Málaga

El motor que siempre arranca

  • Los hoteles no han bajado de los cuatro millones de viajeros alojados durante los años de crisis, aunque sí se ha resentido la rentabilidad por la guerra de precios y los altos costes fijos

Málaga tiene algo por lo que otras provincias pagarían fortunas incalculables. Y, además, le ha salido completamente gratis. Es el clima. En esta zona los veranos y los inviernos no son extremos y, a diferencia de otras zonas turísticas, no hay tornados ni inundaciones de manera habitual. No hay mosquitos que transmitan la malaria y el agua del grifo se puede consumir sin ningún temor. Su principal handicap es que es un área de peligro sísmico pero, toquemos madera, no ha habido que lamentar, por ahora, catástrofes.

Si a eso se le añade una población con un carácter abierto, una buena comunicación aérea internacional, y empresas con ganas de invertir, el sector turístico puede ser la gallina de los huevos de oro de la economía malagueña durante todo el tiempo que se quiera, siempre que se cuide la atención al cliente y aspectos básicos como el respeto al medio ambiente o el saneamiento integral.

En este escenario, Málaga vive del turismo desde hace décadas y seguirá haciéndolo, entendiendo como tal no solo los hoteles, sino también los restaurantes, comercios, cruceros, heladerías, empresas de alquiler de coches... El número de turistas y su procedencia varían en función de la coyuntura económica, aunque no conviene dormirse en los laureles porque cada vez hay más competidores tanto en el Mediterráneo como en otros puntos a unos precios más baratos.

Málaga ha sufrido una de las peores crisis económicas de la historia en el último sexenio, pero el turismo ha sido el sector que mejor ha sobrevivido a la tormenta. Ha habido que adaptarse. A lo largo de estos años de penuria los hoteles de la provincia nunca han tenido menos de cuatro millones de turistas alojados, si bien es cierto que éstos han pasado menos días en el destino, como se refleja en el descenso de pernoctaciones entre 2009 y 2011, y que han gastado menos tanto en el hotel como en el resto del sector. La guerra de precios entre los hoteles ha sido considerable y, teniendo en cuenta que los costes fijos (plantilla, energía, impuestos, etcétera) siguen siendo altos, la rentabilidad de las explotaciones se ha visto muy resentida.

Pero los turistas no se alojan solo en hoteles. También van a campamentos, apartamentos turísticos, casas particulares propias o de amigos... Muchos ni siquiera duermen sino que hacen excursiones de un día y regresan a sus provincias -normalmente andaluzas- o a su crucero. En total, según los datos del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, a la provincia malagueña llegaron el año pasado 9,5 millones de turistas, siendo el registro más alto desde 2008 y un millón superior al obtenido hace una década.

La crisis económica ha sido larga en España y Europa y aún se está digiriendo. No obstante, tanto este país como otros prevén crecer este año, se está empezando a generar empleo y eso despierta una serie de esperanzas y optimismo que se están reflejando en el turismo. Viajar ha pasado de ser un lujo a una necesidad más. El destino, la duración y el gasto depende de las posibilidades económicas y sociales de cada persona. En el primer semestre se han alojado en los hoteles 2,1 millones de personas que han realizado casi 8 millones de pernoctaciones. El mes de junio ha sido récord en pernoctaciones y se prevé un verano muy positivo. Hay alegría contenida en el sector, pero aún quedan muchos cabos por atar para que la Costa del Sol siga siendo competitiva

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios