Montero saca pecho en Cártama, la 'cuna' del 'sanchismo': "Empieza la cuenta atrás para que Moreno deje San Telmo"
La vicepresidenta del Gobierno enarbola la Sanidad y la Educación pública en contra de las "políticas de derechas que cada vez se parecen más a las de ultraderecha"
Montero y Moreno, buen rollo en su primer encuentro directo como rivales políticos

Como la estrella de rock reconvertida a solista que pasa de llenar estadios a tocar en una sala de conciertos. Algo de eso se dejó sentir en el encuentro con la militancia (léase mitin) de María Jesús Montero en territorio malagueño. Se venía a la cabeza, sería por evocación de la banda sonora elegida, el caso de Héroes del Silencio. Y no porque Bunbury tuviera que volver a ganarse al público tras romper con la banda zaragozana, sino porque la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda se encuentra ahora Entre dos tierras al aspirar también a secretaria general de los socialistas en Andalucía.
Para su puesta de largo en la provincia, la escenografía elegida por Montero ha sido Cártama, un municipio considerado como el núcleo duro del sanchismo; en primera instancia, porque desde aquí se articuló una buena dosis de apoyo en 2017 a un Pedro Sánchez que se postulaba a encabezar el partido. A ello se suman unas cuantas explicaciones más, sin embargo, la consecuencia más evidente recae en el propio alcalde, Jorge Gallardo, elegido el pasado diciembre para ingresar en la nueva ejecutiva del partido hecha a la imagen y semejanza de su líder.
Tras levantar los brazos triunfalmente con ayuda del propio regidor cartameño y el secretario general de los socialistas en Málaga, Dani Pérez, la vicepresidenta del Gobierno arrancó sacando pecho de sentimiento andaluz, luego no quiso parar. Con una bandera blanquiverde sostenida por caras jóvenes como telón de fondo, reivindicó una Andalucía "en pie de igualdad, no una llorona que permanentemente confronta", dijo lanzando el primer torpedo a la línea de flotación del Gobierno de la Junta.
Se detuvo varias veces en las mujeres, dotándolas de toda épica, para destacar la necesidad de que exista igualdad de oportunidades. "Han estado luchando, nuestras madres, nuestras abuelas. Hoy me encuentro yo aquí, una mujer nacida en esta tierra que ha tenido la oportunidad de estudiar, la capacidad de tener responsabilidades. A veces en Sanidad, a veces en Hacienda, ahora en el Gobierno de España. Pero cada minuto mirando por el rabillo del ojo velando por los intereses de Andalucía", compartió volviendo a engarzar con el discurso regional.
También tiró de éxitos de la etapa de los socialistas al frente de este Ejecutivo, con la Sanidad y la Educación como principales banderas. Del servicio sanitario criticó su "deterioro", puesto que antes "exportaba ideas" y "las listas de espera no se eternizaban". "Ahora nos preguntan a todos los que somos sanitarios que qué me tomo para la gripe, porque el médico te da la cita para 15 o 20 días cuando ya se te ha quitado". De la enseñanza, criticó la "destrucción de aulas públicas", que cifró en 2.000 a la par que "el incremento de la concertada en un 22%".
No abrazó, sin embargo, la herencia socialista, la expresión que suelen usar los populares para centrar las críticas de sus años en la Junta. Se acordó de Bendodo, del que dijo que andaba "ere que ere" y que "no se ha enterado" de que "el Tribunal Constitucional ha anulado la sentencia de los ERE". "No pueden estirar más el chicle", compartió antes de, ahora sí, abrazar la etapa socialista pasada, a la que perteneció. "Para mí es un honor haber aprendido de Manolo Chaves, de Pepe Griñán, de Magdalena, de Luciano. Por eso no solamente no me ofende, sino que me siento muy orgullosa de que me identifiquen con la etapa más próspera de Andalucía".
Por contra, equiparó las "políticas de derechas" de todos los presidentes autonómicos del PP. "Dicen de Moreno Bonilla que es moderado. No hay que confundir ser educado con moderado. Sus políticas son las mismas que las de Ayuso en Madrid, que las de Mazón en Valencia, que las de Rueda en Galicia. Políticas de derechas que cada vez se parecen más a las de ultraderecha".
No faltó el guiño provincial: esta misma mañana acudió a la firma de los convenios para hacer realidad el IMEC, el centro puntero en el diseño de microchips que hará que "Málaga sea la capital tecnológica del mundo". Algo que, subrayó, "lo vamos a conseguir de la mano del Gobierno de España, que está aportando dos tercios de la financiación".
De los apoyos para su candidatura, al cabo de eso iba este último acto de recogida de avales, también habló en ciertas ocasiones, lanzando un mensaje de unidad en el que quiso abarcar "a los jóvenes que vienen pujando y abriendo paso" y a quienes de forma "sacrificada, humilde" llegaron antes. Y animó a todos ellos a armar y empujar para sacar adelante un proyecto ganador. "Empieza la cuenta atrás para que Moreno Bonilla deje San Telmo. ¡Ánimo, fuerza, energia, autoestima, orgullo, cabeza alta, tarea firme y a ganar!".
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