa cláusula de seguridad ante los posibles fallos por demandas judiciales. Sólo cuando se acuerden estos dos puntos, Unicaja presentará su oferta formal de compra del grupo castellano-leonés, algo que espera materializar en una semana, según fuentes próximas a la entidad.
El proceso de ejecución del proyecto definitivo será relativamente rápido, aunque puede prolongarse durante tres meses. Ceiss debe determinar quiénes son sus accionistas y en qué porcentaje y Unicaja procederá a una ampliación de capital para finalmente canjear hasta un 25% de sus acciones por las de los accionistas de Ceiss, siempre que la entrada de estos aseguren un control mínimo del 75% del banco castellano.
Al margen de la negociación interna, la Comisión Europea justificó ayer su cambio de criterio -en diciembre instó a la resolución, saneamiento y venta en subasta de Ceiss- en dos aspectos. El primero es que si Unicaja compra el banco castellano no será necesario invertir más dinero público, ya que los 604 millones de euros que la Unión Europea le ha concedido, vía FROB, son obligaciones contingentes convertibles a devolver en cinco años, un hecho a tener en cuenta en un contexto en el que los ciudadanos critican cada vez más la concesión de ayudas públicas a las entidades financieras mientras que las familias pasan múltiples apuros para llegar a final de mes.
El segundo punto que destaca la Comisión es que si cristaliza la operación "se garantizará la viabilidad de Ceiss a largo plazo". En este sentido, la CE alabó a Unicaja al recordar que "es una entidad bancaria española que no se ha acogido a ayudas estatales durante la crisis".
La autorización de la Comisión, que se ha demorado unos meses, se suma a la que ya realizaron el Banco de España y el FROB el pasado viernes. "La oferta vinculante de adquisición de Banco Ceiss por parte de Unicaja supone una buena noticia, ya que dicha adquisición garantizará la viabilidad a largo plazo de Ceiss, lo que constituye un objetivo fundamental de nuestra política de control de las ayudas estatales", explicó Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea responsable del área de Competencia. Lo que queda claro es que Unicaja es la única candidata y, por tanto, se evitan rumores sobre otros actores que pudieran estar interesados.
La hoja de ruta también ha quedado definida, al menos, para los gestores de Ceiss. La Comisión advierte a sus propietarios de que si no aceptan la oferta de Unicaja, es decir, si no canjean sus acciones por títulos de la banca malagueña, no tendrán ningún control sobre Ceiss, pues esas obligaciones contingentes se convertirán en acciones y el propietario será entonces el FROB, es decir, se nacionalizaría la entidad castellana. La Comisión señala que el nuevo plan de reestructuración "garantizará un reparto satisfactorio de las cargas y una adecuada contribución del banco a la financiación de los costes de reestructuración". De esta forma, según el órgano público, Caja España y Caja Duero, actuales accionistas de Ceiss, "eliminarán su participación en Ceiss" al tener que asumir las mayores pérdidas y los accionistas del banco pasarán a ser los que tienen las preferentes y la deuda subordinada, el llamado capital híbrido, cuyo volumen alcanza los 1.400 millones de euros, aunque ese valor quedará ampliamente recortado porque habrá quitas considerables.
Por otra parte, la actividad comercial de Ceiss también ha quedado delimitada. Solo podrá dar préstamos al sector minorista y a pymes en su ámbito de actuación y se le veta la posibilidad de dar créditos hipotecarios a promotoras. Si a eso le unen el traspaso de activos inmobiliarios tóxicos al Sareb, el banco malo, y la reducción de plantilla, la Comisión cree que Ceiss reducirá su balance un 30% en 2017.
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